Despojar la moda de toda connotación frívola e institucionalizar la interacción entre las industrias de indumentaria y los diseñadores se ha convertido casi en una cuestión de Estado para los miembros del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en momentos en que la crisis obliga a agudizar el ingenio y a rescatar la alta calidad y la originalidad de los productos para poder competir en el mercado mundial. Con este espíritu, la Secretaría de Desarrollo Económico porteña y los representantes del Centro Metropolitano de Diseño lanzaron ayer la segunda edición del Mes de la Moda en Buenos Aires, que arrancará oficialmente el lunes próximo, con Buenos Aires Alta Moda, una serie de desfiles a realizarse en el Hotel Hilton.
Tras el éxito de la Buenos Aires Fashion Week en marzo pasado, que fue la frutilla del postre para la primera edición del Mes de la Moda, el Centro Metropolitano de Diseño (CMD) �coordinado por Adrián Lebendiker� y la Secretaría de Desarrollo Económico �a cargo de Eduardo Hecker� apuestan de nuevo en esta edición a los proyectos que ponen en la vidriera a los jóvenes diseñadores: la Kermesse Mundial, que se realizará el segundo domingo de cada mes, organizada por el grupo Diseñadores del Bajo; la Boutique Nómade, que nuclea a 32 diseñadores, y se presentará el 16 de setiembre, de 15 a 21, en Pabellón IV, de Palermo Viejo.
La evaluación del programa ModaBA es hasta el momento optimista: se han otorgado 10 créditos con tasa cero a pequeños diseñadores y se están tratando entre 15 y 20 solicitudes más. �La gente del INTI ha desarrollado un centro que recaba información sobre tendencias internacionales en moda �señaló a
Página/12 Adrián Lebendiker�, que constituye una herramienta fundamental para los diseñadores con escasos recursos�. Otro proyecto es realizar un relevamiento iconográfico y tipológico sobre las producciones textiles de todo el país, y luego brindar esa información a las industrias que deseen incluir esos materiales en sus productos para diferenciarse.
�El problema es que la industria argentina no asume que el diseño debe ser parte de su desarrollo: compra maquinaria e insumos, pero no invierte en un diseñador que marque una diferencia en el producto�, explicó el titular del CMD. Y agregó: �Es una industria con una una infraestructura poderosa, y cuenta con un potencial increíble pero le falta capacidad de ensamblar diseño con producción�.
Paz Alvarez Menéndez, una de las diseñadoras que recibió un crédito y asesoramiento de parte del CMD, coincide en que la clave de los productos argentinos está en �el toque artesanal, la dedicación de la mano de obra y la capacidad y creatividad� de sus autores. �Pero falta una estructura que ayude a difundir el producto. En Estados Unidos yo vendo por la calidad de mi producto: acá, si no hago relaciones públicas es muy difícil sobrevivir en el mercado�.
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