Por Cledis Candelaresi
Otro anochecer cayó sobre Madrid y Buenos Aires sin que se conozca la identidad del nuevo comprador de la concursada Aerolíneas Argentinas. En la capital hispana, Juan Carlos Pellegrini, Enrique Pescarmona y representantes de Marsans-Air Plus estarían disputando ese lugar bajo la atención del ministro de Infraestructura, Carlos Bastos. La clave para que la SEPI elija a su sucesor parece ser cómo se repartirá el millonario pasivo de la empresa que, aunque sea en una porción minoritaria, podría endilgarse al futuro dueño. El viernes 21, quedarían despejados todos estos misterios.
Ningún oferente imagina, siquiera, asumir como propio un pasivo que supera los 900 millones de dólares. Pero, al mismo tiempo, todos saben que no es posible dejarlo íntegro sobre las espaldas de la SEPI. Presumiblemente, ésta debería afrontar las deudas bancarias, en gran medida contraídas con el propio estado español, a través de operaciones cuya legitimidad muchos ponen en duda. Sin embargo, los créditos de proveedores y leasing bien podrían transferirse al futuro operador de la compañía.
Fuentes próximas al proyecto Pellegrini admitían ayer ante Página/12 que ese reparto de las obligaciones es un punto medular, que bien podría resolverse si el accionista español admitiera la promesa de compensarlo en el futuro. En otros términos: SEPI debería quedarse con toda la deuda -salvo la que se derive de leasing a futuro�, pero una porción a definir, sería restituida por el sucesor en el futuro, en la medida que obtenga utilidades.
La propuesta de Pellegrini cuenta con el respaldo de varios gremios, aunque no de los técnicos aeronáuticos comandados por Ricardo Cirielli, quienes no olvidan las órdenes de reprimir conflictos sindicales que habría impartido el otrora titular de AA. El ex funcionario decidió quedarse por lo menos hasta el jueves en Madrid, esperanzado de seducir a los españoles con una garantía de oferta y el supuesto respaldo de un banco de primera línea.
En Buenos Aires la puja se da en el medio de rumores cruzados entre los adversarios. A Pescarmona se le objeta la intención de reeditar la problemática historia de esta privatización, ya que, a través de Cielos del Sur, fue el primer y ya olvidado adjudicatario de AA, antes de que ésta quedara en manos españolas.
Los comentarios más ácidos, sin embargo, los cosechó hasta ahora la sociedad entre Air Plus �empresa aérea, en su versión local mayoritariamente de la familia Lúpuri, que vuela con aviones y tripulación española pero derechos de tráfico argentinos� y Marsans, operador turístico español. La diputada y dirigente de azafatas, Alicia Castro, advirtió ayer que este grupo nunca defendería intereses argentinos. Otros dirigentes lo consideran simplemente �un sello�.
�Ladran, Sancho, señal que cabalgamos�, ironizan en Air Plus, donde los críticas se atribuyen al rápido éxito que habría tenido esta empresa con que copó los vuelos al Caribe y tiene utilidades a pesar de la recesión.
El embajador español, Manuel Fernández Cavada, dijo ayer a los gremios aeronáuticos lo mismo que el dirigente de la SEPI, Gurbindo Gutiérrez y la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich: aún no hay acuerdo cerrado con ningún comprador, pero el tema no se resolvería mucho más allá de fines de mes. El próximo viernes el Consejo de Ministros podría conocer un informe técnico con la o las propuestas en carrera (si quedara en pie más de una), y una semana después se expediría.
Recién entonces podría conocerse el plan operativo, el futuro staff, y si recuperará, siquiera, el diagrama operativo que tenía vigente hasta que abandonó los vuelos internacionales. En noviembre, los acreedores de Aerolíneas sellarían un concordato.
Edcadassa
Edcadassa, la sociedad mixta que Fuerza Aérea integra con Eduardo Eurnekian, despidió el 10 por ciento de su personal, argumentando una disminución en el tráfico aéreo de mercaderías desde y hacia Argentina. Los depósitos fiscales, administrados íntegramente por el operador de los principales aeropuertos del país, durante el 2001 sufrieron una merma en el volumen de operaciones del 15 por ciento, equivalente a 57 millones de dólares. En respuesta, la Unión del Personal Civil de la Nación decidió un quite de colaboración, que amenaza paralizar la actividad de la empresa. |
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