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El plan para redistribuir ingresos y
reactivar ya tiene quien lo escriba

Ayer se presentaron las conclusiones que resumen la propuesta del Plan Fénix, un original programa elaborado por economistas de distintas vertientes a lo largo de dos jornadas de debate.


Aldo Ferrer, economista, ex ministro y ex titular de la CNEA, presentó las conclusiones.
�Argentina sólo cumple con uno de los requisitos para tener éxito: la estabilidad institucional.�

Por Claudio Scaletta

Al cierre de las dos jornadas de discusión del Plan Fénix, las principales conclusiones a las que se arribó sostienen la necesidad de recuperar la capacidad financiera del Estado a través de una reforma impositiva progresiva y una reestructuración de la deuda externa, la que debe incluir una quita y un período de gracia, como instrumentos clave para el desarrollo de una política de reactivación productiva y redistribución del ingreso. También se acordó en la necesidad de un seguro de desempleo y formación y en la flexibilización del tipo de cambio.
En el acto de cierre de las jornadas de debate por áreas temáticas para la formulación del Plan Fénix, la Universidad de Buenos Aires decidió dar su pleno apoyo institucional al programa de un grupo de economistas de reconocida trayectoria. Ferrer fue quien tuvo a su cargo la exposición de los conclusiones generales, las que incluyeron el diagnóstico de la realidad argentina actual, los objetivos básicos del Plan y un conjunto de �medidas de emergencia para el corto plazo�. El punto de partida de la exposición del ex ministro de Roberto Levingston fue la descripción de las condiciones para el desarrollo económico y social presentes en los países desarrollados. A saber: la estabilidad institucional y política, el constante aumento del empleo como requisito de integración social, el funcionamiento eficiente de los mercados de bienes y servicios, equilibrios macroeconómicos sólidos, competitividad de la producción nacional, incorporación generalizada y continua del cambio tecnológico para participar de las corrientes dinámicas del comercio internacional, presencia del Estado para asegurar el desarrollo; la integración social; la equidad distributiva y el bienestar, la soberanía monetaria, cambiaria y fiscal, y la existencia de mercados financieros al servicio de la producción y el empleo.
�Sólo los países donde están presentes estas condiciones tienen éxito�, afirmó Ferrer, pero Argentina �solo cumple con el primero de estos requisitos, la estabilidad institucional�. En cuanto al diagnóstico, el ex ministro consideró que hoy �predomina una visión fundamentalista de la globalización, según la cual un país periférico tiene que ser realista y aceptar que ha perdido la capacidad para decidir su propio destino�. De aquí emana que �la única política posible es la subordinación a los criterios predominantes en los centros financieros internacionales�. Esto supuso el descalabro de los equilibrios macroeconómicos, �se desfinanció el Estado a través de la reforma previsional� y se agravó el carácter regresivo del sistema tributario. En consecuencia, �aumentó el déficit y el endeudamiento al punto que los intereses de la deuda ya representan más del 20 por ciento de la recaudación y el 50 por ciento de las exportaciones�, describió Ferrer. 
Así, la combinación de la apertura del mercado interno con sobrevaluación cambiaria, la fuga de capitales, los intereses de la deuda y �el déficit de las operaciones en divisas en la inversión privada directa radicada en el país� generan �una creciente y fenomenal déficit de la cuenta corriente del balance de pagos�. Según las conclusiones del Plan Fénix, �la Argentina vive así pendiente de los cambios de humor de los mercados financieros y está aterrorizada por el riesgo país, revelador del grado de subordinación en que hemos caído�. Por ello, el documento final sostiene que �el Estado se ha replegado y subordinado y la política económica está limitada a transmitir señales amistosas hacia los mercados y pagar los servicios de la deuda. Como el ajuste es así interminable, la recesión no tiene piso�.
Por otra parte, según reseñó Ferrer, �ni siquiera la profundización de la recesión, con una caída aun más drástica de las importaciones, asegura el abastecimiento de divisas necesario�. Cuando el sistema se haconvertido en �una infatigable máquina de pobres�, es preciso �desterrar las ilusiones del pensamiento predominante, que sólo argumenta a partir de promesas de un futuro que nunca llega mientras el presente muestra una trágica realidad�, concluye el documento.
Al final de su exposición, Ferrer propuso un conjunto de �medidas de emergencia� de corto plazo:
u Reprogramar la deuda y la reducción de sus servicios conforme con la disponibilidad de recursos del Tesoro y del balance de pagos.
u En el contexto de los equilibrios macroeconómicos y distributivos recuperados, flexibilizar la política cambiaria. Mantener la convertibilidad para la cuenta corriente del balance de pagos y regular los movimientos en la cuenta de capital.
u Acordar con el sector empresario y en particular con las filiales de empresas extranjeras la reinversión plena de las utilidades en el país por el plazo necesario para emerger de la crisis. Asimismo, acordar un plan de aplicación inmediata para aumentar el contenido local de los insumos de bienes y servicios y tecnología, y la expansión de exportaciones. El acuerdo debe incluir la desdolarización y la desindexación de las tarifas de los servicios públicos.
u Consolidar la situación de las finanzas públicas mediante una reforma tributaria progresiva. Reducción inmediata del IVA para los bienes y servicios de primera necesidad.
u Amplio seguro de desocupación y medidas de apoyo directo que aseguren a la población la satisfacción de las necesidades básicas.

 

 

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