Por
Diego Fischerman
Los
datos fríos ya alcanzan para calificarlo como un acontecimiento.
Es el séptimo año consecutivo, se realizará en 60
ciudades de todo el país y participarán allí guitarristas
de diversos países, entre ellos Uruguay, Cuba, Francia, Vietnam,
Alemania, Italia, Brasil, Colombia, España y Argentina. Entre los
150 músicos que participarán en los 240 conciertos estarán
el uruguayo Eduardo Fernández uno de los mejores intérpretes
clásicos del momento, María Isabel Siewers, Juanjo
Domínguez, Ronald Dyens, Aníbal Arias, Rudi y Niní
Flores, Quique Sinesi y, por primera vez, guitarristas de rock y blues
como Botafogo y Héctor Starc. El evento, que se desarrollará
a partir de mañana, se llama Guitarras del Mundo y su creador y
director, también guitarrista, por supuesto, es Juan Falú.
Este es un festival que siempre ha crecido, dice. Y
lo ha hecho de manera autónoma, por su propia fuerza y convocatoria.
Empezamos haciéndolo en tres ciudades y hoy es veinte veces más
grande.
Guitarras del Mundo, en su edición 2001, está dedicado a
dos grandes maestros recientemente fallecidos: Oscar Cardozo Ocampo y
Abel Carlevaro. La inauguración, mañana a las 20.30 en la
Sala AB del Centro Cultural San Martín (Sarmiento 1551) da una
buena muestra de la amplitud y el eclecticismo de la programación,
según Falú uno de los secretos del éxito. Actuarán
dos solistas y un trío de guitarras. El argentino Ricardo Moyano
trabaja en el territorio de la música de tradición folklórica,
el italiano Marco Meloni es un especialista en el repertorio barroco y
el Trío Gótico desarrolla una línea en que la música
popular y la herencia clásica se dan la mano. Al mismo tiempo,
en el teatro Regio (Córdoba 6056) se presentarán el grupo
Monserrat de Argentina, dedicado al tango, y el músico de rock
Indio Márquez. En el Teatro de la Ribera (Pedro de Mendoza 1821),
también a las 20.30, habrá tango (por Palermo 5) y rock
(por Botafogo). Es una cumbre mundial de la guitarra. de hecho,
es el mayor festival que existe en su clase. Muchas veces pensé
acerca de cuáles serían las razones del éxito de
un proyecto que, como éste, no pasó por la televisión
y, ni siquiera, por las salas centrales de Buenos Aires. Se me ocurren
algunas claves reflexiona Juan Falú y una de ellas
creo que es la mezcla de estilos y de trayectorias. De generaciones y
tradiciones. Se junta un pibito anónimo con Paul ODette,
que es uno de los más grandes laudistas de todos los tiempos, por
ejemplo. Lo que me gusta de esto, en realidad, es que a Paul ODette
le guste. Cuando tipos con una trayectoria impresionante se encuentran
con una manera muy solidaria de hacer música, con la guitarra como
un instrumento amigo, se van muy contentos.
Falú reconoce, además, como una de las posibles razones
el hecho de que Argentina es un país guitarrístico.
Dice que la actividad no se ve pero es multitudinaria; aunque la
sensación sea a veces la de que la cultura y la música han
perdido terreno, los luthiers siguen construyendo guitarras, los profesores
siguen enseñando y la guitarra sigue siendo el instrumento de la
casa. Los padres siguen apostando a que sus hijos la toquen. Además,
es un objeto eminentemente social. de por sí, une. En distintas
tradiciones, en el fogón y en las cortes europeas, las personas
siempre se juntaron alrededor de la guitarra o el laúd. Tal vez
por su sonoridad íntima, por el hecho de que su volumen obliga
a la cercanía, la guitarra invita a juntarse. Pero sucede también
que si hubiéramos organizado, simplemente, un ciclo de conciertos,
la respuesta no hubiera sido la misma. No se hubiera transformado en esta
especie de movimiento que tiene que ver con que además de músicas
se unen historias y tradiciones. El cubano toca sus sones, el venezolano
los joropos, el colombiano sus bambucos, nosotros incluyendo la guitarra
pampeana, la cuyana, la escuela de Grela en el tango y la música
clásica, desde ya. Todo eso hace que tallen, sobre todo, cuestiones
afectivas. Esa es su infinita riqueza.
Organizado conjuntamente con la Dirección General de Música
y con el apoyo de UPCN (que vio el proyecto desde que era chiquito
y confió enél), Guitarras del Mundo se extenderá
durante dos semanas. El guitarrista concluye Falú
está en mejores condiciones que otros músicos para unir
mundos que antes no estaban unidos. Una vez improvisamos después
de un concierto con Eduardo Fernández y ambos nos preguntábamos
si algún día llegaríamos a tocar cada uno como el
otro, si él podría improvisar como yo lo hacía y
yo tocar una Suite de Bach como él lo había hecho durante
el concierto. Y ambos nos contestamos puede ser. Creo que
el gran logro de este festival es, precisamente, hacer que esas cosas,
o por lo menos el preguntárselas, el pensar en ellas, el creer
en su posibilidad, sea cosa de todos los días.
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