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FAMILIARES DE DESAPARECIDOS DECLARARON ANTE LA COMISION ISRAELI
Con emoción y algunos reproches

La Comisión Interministerial Israelí empezó a recibir testimonios. Anunciaron la apertura de los archivos de Cancillería.

Por Victoria Ginzberg

La Comisión Interministerial Israelí que investiga las desapariciones de judíos en Argentina empezó ayer a tomar declaraciones a los familiares de las víctimas. “Gustavo era un chico de gran sensibilidad, que descargaba sus impresiones en poesía. Quería vivir en una sociedad donde los hombres fueran libres y pudieran pensar en libertad”, dijo Elena Dubrovsky sobre su hijo. “Cuando acudí a la Embajada de Israel en Roma, se justificaron diciendo que mi hija era montonera”, expresó la periodista Mabel Itzcovich. Los testimonios fueron una mezcla entre emoción contenida por relatar la tragedia y ser escuchado y reproche a las actitudes del Estado y la diplomacia israelí durante la última dictadura. La comisión admitió que no podía eludir este último punto y por eso abrió los archivos del Ministerio de Relaciones Exteriores de su país.
En febrero de 1978, cuando desapareció su hija Laura Feldman, Itzcovich estaba exiliada en Roma. Allí logró entrevistarse con miembros de partidos políticos, organizaciones de derechos humanos y el embajador de Israel. “Durante un tiempo no tuve respuesta. Un día llamé a la embajada y un secretario me dijo que habían hecho averiguaciones y que estaba en algún lugar impreciso, pero agregó como justificativo para no seguir adelante que mi hija era montonera”, narró la mujer. El testimonio se convirtió a partir de allí en un contrapunto entre la declarante y los miembros de la comisión que encabeza Pinjas Avivi, actual director adjunto para América latina del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel y cónsul en Argentina durante la última dictadura. Los miembros del gobierno israelí le pidieron a la mujer que acotara su testimonio a la desaparición de su hija y que intentaban ayudarla hoy. “No veo por qué esta experiencia no le importa a nadie” y “hubiera preferido que me ayudaran ayer”, fueron las respuestas de Itzcovich.
Irit Kahan, directora del Departamento Internacional del Ministerio de Justicia, intentó superar la situación: “El objetivo de la comisión es ayudar a las familias y no investigar el comportamiento de las organizaciones y el Estado israelí. Pero esto surgió en varios testimonios y comprendimos que no vamos a poder publicar un informe sin tocar ese tema. Por eso permitimos que se abran los informes de la Cancillería”, explicó. Los documentos están siendo estudiados por Efraim Zadoff, académico de la Universidad de Haifa, quien estimó que a mediados del 2002 podrá tener un balance de lo que develan esos papeles. Avivi se adelantó y aseguró que “los testimonios y los documentos demuestran que Israel es el país que más gente sacó”.
Luego de Itzcovich, Dubrovsky relató el secuestro de su hijo, Gustavo Pasik, que tenía 19 años cuando se lo llevaron de su casa, el 22 de mayo de 1976. Ellas fueron las únicas dos personas de las seis que declararon ayer que permitieron la presencia de la prensa.
El testimonio de Dubrovsky, esposa de Boris Pasik, fallecido dirigente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) y cofundador del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), transcurrió en un clima más amistoso. La mujer narró que tres días después de su desaparición, Gustavo llamó por teléfono e intentó tranquilizar a la familia. Esa fue la última noticia que tuvieron de él. “Ahí comenzó la eterna búsqueda. Golpeamos todas las puertas, reclamamos ante todas la autoridades”, señaló. Emocionada, agradeció “la atención y la molestia” a la comisión” y, fuera de protoloco, Zadoff le contestó que “cuando la escuchamos, sentimos que cada hijo nuestro era candidato a desaparecer como su hijo”.
Los miembros de la comisión se quedarán en el país hasta el 12 de setiembre y esperan escuchar en la Embajada de Israel 45 testimonios. Para realizar su labor cuentan con dos acuerdos de cooperación firmados por la Asociación de Familiares de Desaparecidos Judíos en Argentina. Uno es con la subsecretaría de Derechos Humanos y otro con Abuelas de Plaza de Mayo yla Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) para la búsqueda de 20 niños judíos desaparecidos.

 

 

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