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El extraño caso de las llamadas
en vivo en un programa grabado

Los mensajes a Fernando de la Rúa en �Hora Clave� desnudan un recurso habitual: hacer parecer espontáneo lo que ya fue calculado.

Grondona le leyó al Presidente mensajes sobre la entrevista �en vivo�.
�Es un procedimiento normal�, dijeron, off the record, en Azul TV.

 

Hace mucho tiempo que la televisión reescribió las leyes de la física a su antojo, pero a veces parece llegar demasiado lejos. ¿Cómo es que un programa grabado se ufana de recibir llamadas en vivo? En su última emisión, el ciclo de Mariano Grondona �Hora Clave� celebró sus doce años de existencia con una entrevista a Fernando de la Rúa, que llegó a los estudios de Azul antes de mediodía y, amaestrado en el ejercicio televisivo, saludó a las cámaras con un resuelto �Buenas noches�. Entretanto, los �espectadores� �llamaban� por teléfono y le hacían preguntas al Presidente. 
La primera certeza es que no fueron comunicaciones imprevistas de televidentes comunes, pues los cincuenta minutos de entrevista real ocurrieron unas diez horas antes que la puesta en el aire. En estos casos, el equipo de producción monta un pequeño simulacro de interrogatorio popular para generar un efecto de foro democrático y espontáneo. �Es un procedimiento normal�, le dijo a Página/12 un productor de Azul que pidió no ser nombrado. �El asunto es hacerlo con elegancia, que no se note y que los llamados no se inclinen ideológicamente hacia los intereses del programa o del canal�. 
Allá por los ochenta, Bernardo Neustadt se jactaba de atender sin filtros las llamadas de su público, hasta que alguien le cantó las cuarenta en vivo y en directo. Desde entonces, no más sorpresas. Los productores de los programas reciben el nombre y número telefónico del espectador, le contestan la llamada, y recién entonces le permiten salir al aire. Así funciona en los programas en vivo, excepto cuando erigirse en blanco de insultos se convierte en la mejor arma para captar audiencia, como es el caso del conductor de cable e inquietante candidato a legislador Miguel De Renzis. Luego existe eso que en la jerga del medio se llama �falso vivo�, la grabación en tiempo real de un programa que se emite en diferido. Suelen implementarlo ciertos ciclos humorísticos, de entrevistas y hasta algunos noticieros. La pregunta sería si el falso vivo es un procedimiento igualmente legítimo cuando involucra asuntos de Estado e intervenciones de televidentes contratados o elegidos por la producción. El jueves, mientras De la Rúa impostaba firmeza aporreando ligeramente la mesa de Grondona, una tal Andrea de Pilar le hizo ver: �Usted habla con euforia, pero acá hay gente que no come�. De la Rúa contestó con un evasivo �no es euforia, es firmeza�. En este caso, como las objeciones no se multiplicaron, el Presidente se ciñó a las códigos televisivos. Mirtha Legrand, en cambio, todavía debe recordar la vez en que grabó su almuerzo con Carlos Menem, al final de su segundo mandato, y le leyó una pregunta crítica que había formulado un supuesto espectador espontáneo. Menem, rápido como las balas, le recordó en plena grabación que el programa iba en diferido. �¿Cómo hacen para recibir llamados en directo?�, se permitió dudar.

 

 

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