|
 En
la zona norte, tener una cuatro por cuatro da más que estatus.
Según la policía, los dos ladrones que cayeron ayer en Tigre
cuando intentaban cobrar un rescate por una parejita que habían
secuestrado en la modalidad “express” elegían a sus víctimas
según sobre qué se movilizaran. En este caso, una pareja
veinteañera que paseaba por la ribera de San Fernando. Después
de que los ladrones –menores que las víctimas– no pudieron
sacar dinero de los cajeros automáticos de la pareja, decidieron
llamar al padre del muchacho y pedirle cien mil dólares. Transaron
en diez mil. Cuando estaban por cobrar, la policía los rodeó.
Eran cuatro. Dos se escaparon a los tiros. Dos están presos.
Eran las once de la noche cuando Javier Urriza, un empleado estatal de
20 años, y su novia, Daniela Boselli, de 19, paseaban en una Honda
Odissey por la costanera de Virreyes. Avanzaban como haciendo la vuelta
del perro. Fue muy fácil para los cuatro ladrones. Para que pararan
hicieron un disparo hacia el suelo. Una vez arriba de la camioneta, la
bandita descubrió que no desbordaban de dinero. Con una tarjeta
electrónica en mano los llevaron a dos cajeros automáticos
de los que no pudieron sacar un centavo. Entonces decidieron pasar a secuestro
extorsivo. “¿Quién puede pagar?”, preguntó
uno. “Mi papá”, propuso Urriza, les dio el número
de su casa y les prestó el celular. Pero el teléfono ya
no tenía crédito.
Por eso los llevaron a un aguantadero de una villa en el Tigre. Desde
ahí, por un teléfono fijo llamaron al padre, un ingeniero
que negoció con ellos y logró que le cobraran diez mil y
no cien mil. Al cortar, avisó a la policía. Por eso, con
los datos de la camioneta, varias patrullas los detectaron en Larralde
y Larrea, en Tigre, según contó a Página/12 el comisario
mayor Alberto Cánepa, de la Departamental. Cuando los ladrones
vieron a la policía, apretaron el acelerador y, no muy lejos, abrieron
la puerta e hicieron bajar a la parejita. Pero la policía les cruzó
un patrullero. Bajaron disparando. Dos escaparon. Los otros dos están
presos. Uno de ellos tiene 19 y salió hace un mes por un caso similar.
El otro recién cumplió los 18.
|
