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El Gobierno prepara la resistencia
al �golpe del Ejército de Salvación�

El acuerdo Alfonsín-Duhalde, los contactos con Farinello, los planes para después del 14 de octubre, desde la óptica del Gobierno. Imaginan un intento de asalto al poder. Para contrarrestarlo, el ejecutivo busca de aliados a la UIA y
las dos CGT. 


Ignacio de Mendiguren, presidente de la Unión Industrial Argentina. Buen diálogo con ambos polos.
El Gobierno lo está tentando para un acuerdo empresario-sindical que prescinda de los partidos.

Por Raúl Dellatorre

En los pasillos del gobierno ya los bautizaron, algo despectivamente, como el �Ejército de Salvación�. Así se refieren al polo que, según creen, están conformando el ex presidente Raúl Alfonsín, el ex gobernador bonaerense Eduardo Duhalde y que podría llegar a sumar al cura-candidato Luis Farinello. Desde el Ejecutivo interpretan que allí se está gestando la sucesión del actual gobierno mediante un �golpe institucional� a ejecutar después de las elecciones del 14 de octubre. Para contrarrestarlo, el delarruismo ha puesto en ejecución dos operaciones paralelas: lanzar a dos de sus principales arietes, Juan Pablo Baylac y Patricia Bullrich, a responder punto por punto a cada aparición de Alfonsín, y buscar un acercamiento con referentes empresarios y sindicales para armar una alianza post-electoral que prescindiría de los partidos originales de la Alianza. En esta táctica se inscriben las recientes visitas de Fernando de la Rúa y Chrystian Colombo al domicilio de Ignacio de Mendiguren, titular de la UIA. 
Alfonsín no se equivoca cuando cree que hay miembros del gobierno de De la Rúa que lo han �demonizado�. Desde la Casa Rosada, o más precisamente en las más reservadas veladas de la Quinta de Olivos, se asegura que existe un acuerdo Alfonsín-Duhalde para, una vez electos ambos como senadores, presionar al gobierno nacional para designar al ex gobernador como jefe de Gabinete y a Jorge Remes Lenicov como ministro de Economía. Alfonsín, según esta especulación, sería nombrado presidente del Senado, para quedar en primer lugar en la línea sucesoria presidencial. Obviamente, la teoría conspirativa le asigna al ex presidente la intención de volver al cargo forzando la renuncia de De la Rúa. Se asegura, funcionalmente a esta teoría, que Hilda �Chiche� Duhalde habría �tanteado� a Farinello para sumarlo a la cruzada, renunciando a su candidatura para allanar la llegada de Alfonsín a la Cámara alta. 
Acertada o no toda esta especulación, lo cierto es que dio lugar a que el delarruismo armara su propia estrategia para contrarrestarla. Considerando agotada toda chance de acuerdo con Alfonsín, la relación será de aquí en más de confrontación. �No hay espacio para considerar ninguna de sus propuestas: ni reprogramación de la deuda ni atenuación del plan de Déficit Cero�, es la definición en el entorno de De la Rúa. En cambio, se insistirá en el intento de buscar consenso con fuerzas empresarias, como la industria y la banca nacional (con De Mendiguren y Escasany como sus exponentes), y con las dos centrales sindicales conciliadoras (CGT Daer y Moyano). Colombo es el encargado de esta operación, para lo cual pondrá sobre la mesa de negociación la propuesta de un acuerdo básico sobre cuatro o cinco lineamientos de políticas a aplicar después de octubre. Según aseguró el jefe de Gabinete a sus interlocutores, esta suerte de pacto social contaría ya con la anuencia del grueso de los gobernadores.
De acuerdo a su propio diagnóstico, el gobierno saldrá fortalecido y no debilitado de las elecciones de octubre, �porque no juega ningún candidato propio y, en cambio, el resto va a quedar con heridas�. Ya desde ahora, pero más aún después de octubre, �Domingo Cavallo dejó de ser el salvador y quedó limitado al rol de ministro�, según consideran. �Hoy Colombo o Bullrich tienen más peso político que él�, afirman desde muy cerca del despacho de De la Rúa. 
Las huestes de Hugo Moyano solo ven debilidad en el gobierno. De Mendiguren sigue navegando entre los dos polos. En lo único que coinciden todos es que el 15 de octubre habrá un nuevo escenario, y nada será como es, o parece ser, ahora.

 

 

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