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ISRAEL Y EE.UU. ABANDONARON LA CUMBRE DE DURBAN
Los portazos que se repiten

Como en 1978 y 1983, ambos países dejaron la Conferencia contra el Racismo de la ONU por la ofensiva árabe contra el sionismo.

La ONU organizó tres conferencias contra el racismo: en 1978, en 1983 y la que se está desarrollando actualmente en Durban (Sudáfrica). El documento final de las dos conferencias anteriores fue aprobada por poco más de la mitad de las delegaciones participantes, con ausencias notorias como las de Estados Unidos, Israel y los países de Europa Occidental. El hueso duro de roer era la intención de parte de los asistentes de denunciar a Israel como “un Estado racista”, equiparando “sionismo” con “racismo”. La historia parece repetirse por tercera vez. Estados Unidos, Israel y varias ONG abandonaron ayer esta conferencia luego de que la propuesta de las delegaciones canadiense y noruega, encargada de elaborar la declaración final, no lograra el consenso necesario. “Muchos países, como la Argentina, Chile y Brasil, seguirán a Estados Unidos y se retirarán de Durban. Se cerró la posibilidad de diálogo en esta conferencia”, dijo a Página/12 Sergio Widder, representante argentino del Centro Simon Wiesenthal, el que también se retirará de Durban.
El otro frente de discusión, el del reconocimiento de la esclavitud como crimen contra la humanidad y el consecuente pedido de perdón europeo y norteamericano, que quedó un tanto opacado por la cuestión de Medio Oriente, también ofrece perspectivas de fracaso. Tal como se preveía en días anteriores, Gran Bretaña rechazó ayer la firma de un perdón liso y llano apoyado por la mayoría de los países de la Unión Europea (UE) con respecto a la práctica pasada de la esclavitud. El canciller británico Jack Straw, desde Londres, confirmó que su país no firmará un documento de esa índole. Gran Bretaña teme que un perdón directo abra el camino para juicios e indemnizaciones.
La combinación del fracaso en estos dos frentes de discusión provocó el enojo abierto de muchos dirigentes africanos. “Estados Unidos usó el tema de Medio Oriente para evitar su propia responsabilidad en la discusión sobre el racismo”, declaró el ministro sudafricano Essop Pahad. Algunos dirigentes africanos endurecieron así su posición con respecto al tema de Medio Oriente en la medida en que la cuestión de la esclavitud permanecía sin ser planteada, algo que creían probable desde el momento en que Estados Unidos bajó el nivel de su delegación cuando supo que la acusación de Israel de “Estado racista”, promovida por la delegación palestina con el apoyo de los países árabes, iba a ser puesta sobre la mesa.
Las negociaciones llegaron a un punto sin retorno después de la discusión sobre el proyecto de declaración final elaborado por Noruega y Canadá. Este proyecto evitaba cualquier referencia a Israel y al sionismo, pero hablaba del sufrimiento del pueblo palestino. Estados Unidos e Israel dijeron que a la declaración no había que tocarle una coma. El líder palestino Yasser Arafat, que está en Durban, y sus aliados rechazaron esta posibilidad e insistieron en que se escriba que “existen movimientos violentos basados en el racismo y la discriminación, particularmente el sionista, que se basa en la superioridad racial”.
“Sé que no se combate el racismo con conferencias que producen declaraciones que contienen lenguaje odioso, parte del cual es una vuelta atrás a los días del ‘sionismo igual a racismo’, o respalda la idea de que existe el apartheid en Israel, o señala a sólo un país en el mundo, Israel, por censura y abuso”, dijo desde Washington el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, mientras anunciaba el retiro de su país de la conferencia. “Lo que se suponía una conferencia por los derechos humanos resultó ser un festival de desprecio y gritos de guerra. No se debería olvidar que cuando se habla sobre derechos humanos, el derecho más importante es el de permanecer vivos. A Israel no se le dio este derecho”, declaró el canciller israelí Shimon Peres.
“Es lamentable y desafortunada la decisión norteamericana. Hubiera preferido que los norteamericanos estuvieran allí para luchar al lado de los otros por una resolución acertada”, señaló el secretario general de la ONU, Kofi Annan. “De todos modos, creo que esto debe continuar hasta el final para que la Conferencia tenga un resultado exitoso”, dijo por suparte la alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Mary Robinson. El festejo quedó del lado palestino: “A partir de ahora, la comunidad internacional debe presionar a Israel e imponer sanciones para poner fin a la ocupación y a la colonización de los territorios palestinos”, subrayó el secretario de la Autoridad Palestina, Ahmad Adbelrahman. Lo único cierto es que de los portazos, los lamentos y los festejos quedará la posibilidad seria de que esta conferencia, como en 1978 y 1983, tenga una declaración final semidesierta. Eso, en caso de que la tenga.

