Por Fernando D�Addario
La banda argentina más reacia a la exposición pública �a excepción de los Redondos, ideólogos en la materia� decidió perpetuarse en imagen y sonido. Insoportablemente vivo, la película y el doble cd que revivirán la emoción del último megashow de La Renga en la cancha de Huracán, le garantizará al grupo de Mataderos, a futuro, la dimensión histórica de lo que representó a fines del siglo XX y comienzos del XXI: el símbolo de un rock que, sin intenciones rupturistas en lo musical, revolucionó los cánones culturales del género. Chizzo, Tete, Tanque, (el trío básico), músicos invitados, manager, escenógrafos, videastas, etc., refrendan su costado más romántico, subidos por azar y perseverancia a un rock épico, adornado con banderas y bengalas, pero concebido desde una suerte de pyme barrial.
Insoportablemente vivo se estrenará pasado mañana en el cine Lorange (Corrientes 1372). Habrá funciones todos los días, y los viernes y domingos se agregará una trasnoche. La película tiene, como todo proyecto, una pretensión de máxima y una de mínima. La más optimista �aunque no asumida directamente por la banda� es reeditar en Buenos Aires la mística de fidelidad rockera que en su momento logró La canción es la misma, el film de Led Zeppelin que se mantuvo durante años en cartel. No es descabellado imaginar que en las próximas semanas (¿meses?) el cine Lorange pueda convertirse en un Huracán en miniatura (de hecho, se había tirado la idea de montar en la sala parte de la escenografía usada en el estadio, propuesta descartada por el sentido común), una fiesta barrial cuya resaca se prolongue indefinidamente en el tiempo. La elección de la sala no es antojadiza: el Lorange aparece como uno de los últimos bastiones del cine de los años �60 y �70, en una avenida Corrientes arrasada por las playas de estacionamiento y los locales de fast-food. La Renga vendría a ser, salvando las distancias, algo parecido, en términos de representatividad de un �viejo orden� musical. La aspiración de mínima no es de ningún modo para despreciar: instalar su nombre en una galería selecta de mitos rockeros que encontraron justicia eterna en el celuloide (ver aparte).
La película tendrá, de esto no hay dudas, un fuerte impacto emotivo en aquellos que estuvieron en Huracán el 19 de mayo pasado. Fue un show ideal: sonó muy bien, el público (30 mil personas) estuvo más de dos horas en llamas, tocaron Pappo y Ricardo Mollo como invitados, no hubo incidentes. En principio, la banda tenía pensado editar un DVD con las imágenes del recital y registrar las canciones para un disco doble en vivo. En el camino, y de modo casual �como suelen ocurrir las cosas con La Renga� a alguien se le ocurrió: �¿Y por qué no una película?�. El proyecto inicial, entonces, vio redobladas las pretensiones: el doble cd en vivo (que tendrá 31 canciones, dos de ellas inéditas, �Oportunidad oportuna� y �Un tiempo fuera de casa�) será lanzado simultáneamente el 13 de septiembre en disquerías y quioscos de diarios, con una revista que detallará la historia del grupo a través de más de 150 fotos inéditas. Y antes del DVD estará la película. �Lo que pasa es que no todo el mundo tiene DVD en la casa, ni la guita para comprarlo. Por eso está bueno que los que quieran puedan ver el show en un cine�, señala Chizzo, el cantante del trío. Tete, el bajista, va más allá: �Si no tocara en La Renga, sería fan del grupo, y como fan me gustaría ver que toda esa fiesta se pudiera volver a disfrutar a través de una película�. Los músicos de La Renga son sencillos y contundentes, arriba y abajo del escenario.
La concreción de una película requiere otras complejidades. La dirección del film le pertenece a Diego Stokelj, amigo y seguidor de la banda desde hace diez años. Ex estudiante de TEA, conoció personalmente a los integrantes de La Renga en 1993, en La Rockería de Banfield. Le propuso al �Gordo Gaby� (el inefable manager de la banda) hacer un video �casero, en función de las posibilidades económicas� sobre el trío de Mataderos. �Quedamos en vernos �cuenta el videasta�. Un día fuimos, terminamoscomiendo una buseca bárbara, nos hicimos amigos, pero el video nunca se hizo...� Stokelj (�Cholo� para los integrantes del staff de La Renga) tendría tiempo para ello. Junto con Martín López (producción general) filmaron el clip de �El revelde� y �En el baldío�, antecedentes directos de Insoportablemente vivo en cuanto al rigor profesional de su concepción. La película tiene como eje el show de Huracán, que fue filmado con nueve cámaras. Las imágenes recrean la estética apocalíptica que ideó La Renga para esa noche, con proyección de derrumbes, destrucciones y erupciones varias. Lo único indestructible, parecía decir aquella puesta, es el fuego rockero, garantizado por músicos y público, en una comunión de identidades que diluye la tradicional barrera entre las estrellas y sus veneradores. Rocanrol, entonces, es lo que sobra (está el show completo), y para enriquecer la mística, por si fuera necesario, Insoportablemente vivo incluye imágenes de shows viejos en lugares emblemáticos para el grupo, como Galpón del Sur, Stadium y el primer Obras, en 1994. �La película está técnicamente bien hecha, pero por la onda de la banda tampoco dio para hacer un alarde de tecnología, porque la idea es que el pibe se meta adentro de un show en vivo de La Renga�, dice Stokelj, consciente de que el objetivo ha sido cumplido. El film comienza con una entrevista realizada a la banda en el mítico club Larrazábal, el lugar donde debutaron. Allí, Chizzo resume un espíritu que podría avalar cualquier fan de la banda: �El sentimiento es la palabra que más le va a La Renga�. De eso se trata.
La canción no es la misma
La relación entre el rock y el cine en la Argentina ha sido siempre más voluntarista que rigurosa. En su momento, las películas �importadas� mantuvieron la leyenda intacta de aquellas bandas que, por entonces, parecían inaccesibles para el público. Acá van algunas de ellas:
La canción es la misma:
La de Led Zeppelin se mantuvo en cartel entre setiembre de 1978 y diciembre de 1989 en el cine Lara. En marzo de este año se repuso en el cine De la Comedia.
Let�s spend the night together:
Retrata la gira que hicieron los Stones en 1981. Se proyectaba �por izquierda� en el viejo Halley de la calle Esmeralda aunque, producto de su época, tuvo mayor auge en video.
The Wall: El ritual se mantuvo durante años en el Select de Lavalle, que se llenaba de humito cada vez que empezaba el film de Pink Floyd.
Por otra parte, hubo algunos films argentinos de rock que, a su modo, hicieron historia:
Adiós Sui Generis:
En su momento, 1975, el films de Bebe Kamin fue calificado no apta para menores de 18. Eso le quitó fuerza, pero quedó para siempre como testimonio vivo de la banda más popular de esa década.
Rock hasta que se ponga el sol:
Documento del tiempo (1972) en que el rock militaba en la contracultura. Ideal para recrear el micromundo en aquellos años de convulsión, y para encontrarse con Pescado Rabioso, Color Humano, Sui Generis y Gabriela, entre otros.
B.A.ROCK: El registro de la segunda versión del festival (la primera fue reflejada por Rock hasta que...), fue responsabilidad de Fernando Ayala. En el rock de las últimas imágenes de la dictadura, la estrella fue Piero. |
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