El �Día de la Unidad Nacional� en Chile no convence a nadie. En 1998 se intentó un enroque pacifista: se derogó el feriado del 11 de setiembre que festejaba el golpe contra el socialista Salvador Allende y que la dictadura de Augusto Pinochet había bautizado con el eufemístico nombre de �Día de la Liberación�; a cambio el Senado chileno promulgó el �Día de la Unidad Nacional� a modo de reconciliación: el propio Pinochet se encontraba entre los firmantes. Desde entonces, nunca pasó inadvertido. Durante su celebración, el lunes pasado, se desarrollaron manifestaciones pacíficas pero, por la noche, se produjeron incidentes que terminaron con un muerto y un herido de bala de 15 años con muerte cerebral. Tras estos hechos, el gobierno le otorgó ayer carácter de urgente al proyecto para derogar la polémica fecha.
Anteayer por la noche murió José Vera Araya, de 27 años, al ser arrollado por un automóvil que sobrepasó a gran velocidad una barricada de palos y neumáticos en llamas en una calle de la comuna de Macul, en el área este de Santiago. Además, César Cabello González, de 15 años, recibió un balazo en la cabeza mientras presenciaba el bloqueo del tránsito en la población La Pincoya, en el extremo norte capitalino. El joven está internado con pronóstico de muerte cerebral. Los incidentes �fueron cometidos por grupos vandálicos minoritarios, delictuales, que no responden a ningún interés u orgánica política�, anunció el subsecretario del Interior, Jorge Correa, quien también descartó que la bala haya sido disparada por la Guardia de Carabineros. Además de barricadas contra el tránsito, hubo varios atentados contra las instalaciones públicas de electricidad: se lanzaron amarras metálicas a los cables de luz, lo que provocó apagones en vastos sectores de las comuna del este, el sur y el norte de la ciudad.
Previamente a los disturbios hubo manifestaciones paralelas en el pretendido homenaje a la unidad: por un lado, la agrupación H.I.J.O.S. de Chile y la de Familiares de Ejecutados Políticos y de Detenidos y Desaparecidos, junto al Partido Comunista, repudiaron la fecha frente al Palacio de la Moneda al grito de �no perdonamos, no olvidamos, no nos reconciliamos�. La secretaria general del PC, la ex candidata presidencial Gladys Marín, aprovechó para llamar a no votar a los militares y ex colaboradores del régimen militar en las elecciones parlamentarias de diciembre próximo en clara alusión al almirante retirado Jorge Arancibia, que hasta hace tres meses fue comandante en jefe de la Armada y renunció para postularse al Senado por las filas de la conservadora UDI. Por otro lado, a la misma hora, un grupo diminuto del Movimiento Vitalicio Augusto Pinochet depositó flores en un monumento que recuerda a los mártires de la policía muertos en disturbios y atentados durante la dictadura.
Desde el primer año de su festejo �1999� hubo atentados callejeros con heridos y barricadas. El año pasado también se produjeron saqueos y la jornada terminó con un muerto. Este año se repitió la escena y se desataron los forcejeos para decidir qué hacer con la controvertida fecha. El ex general Guillermo Garín, portavoz de Pinochet, instó a mantenerla y el senador Hernán Larraín, de la derechista UDI, pidió esfuerzos �concretos� para consolidar la celebración. A la vez, la dirigente comunista Julia Urquieta pidió su cancelación y, a cambio, reponer el feriado del 11 de setiembre, pero como jornada de condena al golpe militar y los abusos de poder de la dictadura y en homenaje a las víctimas de la represión estatal. Por la tarde de ayer, el secretario general de la Presidencia, Alvaro García, junto a los diputados democristianos Felipe Valenzuela, Enrique Jaramillo y Andrés Palma anunciaron que el gobierno le otorgó carácter de urgencia simple al proyecto que deroga el fallido �Día de la Unidad Nacional� pero a cambio proponen el �Día de la Solidaridad�, en conmemoración de la muerte del beato chileno, el padre Alberto Hurtado y en un nuevo intento de solución consensuada.
|