Por Pedro Lipcovich
La paradoja es sólo aparente y puede enunciarse así: �Cada vez hay más indicios de que los �antioxidantes�, como las vitaminas C y E, son eficaces para prevenir graves enfermedades: por lo tanto, ¡ni se le ocurra tomar una de estas vitaminas!�. En su explicación está el nudo de lo que la ciencia conoce hasta ahora al respecto: se sabe que una dieta que contenga variados antioxidantes es adecuada; en cambio, una vitamina tomada aisladamente es inútil y hasta podría ser perjudicial; un complejo de vitaminas y minerales es mejor, pero, en las pruebas clínicas, sólo consigue suplementar y no sustituir la buena alimentación. Especialistas reunidos en Buenos Aires explicaron a
Página/12 qué son los antioxidantes, y por qué funcionan como un equipo de fútbol. Además, luego de exponer las verdades establecidas, avanzaron en las especulaciones basadas en los estudios en curso: la vitamina E, en dosis altas, podría disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas; y un microelemento llamado selenio contribuiría a prevenir el cáncer de próstata.
�Five�, extendió su mano abierta el doctor Balz Frei, del Instituto Linus Pauling, de Corvalis, Estados Unidos, quien participa en la IV Jornada Médica Internacional Antioxidantes y Calidad de Vida, que finaliza hoy en Buenos Aires: �Cinco frutas o vegetales por día han demostrado tener un efecto protector contra las enfermedades cardíacas y el cáncer�. No importa tanto qué fruta o vegetal: �Manzanas, naranjas, brócolis, tomates, también es muy buena la lechuga�. Lo que importa es la variedad. �Todavía no estamos seguros de qué sustancias producen ese efecto: si es la vitamina C o la E o el betacaroteno, los flavonoides (presentes en el vino tinto), los polifenoles (en el ajo y la cebolla) o el licopeno (responsable del color rojo de los tomates). Probablemente sea la combinación de todas ellas y otras, no un componente en especial. El hecho es que, cuando se administraron antioxidantes aisladamente, los resultados no fueron similares�, señaló el investigador y observó que �además, entre 100 y 200 miligramos diarios de vitamina C bastan para saturar el organismo; el cuerpo no retiene más que eso�.
Virginia Junqueira �del Centro de Estudios del Envejecimiento de la Universidad Federal de San Pablo, Brasil� amplió la explicación: �Los antioxidantes trabajan en conjunto: es como un equipo de fútbol, donde cada jugador tiene su función diferenciada�. La pelota que estos jugadores administran es la de los radicales libres (ver recuadro). �Supongamos, una molécula de vitamina E asoma su cabecita en la membrana celular y captura un radical libre: ahora tiene que liberarse de él.� Como cualquier futbolista, deberá pasar la pelota �y se la pasa a otro antioxidante para que la conduzca hacia fuera del sistema�. En cambio, si, por ejemplo, en el organismo falta vitamina C, �la vitamina E y el betacaroteno pueden transformarse ellas mismas en los radicales dañinos; por eso es mejor no tomar vitaminas en forma aislada o sin control médico�, destacó Junqueira.
El problema se complica porque, mientras que la vitamina C es soluble en agua, la E sólo se disuelve en aceites. �Entonces, los médicos clínicos nos consultan: �Tengo un paciente que toma un complejo vitamínico estupendo pero no asimila la vitamina E�. El doctor deberá aprender que, si esa persona desayuna jugos de fruta y leche desgrasada, ahí deberá tomar la vitamina C y reservar la E para el almuerzo, si ésta es su comida más rica en grasas.� Hay vitamina E en los porotos, las arvejas: para asimilarla, ¿convendrá comerlos con un poquito de panceta? �Puede ser �se atrevió a decir la especialista�, en personas sanas y sin excesos: la cocina popular de muchas generaciones supo que convenía preparar los porotos con lípidos.�
¿Qué indicios provienen de las últimas investigaciones? Según Balz Frei, �hay interesantes evidencias de que dosis diarias de 200 miligramos de vitamina E podrían disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas. Obtener esta cantidad a partir de la dieta es imposible, ya que una alimentación saludable proporciona 10 a 20 miligramos: habría que tomarla comosuplemento dietario�. Además, �una pequeña cantidad de selenio, 100 microgramos por día, permitiría bajar en un cincuenta por ciento el riesgo de cáncer de próstata�, contó Balz Frei.
Otras investigaciones que se anuncian estos días conciernen a la función del �estrés oxidativo� (ver recuadro) en enfermedades del sistema nervioso como las de Alzheimer y Parkinson. El argentino Enrique Cadenas estudia el tema en la Universidad de Southern California: �Se ha establecido que, cuando hay carencia de vitamina E, por ejemplo por falta de la proteína que la transporta en el interior del organismo, entonces se producen síntomas de degeneración neuronal, algunos de los cuales se parecen a los del mal de Alzheimer. Una investigación sugiere que altas dosis de vitamina E podrían ser útiles para desacelerar la progresión de esta enfermedad�.
Glosario sobre antioxidantes
Por P.L.
Radical libre: es una molécula enloquecida, a la que le falta no un tornillo sino un electrón; por eso se ha vuelto muy inestable y, para volver al equilibrio, tiende a capturar un electrón de otra molécula. La molécula a la que así le sea quitado un electrón, sea una proteína o un lípido o una cadena de ADN, habrá cambiado en su estructura y ya no cumplirá bien su función.
Oxidación: es la pérdida de un electrón, tal como se la describe en el precedente párrafo. En el organismo, los radicales libres, oxidantes, son derivados del oxígeno.
Antioxidante: Se llama así a toda sustancia que tenga particular capacidad para atacar a radicales libres y neutralizarlos. En realidad, muchas sustancias pueden hacer esto pero se reserva el nombre para las que, por su estructura, pueden hacerlo mejor y más rápido.
Estrés oxidativo: es un desequilibrio entre las defensas antioxidantes y la producción de radicales libres. En caso de que los antioxidantes bajen mucho, o en caso de que los radicales libres aumenten mucho, se producirá este estrés, que es tóxico para las células. Se lo vincula con enfermedades como las cardíacas, el cáncer, el accidente cerebrovascular, la aterosclerosis y la diabetes.
(Información proporcionada por Ricardo Ferreira, integrante del Comité Científico de la Jornada Internacional Antioxidantes y Calidad de Vida, que finaliza hoy.) |
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