Claves

- Luego de intensas negociaciones, Estados Unidos e Israel decidieron retirarse de la Conferencia contra el Racismo de la ONU, reunida en Durban (Sudáfrica), ante la ausencia de un consenso para que la declaración final evitara la equiparación “sionismo-racismo”. Es posible que varios países, entre ellos Argentina, Chile y Brasil, hagan lo mismo.
- Varios dirigentes africanos acusaron a Estados Unidos de usar el tema de Medio Oriente para evadir la asunción de su responsabilidad en temas como el de la esclavitud, que figura en la agenda de la Conferencia. En este sentido, Gran Bretaña se negó a firmar una declaración, apoyada por sus socios de la Unión Europea, pidiendo perdón por la esclavitud.
- La conferencia termina el viernes y es posible que esta falta de consenso derive en la ausencia de estos temas en la declaración final.

 

HABLA DINA PORAT, DE LA DELEGACION ISRAELI
“Luchábamos por cada palabra”

Por Mercedes López
San Miguel

En plena Conferencia Mundial contra el Racismo, la noticia fue la retirada de las delegaciones norteamericana e israelí. Una después de la otra decidieron volver a casa al ponerse como centro del debate al Estado de Israel equiparándolo con el apartheid africano y otras formas de racismo. Página/12 dialogó con Dina Porat, profesora de la Universidad de Tel Aviv y miembro de la delegación oficial israelí, en momentos en que abandonaba la conferencia.
–¿Cómo fue la experiencia de las últimas horas en Durban?
–Se me ocurre dividir esta montaña de gente que asiste a la conferencia en tres direcciones: una, la demostración callejera antiisraelí, que no sabe nada de Medio Oriente ni de los problemas actuales; la segunda, son las organizaciones no gubernamentales (ONG) que ayer por la noche tenían una decisión contra Israel, especialmente contra las organizaciones judías que eran parte también de las ONG –entonces los delegados de éstas se retiraron del lugar, pasmados por los abucheos–. La tercera dirección es la conferencia oficial de la ONU, donde cada país está representado, donde hay que decidir qué redactar y nosotros estábamos ahí luchando por cada palabra, para cambiar el idioma que cada vez se hacía más antiisraelí.
–¿Qué significa esta retirada de Estados Unidos e Israel?
–Significa el fracaso de las negociaciones por estos cuatro días y antes de venir acá entre Israel y Noruega, país que medió entre Israel/Estados Unidos y los palestinos, y que tenía buenas ideas de cómo sacar de las resoluciones la lengua y expresiones fuertes contra Israel. Podíamos tolerar el texto de Noruega, pero los delegados de los países árabes no lo aceptaron. Quiero decir con mucha gratitud que muchos países latinoamericanos, como la Argentina, México, Costa Rica, Guatemala, Paraguay, querían dejar expresiones que nosotros apuntábamos para la declaración final del encuentro.
–¿Qué pasa con las declaraciones de Fidel Castro en la conferencia, que habló de “genocidio” por parte de Israel en contra de las “víctimas palestinas”?
–Acá, en Sudáfrica, Fidel Castro y Yasser Arafat son héroes del tiempo del apartheid porque apoyaban a la población negra, por eso ellos fueron héroes locales, los miran con mucha admiración. Aparte no hay ningún genocidio contra el pueblo palestino.
–¿Qué pasa con la relación entre la ONU e Israel?
–Primeramente, tememos que los soldados de la ONU hayan colaborado a mantener cautivos soldados israelíes por Hezbolá; después, en esta conferencia, la señora Mary Robinson, secretaria general de la misma, tenía la oportunidad de verificar los textos de las conferencias preparatorias, pero los países árabes y algunos de los africanos la instigaron para modificar los borradores. Creo que la confrontación contra el pueblo judío no tiene una lógica en sí misma; no es una crítica a su política. Los países que nos acusan son Irán, Argelia, Sudán, Arabia Saudita, donde no hay ningún derecho humano. Hablar de sionismo igual a racismo es una táctica de los árabes para tomar esta conferencia a favor de sus intereses, pero es un racismo que no existe, ambos somos semitas. En nuestro enfrentamiento no hay un motivo racial sino una lucha militar, geográfica y política.

 

 

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