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Multas para los estudiantes que no aprueben materias y exámenes

Educación elaboró un proyecto para cambiar el régimen de regularidad y de rendimientos mínimos. Los repitentes tendrían que pagar.

Por Javier Lorca

Los estudiantes universitarios deberán aprobar al menos dos materias al año. También tendrán que aprobar como mínimo el 70 por ciento de los exámenes que rindan y las materias que cursen. Los que infrinjan ese régimen tendrán que pagar una multa para poder volver a cursar o rendir. Así será el nuevo régimen de regularidad estudiantil y rendimiento académico, si prospera un proyecto de ley recién elaborado por el Ministerio de Educación. Los rectores universitarios todavía no se expidieron, pero los alumnos ya anticiparon su oposición: “Los estudiantes tenemos derechos y obligaciones. Pero de ninguna manera una cuestión académica puede tener sanciones económicas”, dijo Manuel Terrádez, titular de la Federación Universitaria Argentina.
El objetivo del ministerio que encabeza Andrés Delich es reformar la Ley de Educación Superior (LES), sancionada durante el menemismo. El artículo que se pretende cambiar es el polémico 50, donde ya consta el mínimo de dos materias al año, pero donde nada se dice de multas ni de porcentajes de rendimiento.
El texto propuesto señala: “Cada institución universitaria dictará las normas de admisión y regularidad en los estudios. Estas deben establecer requisitos en cuanto al número de exámenes mínimos aprobados en el año, que no puede ser inferior a dos, y en cuanto al rendimiento académico de cada estudiante, el que no puede ser inferior al 70 por ciento de las oportunidades utilizadas tanto para cursar como para rendir asignaturas. En todos los casos se debe establecer un sistema de multas a sufragar por los repitentes de exámenes o cursado de asignaturas. De igual manera, cada institución deberá establecer los requisitos de admisión a las carreras que se ofrezcan”.
En los fundamentos del proyecto se aclara que, si un estudiante no cumple los requisitos y pierde su regularidad, “debería ser readmitido una sola vez”. Si el estudiante demandara por segunda vez su readmisión, la universidad tendría que hacer un estudio previo antes de resolver.
Con estas modificaciones a la LES, el ministerio pretende “seguir contando con el apoyo mayoritario de la ciudadanía para sostener la gratuidad de la enseñanza de grado”. La idea es que las universidades presten “sus servicios de manera ordenada y eficaz para que los estudiantes puedan organizar sus compromisos y su tiempo”. Y, a la vez, se busca obligar a los alumnos a “aprovechar íntegra y totalmente cada una de las oportunidades que demandan y les son ofrecidas”. La definición del sistema de multas quedaría a cargo de cada universidad.
La propuesta habla también por lo que omite. El vigente artículo 50 de la LES habilita a las facultades de universidades con más 50 mil alumnos a definir sus propios regímenes de admisión, permanencia y promoción. Ese párrafo ahora sería eliminado. Había sido hecho a medida del ex decano de la Facultad de Medicina de la UBA, Luis Ferreira, para que creara su hoy caduco Curso Preuniversitario de Ingreso (CPI).
El proyecto fue presentado por el secretario de Educación Superior, Juan Carlos Gottifredi, al Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que agrupa a todos los rectores. El Consejo aún no alcanzó a tratar el tema. No obstante, ya se oyeron algunas críticas de las autoridades académicas: “Es otro avance reglamentarista sobre las universidades. El régimen de regularidad de los alumnos es algo que le compete resolver a cada universidad”, se dijo desde una de las grandes universidades del país. El presidente de la FUA también criticó el avance sobre la autonomía universitaria propio de la LES y que el nuevo proyecto profundiza. “No hay que discutir reformas parciales para una norma que fracasó estrepitosamente, hay que cambiar la ley –agregó–. Y es absolutamente repudiable que se pretenda establecer sanciones económicas. Eso es afán recaudatorio.”
Al margen, resulta curioso que el proyecto haya sido elaborado mientras, en el seno de la propia cartera educativa, sigue funcionando la Comisión para el Mejoramiento de la Educación Superior: una comisión presidida por el exministro Hugo Juri y cuya misión es hacer un diagnóstico y proponer reformas para el sector. Un integrante de la comisión comentó a este diario que el nuevo proyecto de ley nunca fue presentado ante ella.
Otra curiosidad aparece entre los fundamentos. Para que el contrato social implícito en la enseñanza pública se sostenga –se indica–, es necesario el aporte de las partes y el cumplimiento de los compromisos. Y se agrega: “Máxime en estos difíciles momentos en donde el Gobierno nacional se ve forzado a aplicar recortes en todos los sectores de la administración, incluyendo al sistema educativo”. Una cuestión coyuntural (el nuevo ajuste) es invocada como razón para fundar una norma legal. O quizá el Ministerio de Educación considera al ajuste como un principio inmutable, que se perpetuará como las mismas leyes.

Para el tiempo libre... (si queda)

Concurso. Educ.ar, Poder Ciudadano y Nueva Alejandría convocan a instituciones educativas a participar del certamen “Aulas sin fronteras”, que premia las experiencias innovadoras. Informes: 4375-4925/6, www.educ.ar y www.nalejandría.com.
Foro. Hoy, de 18 a 20, seguirá un debate en busca de alternativas al ajuste. En la Universidad de General Sarmiento, Juan María Gutiérrez 1150 (Los Polvorines).
Seguros. La UB dará un curso de actualización en seguros. Informes: 4393-5588/5589/8491/8521; [email protected].
Dominio. La resistencia judía contra el dominio nazi, libro de Abraham Huberman, es presentado hoy, a las 19, por la Fundación Memoria del Holocausto, en Tucumán 695, 2º “B”.

