Por Javier Lorca

“Es un disparate, una payasada.” Así definió el rector de la UBA, Oscar Shuberoff, la denuncia efectuada por el decano de Ciencias Exactas. Como informó Página/12 el martes, Pablo Jacovkis aseguró que esa facultad se quedaría sin recursos para funcionar y entraría en colapso antes de fin de año como consecuencia del ajuste oficial y de la forma en que lo aplicará la universidad. Además del rector, once decanos rechazaron ayer duramente la postura de Jacovkis: “Lamentamos sinceramente esa actitud, porque sus dichos incluyen un conjunto de inexactitudes o, en el mejor de los casos, verdades parciales que sólo él y su conciencia podrán explicar frente al daño que causan a la universidad toda”, señalaron, en un texto firmado por todos los decanos excepto el propio Jacovkis y el decano de Sociales.
Para enfrentar el ajuste, la semana pasada, el Consejo Superior de la UBA resolvió crear un fondo de afectación específica para compensar (con una beca) los sueldos superiores a 500 pesos podados por la tijera del 13 por ciento. El fondo se nutrirá con los recursos generados por las facultades, el Rectorado y demás unidades, así como por excedentes de caja y otros ahorros. También, se resolvió no pagar los servicios públicos (luz, gas, teléfono, agua), mientras se negocian tarifas con descuento. Aparte, se decidió reasignar lo que queda del presupuesto teniendo en cuenta para los próximos meses una subejecución igual a la que se dio el año pasado y a la que se viene dando en el actual.
El decano Jacovkis votó en contra de esa resolución y el lunes informó a la comunidad de Exactas que la facultad “se quedará, operativamente, sin recursos para funcionar antes de fin de año”. Entre otras cosas, señaló que, si se cortara la electricidad por falta de pago, se rompería la cadena de frío en los laboratorios y se perderían materiales biológicos por más de cinco millones de pesos.
Ayer, tras una nueva sesión del consejo, el rector y los decanos se despacharon contra Jacovkis. “Lo que dijo es un disparate, una payasada vinculada seguramente con la situación interna de su facultad”, dijo Shuberoff a este diario. “En ningún caso, ni en el de Exactas ni en el de ninguna facultad, estamos en riesgo de que se corte ningún servicio –insistió–. Lo que hicimos fue asumir ordenadamente la situación presupuestaria para no comprometer plata que después no vamos a tener, como pasó el año pasado. Y tampoco se redujo el presupuesto, sino que se lo compensó con un fondo especial.”
Antes de que comenzara a sesionar el Superior, hubo una reunión entre los decanos, el rector y Jacovkis. “Fue muy dura. Se le dijo de todo –confió uno de los decanos–. El dijo cosas que sabe que no van a pasar. No va a haber cortes de luz, está todo preparado para que eso no pase.” Otro decano contó: “Jacovkis tiene una situación comprometida en su facultad y por eso generó un hecho político. El año pasado tuvo la misma subejecución que va a tener ahora y terminó el año sin problemas”.
Después de la sesión, los decanos consensuaron una dura respuesta:
u “El rechazo absoluto que hizo el decano Jacovkis de la decisión que adoptó el Consejo Superior importa una falsedad expresada a sabiendas. Así resulta de dos circunstancias: (1) su presencia en la sesión, permitiendo que se contara con el quórum estricto, porque sólo así podía lograr el doble propósito de obtener las únicas medidas posibles para evitar el colapso de la UBA y, simultáneamente, eludir la responsabilidad de votarlas; (2) la inexistencia de cualquier propuesta alternativa por parte del decano.”
u “Consideramos desdichada la comparación de la situación actual con la Noche de los bastones largos, porque en esta circunstancia no existen discriminación ideológica, ni política, ni intervención autoritaria, y sí la grave resultante de un modelo económico que afecta no sólo a la universidad, sino a todo el pueblo argentino.”
El único que no rubricó la declaración fue Fortunato Mallimaci, de Sociales. Adujo que él no había estado en la reunión anterior.
En la UBA se estima que, para fin de año, la subejecución llegará a ocho millones de pesos, sobre los 300 millones que recibe la UBA al año. Si el porcentaje de recorte no varía, para diciembre, el ajuste total se acercará a 20 millones. Shuberoff cree que, con el fondo especial y las renegociaciones de contratos y tarifas, se podrá terminar el 2001 funcionando normalmente. Ahora, el problema son las virtuales podas que se vienen. “Un recorte en el presupuesto del 2002 imposibilitaría el funcionamiento normal de la UBA –admitió Shuberoff–. Estamos en el límite.”

MIENTRAS SIGUEN LAS PROTESTAS
Fantasma del arancel

Mientras en las universidades continúan las protestas contra el ajuste, volvió a asomar el fantasma del arancel. El presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), Adolfo Torres, reconoció que “si los recortes se profundizan y afectan, además del mantenimiento de las universidades, los salarios de docentes y no docentes, la única salida que queda es arancelar los estudios”.
Torres, que dejará su cargo en el CIN en el plenario que comienza hoy en Resistencia, aseguró que “si el porcentaje del recorte llegara a poner en peligro el funcionamiento de la universidad y los sueldos, estarían obligando a arancelar”. Por ahora lo único cierto es que el proyecto del Ministerio de Educación para el 2002 es idéntico al actual, con 1800 millones para la universidad. Habrá que esperar el proyecto final del Ejecutivo y el voto del Congreso.
En tanto, siguen las protestas. Hoy, el martes y el miércoles pararán los docentes de la Conadu “Histórica”. Mañana lo harán los de la Conadu. La huelga se mantiene toda esta semana en las universidades de Rosario (excepto en los colegios) y La Plata. En ésta, un grupo de estudiantes tomó anteanoche el edificio del ex Jockey Club, donde dan clases las facultades de Derecho, Periodismo y otras. Contra esas medidas, el decano de Ciencias Económicas, Julio Giannini, quien fue amenazado por no sumarse al paro, sostuvo que “la universidad se defiende estando abierta”. A la vez, el Consejo Superior convocó a una asamblea universitaria, que se hará el sábado, para tratar las consecuencias de la crisis. El presidente de la UNLP, Alberto Dibbern, dijo que analiza “iniciar presentaciones judiciales para preservar el presupuesto”.
Una presentación similar, realizada por el gremio docente de la Universidad de Mar del Plata (ADUM), tuvo resultado positivo para los profesores. Ayer, la Justicia Federal de Mar del Plata ordenó al Gobierno que pague los salarios sin recortes. Una medida cautelar en el mismo sentido favoreció la semana pasada a la Universidad de Río Cuarto. Por otro lado, mañana harán una protesta los estudiantes de la Universidad de General San Martín, al igual que los alumnos, docentes y autoridades de la Universidad de La Matanza.

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