Por Nora Veiras
Ya era el final del reportaje grabado al presidente Fernando de la Rúa en �Hora Clave� y él decidió sacar el tema: la Carpa Blanca. Primero se quejó: �De lo único que se habla en educación es de los paros y no del gran esfuerzo que hicimos�. Al precisar el �esfuerzo� dio rienda suelta a sus dudas sobre la forma en que resolvió ese conflicto. �Yo no sé si fue un acierto o un error, yo creo que era positivo, teníamos la Carpa Blanca, fue en los primeros días de gobierno, y dijimos: �Vamos a incorporar al Presupuesto los 660 millones de pesos del Fondo de Incentivo Docente�. Se incorporaron. La verdad es que esa fue nuestra cruz, el déficit permanente de todo el año fueron 660 millones. Y, además, se sumaron a cuanto paro había, protestando contra el gobierno que había reconocido esto. Eso fue una incorporación grave al déficit, no fue una contribución al equilibrio fiscal.�
El explícito reproche a los gremios que decidieron confrontar a pesar de haber conseguido el incentivo atado al déficit que provocó ese fondo en las cuentas fiscales alimenta las sospechas sobre su eliminación en el 2002. El Ministerio de Educación envió a Economía un presupuesto que incluye al polémico Fonid. Anoche, los funcionarios del área �el ministro Andrés Delich está de viaje� interpretaban que, en realidad, lo que quiere el Gobierno es mantener esa partida pero cambiando las condiciones. Los que apoyan esa idea pretenden que se deje pagar en forma homogénea un monto fijo de 60 pesos por mes, quieren diferenciar categorías salariales de forma tal que cobren los salarios más bajos. Claro que cualquier reestructuración presupone el mantenimiento de la partida. Y, siguiendo el razonamiento del Presidente, es más fácil deducir la supresión aprovechando, además, que la Ley de Incentivo prevé que el Tesoro nacional garantice el fondo sólo hasta fin del 2001.
A pesar de los intentos de Educación, el Presidente dejó poco margen para la negociación. Apeló al argumento que horroriza al sacrosanto mercado para fundamentar el fracaso del incentivo: �Fue una incorporación grave al déficit, no fue una contribución al equilibrio fiscal�. No hay dudas: la educación debe ajustarse para adecuarse al déficit cero, el credo de supervivencia del gobierno. Ya no se trata de priorizar la educación sino de cerrar las cuentas aunque en el camino quede el incentivo que consiguieron los maestros después de 1003 días de Carpa Blanca y su anulación implique, de hecho, una reducción salarial. Una carpa en la que el entonces jefe de Gobierno porteño, Fernando de la Rúa, en campaña hacia la presidencia izó la bandera el 9 de julio de 1999.
En Economía muestran menos dudas a la hora de aplicar la tijera. Un alto funcionario del área de Ciencia y Técnica �que también depende de Educación� describió abatido ante Página/12 el resultado de sus gestiones ante los �sectoriales� de Hacienda, los encargados de hacer el trabajo fino del ajuste. �Me dijeron que para este año en el Conicet se tendría que subejecutar el 40 por ciento de los 16 millones de pesos previstos para subsidios de investigación. Y, además recomendaron no prorrogar demasiados vencimientos para el 2002 porque además habría un recorte global.� La subejecución es la forma encubierta de recortar ya que Economía no habilita las partidas aunque estén presupuestadas. Para consolarlo, el �sectorial� le explicó al funcionario: �Ya bajamos el incentivo docente, los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) a las provincias y tenemos que seguir hasta conseguir 3 mil millones menos�. El criterio de caja desconoce las sutilezas de las prioridades en un país donde más de dos tercios de los alumnos van a la escuela pública y gran parte de la privada está subvencionada por el Estado para pagar salarios.
El razonamiento del Presidente dejó desolados a los defensores del Fonid. Los universitarios agradecían que no haya explicitado nada sobre los recursos del sector. La esperanza durará poco: el tiempo que reste hasta que el presupuesto llegue al Congreso. Otro indicio de la magnitudde la poda es que ahora dicen que el proyecto no lo discutirán sino que lo enviarán recién después de las elecciones legislativas del 14 de octubre.
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