Denuncias
cruzadas entre un representante de los empresarios, sindicalistas y funcionarios
del Gobierno rozan al presidente Fernando de la Rúa. Una causa
judicial por defraudación y un par de videos dan cuenta de un negociado
con el dinero que aportan los monotributistas para su cobertura de salud.
El presidente de Fedecámaras, Rubén Manusovich, registró
con una cámara oculta al titular de la obra social de Obras Sanitarias,
Juan Carlos Marteletti, y al operador delarruista Roberto Clienti. El
primero admite que había que recaudar un millón de pesos
para el superintendente de Salud, Rubén Cano, mientras que Clienti
explica su servicio de lobby en el asunto a cambio de una contribución
para que ganen en octubre los legisladores radicales. Todos los personajes
de esta historia pasaron de denunciantes a imputados por decisión
del juez federal Gabriel Cavallo.
Según consta en el expediente judicial, en julio de 1999 Fedecámaras,
la entidad que nuclea a pequeños y medianos empresarios, pidió
la inscripción de una obra social propia, pero como no podía
dar cobertura en el interior acordó hacerlo a través del
sindicato de Obras Sanitarias. Entre abril y diciembre del año
pasado a unos 100 mil monotributistas escogidos al azar les
descontaron 20 pesos mensuales. La Administración Federal de Ingresos
Públicos (AFIP) ordenó a la Superintendencia de Salud que
lo deposite a cuenta de 45 mil personas que pasaron a ser afiliados a
dedo. Ninguno de ellos recibió prestación alguna a
cambio de ese descuento.
El dinero recaudado sumó 5 millones 500 mil pesos que fueron depositados
en una cuenta del Banco Nación. Una fuente judicial relató
a Página/12 que Manusovich intentó pasarlo a la caja de
ahorro perteneciente al contador de Fedecámaras pero el banco se
lo impidió argumentando de que esos fondos no podían ir
a una cuenta privada. Los investigadores pudieron determinar que la obra
social de los sanitarios habría cobrado 3 millones 500 mil pesos
por una prestación que no brindó y el dinero salió
de esa cuenta. Según la misma fuente, el presidente de Fedecámaras
insistió con sacar el resto y como el Nación volvió
a negárselo lo retiró a través de un cheque certificado.
La Justicia investiga el destino de ese dinero.
Manusovich había denunciado al superintendente de salud, Rubén
Cano, al secretario general de los sanitarios, Rubén Pereyra, y
a Ronald Rodríguez, un interventor que puso Cano en la obra social
de Fedecámaras. Los acusó de presionarlo para quedarse con
esos 5 millones. A su vez, los tres lo acusaron a él de pretender
apropiarse del dinero de Fedecámaras. El juez federal Gabriel Cavallo
unificó ambas causas pero tras la feria de invierno les quitó
el rol de querellantes y todos pasaron a ser imputados de presunta defraudación
a la administración pública e incumplimiento de los deberes
de funcionario público. Los investigadores judiciales buscan establecer
la ruta del dinero y analizan las prestaciones médicas facturadas
a nombre de personas inexistentes. Establecieron que la obra social de
Fedecámaras tampoco existe porque dio un domicilio legal en el
que funciona una panadería y carece de libros contables.
La Justicia ordenó la realización de una cámara oculta,
que fue emitida esta semana por el canal América, en la que puede
verse al presidente de la obra social de los sanitarios (Osfentos) Juan
Carlos Marteletti explicándole a Manusovich que (el ex concejal
radical Humberto) Bonanata me consiguió el llamado, pero (Fernando)
De la Rúa lo agarró a Anguilessi y le dijo a (Rubén)
Pereyra se le respeta lo pactado. También mencionó
que acá sentado al lado mío está el contador
de la Fundación De la Rúa. Los investigadores aseguran
que nada de lo que aparece en el video resulta una prueba contundente.
Tampoco vislumbran la presunta extorsión de la que Manusovich dice
haber sido víctima.
Mientras tanto, el mismo programa emitió otra cámara oculta
realizada por Manusovich en febrero de este año sin orden judicial.
El protagonista esta vez fue el ex secretario legislativo del Consejo
Deliberante Roberto Clienti, quien se jactó de su influencia en
el entorno del presidente de la Nación y se adjudicó haber
salvado a los hijos de De la Rúa en lacausa sobre el
tráfico de influencias que habrían ejercido en su paso por
la facultad de Derecho de la UBA. Mientras Clienti lo escuchaba recostado
en el lobby de un hotel céntrico, whisky y cigarro en mano, Manusovich
se quejó de que lo obligaron a firmar un contrato en el que el
único prestador era Osfentos. Me apretaron para firmarlo
rápido y Marteletti me dijo que el 17 de enero teníamos
que ponerle 1 millón a Cano, 500 mil a Bonanata y 200 mil no se
a quién, se lamentó Manusovich. Que los demás
hayan querido hacer su negocito no me queda la menor duda, le respondió
Clienti. En otro tramo del video condicionó su participación
a que algo vaya para que ganen los legisladores del partido en octubre.
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