 

OPINION

Por Adolfo Reichemberg *

El costo político universitario

Ya se está instalando, silenciosamente aún, el debate presupuestario 2002 y la definición del monto del presupuesto para las universidades públicas. Existen señales que no deben pasar inadvertidas. Las disputas a puertas cerradas entre los responsables de la cartera de Educación y de Economía anticipan la dificultad de que el presupuesto girado por el ministro Andrés Delich sobreviva intacto su tratamiento parlamentario. Señales más claras las tendremos después de octubre, pues sería inapropiado transformar en certeza un recorte educativo a escasos 40 días de una elección en la que lo que queda de la Alianza tiene ya magras chances de salir indemne. Por otra parte, el titular del Consejo Interuniversitario Nacional manifestó hace pocos días, consternado, que de proseguir con esta política de ajuste no quedaría otro recurso que arancelar la universidad (¿una resignación oportuna?). Otro dato no menor es el documento emitido por el Comité Nacional de la UCR, que incluye la necesidad de sostener el piso presupuestario actual para las universidades, sin recortes ni subejecuciones (¿advertencia anticipada?).
Por supuesto, nadie plantea lo más gravoso del costo político universitario: la creación de entidades con presupuestos año/alumno que son entre dos y diez veces mayores que los que reciben las universidades nacionales más prestigiosas y pobladas, como las de La Plata y de Buenos Aires. Esta apertura a mansalva en la última década de universidades nacionales, lejos de responder a un ordenamiento o democratización de la oferta académica, tuvo un origen netamente político: controlar la presión del aparato universitario nucleado en el CIN, donde cada una de esas unidades académicas tiene un voto. Pero de eso no se habla. Otro elemento de análisis es la relativización del impacto del paro de universidades nacionales, en gran medida, por el funcionamiento de la UBA, que no exteriorizó su desacuerdo con el recorte ya materializado en las partidas de julio, como lo hiciera cada vez que algún peligro asomaba sobre su integridad presupuestaria (alivio ¿inesperado? para el Gobierno). Un dato no menor es que si el presupuesto 2002 cristaliza en forma anualizada esa merma de recursos (alrededor de 40 millones), lo que recibirá la UBA alcanzará tan sólo para pagar sueldos y subsidiar con algunos recursos adicionales un año más, después del que se hará difícil no reconocer el recorte en el punto más sensible: las remuneraciones docentes y no docentes. Pero un año es largo plazo y está más allá de las elecciones legislativas, de decanos y del propio rector. Las declaraciones del CIN y los movimientos en la UBA aparecen sugestivamente funcionales a bajar el conflicto ante un posible recorte e instalar como inevitable la discusión del arancel, de un impuesto específico o sobretasa a las Ganancias. En este escenario, en el que algunos de los actores más activos de la defensa del presupuesto y la gratuidad universitaria de las últimas décadas parecen condicionado, se debatirá entre luces y sombras el presupuesto universitario.

* Miembro de la Fundación de Investigaciones Económicas y Sociales; consejero directivo y secretario de Hacienda de Ciencias Económicas (UBA).

 

PRESUPUESTO

“No permitiremos que restrinjan el presupuesto del año entrante destinado a las universidades”, avisó ayer el presidente de la Comisión de Educación Superior de la Cámara de Diputados, Juan Carlos Farizano (UCR). El diputado salió así al cruce de las múltiples versiones que anuncian un recorte de hasta la mitad de los 1800 millones hasta hoy destinados a las universidades. Además, un grupo de diputados aliancistas presentó un proyecto para que se exceptúe a las casas de altos estudios del alcance de la Ley de Déficit Cero. “Los recortes no sólo implicarán la reducción de los haberes del personal universitario, sino que afectarán las inversiones en mantenimiento edilicio, equipamiento y bibliotecas”, detalló Liliana Lissi, autora del proyecto. Por otra parte, los rectores de al menos 25 universidades nacionales hicieron una presentación judicial conjunta denunciando la inconstitucionalidad del ajuste aplicado este año.

Protestas académicas

Esta semana siguen las protestas de los docentes contra el ajuste. La Conadu “histórica” continuará con paros activos hoy y mañana, y el jueves hará una jornada nacional de clases públicas. Mañana al mediodía hará otra clase frente al Rectorado de la UBA, con Osvaldo Bayer. Mientras, la Conadu hará dos jornadas de lucha y protesta, también hoy y mañana, con paros activos en algunas universidades. Entre las numerosas clases públicas previstas, el jueves, a las 19, los profesores Rubén Dri, Horacio González, Alcira Argumedo, Eduardo Rinesi y Marcelo Urrestri hablarán sobre “La historia política del petróleo argentino” frente al edificio de Repsol YPF, en Diagonal Norte y Esmeralda.

EL DATO.
Comunicación y gobiernos

“La comunicación en los gobiernos locales” es el nombre del seminario que dará Patrick Lamarque, destinado a profesionales de la comunicación, funcionarios, periodistas y estudiantes. El martes y el miércoles próximos, de 11 a 16. Inscripción: en el Centro Cultural Ricardo Rojas, Corrientes 2038, 2º piso, de 11 a 19.

EL NUMERO.
10

Son las conferencias literarias organizadas por la Facultad de Derecho (UBA). El ciclo empieza hoy, a las 19.30, con “La aventura de escribir”, por Vlady Kociancich. Sigue en una semana, con “El cuento fantástico”, por Pablo de Santis. Todos los martes hasta el 6 de noviembre, a la misma hora, en Figueroa Alcorta 2263. Entrada libre.

 

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