Por Laura Vales

Los desocupados volvieron a las calles con un corte central en La Matanza, piquetes y marchas en el interior del país y protestas en la Capital Federal y varios puntos del conurbano. Las manifestaciones de ayer fueron el inicio de un nuevo ciclo de concentraciones, cabildos abiertos y marchas que se extenderá hasta el 21 de setiembre. Como otras veces, los cortes dejaron caminos alternativos para el tránsito, pero durante la jornada hubo incidentes. En Santa Fe, una marcha por el centro de la ciudad terminó con vidrios apedreados, seis policías heridos y veinticinco manifestantes detenidos. En Catamarca, un fiscal ordenó la detención de seis manifestantes sin que trascendieran los motivos de tal orden.
Los desocupados mantienen los reclamos planteados en las anteriores semanas de protesta: la derogación de la ley de déficit cero y la libertad de los presos sociales. A eso acaban de sumar otros puntos, como el retiro de la Gendarmería de General Mosconi y la prohibición de los despidos y las suspensiones.
En los piquetes del conurbano se vio un clima más áspero. Hay distintos factores alimentando esa tensión; uno de los más básicos y concretos es que la provincia de Buenos Aires pagó buena parte de los planes de empleo en patacones, que los almacenes de los asentamientos no siempre aceptan. “En los barrios más pobres los vínculos con los pequeños comercios de la zona son importantes para la supervivencia; no hay grandes supermercados cerca y la comida se compra de fiado. Tener un plan de empleo de 120 pesos le garantiza a una familia que le sigan fiando, pero con los patacones todavía hay problemas, y cuando hay problemas el resultado es que no hay comida”, explicaba ayer uno de los delegados de barrio de La Matanza.
Desde el palco montado sobre el corte de ruta, Juan Carlos Alderete (titular de los desocupados de la Corriente Clasista y Combativa) anunció que a partir del lunes se volverá a pedir alimentos a los supermercados. El método generó en el pasado los conflictos más graves, al punto que por encabezar uno de estos pedidos está preso Emilio Alí y antes lo estuvo Raúl Castells.
Para los jefes piqueteros esos antecedentes no son menores; según dijo Alderete a este diario, por eso la idea que se debate en su organización es enviar en principio solicitudes por escrito a los principales hipermercados de La Matanza, aunque nadie descarta que también se hagan marchas frente a sus locales.
La temperatura del reclamo piquetero también está en suba porque todos tienen temor de que el ajuste llegue a los planes de empleo. Los desocupados dicen que seguirán de cerca el tratamiento del presupuesto para el 2002 y preparan escraches para los legisladores que aprueben una disminución en esas partidas.
Ayer, además, volvieron a cruzar dardos con la ministra de Trabajo Patricia Bullrich, quien quiere eliminar la intermediación de las organizaciones en el manejo de los planes Trabajar. El planteo de Bullrich es que el esquema actual se presta a un uso clientelístico de los fondos. “Les dimos los planes y montaron organizaciones” dicen que la ministro les planteó en uno de sus últimos encuentros cara a cara. Los jefes piqueteros, por supuesto, defienden con uñas y dientes la intermediación de las organizaciones en los planes y replican que sin ellas (y sin sus reclamos) el Estado se desentenderá de los desocupados.
Bullrich reiteró asimismo su posición contraria a los cortes de rutas al considerar que se trata de una metodología de protesta que “no es legal”.
En el interior del país la protesta se volvió a sentir en Río Negro y Neuquén, donde desde la semana pasada los vecinos de Zapala mantienen cortadas las rutas, reclamando un plan de inversión y generación de empleos. En algunos lugares, como la entrada de la fábrica de cerámicas Zanón, se interrumpió el tránsito en el camino de entrada. En Entre Ríoshubo cortes de ruta parciales, para dejar una vía de circulación y en Mendoza los camioneros también organizaron cortes.
Los incidentes de Santa Fe terminaron con 25 detenidos y seis uniformados heridos. La policía informó que se iniciaron cuando un grupo de manifestantes comenzó a apedrear los vidrios de la Municipalidad. La abogada Lucila Puyol, de H.I.J.O.S, sostuvo en cambio que “todos los manifestantes fueron detenidos luego de participar de un escrache en el centro de la ciudad, frente a la Bolsa de Comercio, sin que nadie tirara una piedra”.
“Quemaron cubiertas, pero no se había obstruido el tránsito ni había ocurrido ningún tipo de incidente”, agregó. “La policía inició la represión de la manera más injustificada y detuvo a 25 personas. Cinco de ellos ni siquiera era manifestantes, sino que estaban trabajando en la calle, limpiando los parabrisas de los autos”. Anoche los abogados esperaban la liberación de los detenidos.

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