Por Susana Viau
Pasadas las 8.30, con custodia y seguido por dos ambulancias del SAME, el ex almirante Emilio Massera se presentó ante el juez federal Claudio Bonadío. Massera se negó a declarar y presentó un escrito de poco más de una carilla en la que aduce estar sometido a una persecución organizada �por las bandas que asolaron el país�. El texto está en línea con la estrategia empleada por los oficiales que lo precedieron y se encuentran detenidos: Francis Wahmond, Juan Carlos Rolón, Jorge Radice y Jorge �Tigre� Acosta. A ellos se suma desde ayer el capitán de navío Jorge Perren, contra quien Bonadío había librado el jueves orden de detención. Perren, antes de entregarse, hizo llegar un escrito en el que se identifica como jefe de Operaciones de la Unidad de Tareas 3.3.2. y, por tanto, superior de Rolón a quien, dice, encomendó la captura de un dirigente del sector de finanzas de Montoneros. El escrito de Perren pone una pica en Flandes al asumir la responsabilidad derivada de su ubicación en la cadena de mandos y sentando un precedente que tiende a contener el disgusto �y las eventuales confesiones� de los subordinados ante la �lavada de manos� de la jerarquía naval. Al mismo tiempo, el único hecho en que tanto Perren como Rolón admiten haber participado involucra a un militante que sobrevivió, �Gabriel�, antiguo seudónimo del periodista Juan Gasparini.
Menos de una hora permaneció Massera en los tribunales de Comodoro Py. Cuando ingresó al despacho donde lo aguardaban el juez, el secretario Pablo Bertuzzi y el fiscal Carlos Rivolo, el personal del SAME se mantuvo en la oficina contigua, por si las moscas. Lo cierto es que Bonadío cumplió con el propósito que, evidentemente, se había fijado: no entrar en el juego del ex almirante y desechar la posibilidad de tomarle declaración en el departamento de Libertador donde cumple prisión domiciliaria por razones de salud. Con camisa, suéter y sin corbata, Massera regresó como había llegado. Perren, entre tanto, quedaba alojado en dependencias del Edificio Libertad, sede del comando de la Marina, lugar en el que se hallan asimismo Rolón, Radice y Wahmond, quienes eligieron entregarse detenidos a sus camaradas de armas.
En la declaración escrita presentada con carácter de espontánea, Perren afirma que �Dado que en esta causa judicial se encuentra detenido el señor Capitán de Fragata (RE) Juan Carlos Rolón, en mi condición de ex superior directo suyo en enero de 1977 en la Escuela de Mecánica de la Armada vengo a poner en conocimiento de V.S. circunstancias que es mi deber informar�. Perren sostiene que entre principios de julio de 1976 y fines de marzo de 1977 fue jefe operativo de la UT 3.3.2., �de combate contra el terrorismo � y dependiendo del director de la ESMA �que, además, cubría la función de comandante del Grupo de Tareas 3.3 (GT 3.3)�. Perren aclaró que antes de esas fechas también había cumplido funciones operativas en la UT 332, pero sin ostentar el cargo de Jefe de Operaciones, aún inexistente en su orgánica. Y aclaro, además, que por mi actuación en estas operaciones militares no he sido nunca procesado�. �Las diferentes secciones de combate que se destacaban para el cumplimiento de las operaciones �bajo mi mando personalmente a veces, o al comando de otros oficiales a los cuales se les imponía la misión del caso� estaban integradas básicamente por oficiales de la Armada entonces jóvenes y de baja jerarquía. Esas secciones actuaban en el terreno conforme a las órdenes recibidas de la cadena de mando, contando generalmente con información sucinta respecto de los terroristas con quienes podía tropezarse�, prosigue.
Al margen de la siniestra humorada del �tropiezo�, Perren aborda a continuación los cargos formulados a Rolón y dice tener �la obligación moral y legal� de recordar que en enero de 1977 �fecha en que se practicaron los secuestros de Victorio Cerutti, Horacio Palma y Conrado Higinio Gómez, cuyo desapoderamiento bajo coacción y posterior asesinato es investigado por Bonadío�, �el capitán Rolón se encontraba en la ESMA en la última situación, afectado transitoriamente a las operaciones delGrupo de Tareas desde su destino permanente en un buque de a Flota de Mar�. Es claro que Perren, �Puma�, �Octavio�, �Morris� o �Inglés�, según los alias utilizados en la ESMA, señala que �En los primeros días de 1977 se entró en un ámbito hasta entonces sólo conocido por referencias: la denominada Area de Finanzas del Ejército Montonero, encargada de manejar los fondos que dicha organización obtenía ilegalmente para sus acciones terroristas (...) En esa ocasión se dispusieron varias misiones de inteligencia y captura de miembros de ese ámbito, de los cuales recuerdo con claridad el caso de quien hasta su captura sólo era conocido por su nombre de guerra �Gabriel� y resultó ser el �oficial segundo� �experto en el manejo de los fondos irregulares� Juan Gasparini (...) Su captura fue encomendada al capitán Rolón� quien �estaba exclusiva y directamente a mis órdenes (...) no realizando ninguna otra tarea ajena a las operaciones de combate en la calle�.
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