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El surrealismo cruzado con el folklore tradicional de Cuyo

El mendocino Fernando Barrientos, ex Caín Caín, presenta esta noche aquí su nuevo disco, �La joven maza del tenderito herido�.

Por Karina Micheletto

El tenderito herido nació como un personaje de historieta: un surrealista súper héroe cuyano, un caballero andante del tercer mundo al que Fernando Barrientos, músico y compositor, mendocino de pura cepa, dio forma junto a un grupo de amigos. En La joven maza del tenderito herido, Barrientos retoma la estética de aquella idea original, pero para presentar un trabajo discográfico que dota de nuevos aires a tonadas, cuecas, gatos y canciones que se fusionan con la baguala, la vidala y la chacarera. El disco es el resultado compositivo de un trabajo de tres años, en el que Barrientos, junto a Raúl Tilín Orozco, se propuso dar forma a un cancionero que recorriera las distintas regiones del mapa folklórico argentino, deteniéndose especialmente en Cuyo. El intento es reinvindicar un folklore olvidado fuera de la región, que hoy tiene escasa difusión a nivel nacional.
“Tal como está distribuido este mapa, el folklore cuyano siempre estuvo bastante marginado. Hay gente que ama el folkore pero sólo tiene la referencia de un gato por lo que le dijeron en la escuela primaria”, afirma el músico en la entrevista con Página/12. “Dentro de los ritmos cuyanos como la tonada, la cueca y el gato, nosotros quisimos acercar una idea poética que contrastara con el paisajismo que ha imperado siempre en las letras, un punto de vista que se expresara en un lenguaje más urbano”, explica. Desde lo instrumental, en cambio, el disco se ajusta a las formas rítmicas tradicionales, manteniendo instrumentos acústicos. Ese contraste deliberado, sumado a la afinada voz de Barrientos, es quizás el mayor logro de este trabajo que se presenta hoy a las 21 en el Centro Cultural del Sur (Av. Caseros 1750), con entrada libre. De allí en más, Barrientos, junto a Tilín Orozco y Víctor González en guitarras, Oscar Reta en percusión y violín, Ricardo Vacari en percusión y Tito Barrientos en requito, todos mendocinos, seguirá una minigira por Tucumán, Jujuy y Mendoza.
Barrientos tiene una larga experiencia como compositor. Es autor de temas interpretados por Mercedes Sosa, León Gieco, Víctor Heredia, Marcelo Boccanera y Santiago Feliú, entre otros. Pero fue conocido por Caín Caín, el grupo que formó junto a Daniel Martín y que participó en la banda de sonido de la taquillera Tango Feroz (hicieron el tema que lleva el nombre del film y El amor es más fuerte, y Barrientos puso la voz a Presente, de Vox Dei). Aquella experiencia le posibilitó radicarse en Buenos Aires y conocer las formas y reglas de un circuito de producción profesional. “Lo de Tango Feroz fue bueno por las puertas que nos abrió, pero cuando vimos que nuestro proyecto no tenía que ver con lo que pasaba alrededor de la película, decidimos bajarnos”, cuenta ahora el músico, que sigue su trabajo con el dúo y como autor. “No me considero un folklorista. Con La joven maza... quiero arrimar un punto de vista y un lenguaje más urbano a un género al que recién estoy acercándome ahora, si bien estaba todo el tiempo alrededor mío en Mendoza”, aclara. Además de Orozco y Martín, sus compañeros de ruta, el músico reconoce la influencia de León Gieco como guía y referencia: “El es la idea más acabada de la sonoridad que me interesa conseguir, un tipo que viene del palo del rock y que puede tomar una chacarera o un aire de vidala y darle una forma nueva conservando su esencia, que no es lo que hace Divididos, por ejemplo”.
–¿Qué cosas aprendió con su incursión en el género folklórico?
–Con Tilín (Orozco) nos presentamos en muchas peñas, en Cosquín, otros lugares de Córdoba, Tucumán, Salta. Me impresionó el enganche de la gente, la predisposición que tienen para escuchar ritmos que no son tan conocidos y también lo fuerte que es la movida del folklore en el interior. En todas las provincias hay grupos que probablemente no lleguen a estar en las marquesinas de los teatros o en el programa de Mirtha Legrand, pero que son los que alimentan la cultura popular. He participado en encuentros a los que va muchísima gente, y no actúa ninguna figura conocida aunque todos tienen una larga trayectoria (ahí el infiltrado vengo a ser yo). Estos lugares son una manifestación de que existe otro folklore, de que hay gente que está haciendo las cosas en su lugar, con mucha aceptación, con propuestas independientes, autogestionadas, y que no necesita ser eyectada por el marketineo.

 

 

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