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La inclusión de Elisa Carrió cambia el panorama electoral
Cuánto influye este huracán

Hay dos panoramas electorales: uno con Carrió claramente identificada con los candidatos del ARI, otro con la diputada más alejada. Tanto en provincia como en la Capital, su partido duplica la intención de voto cuando se aclara que Bravo y Barrachia son �sus� candidatos. Las pérdidas son para la Alianza y Alfonsín.

 
La estrategia de Carrió debe incluir asociar su nombre al de sus candidatos, hasta incluyendo una foto en la boleta.



Bravo: primero con Lilita.

Terragno: primero sin Carrió.

Beliz: no le afecta.

Duhalde: favorito en provincia.

Alfonsín: tercero frente a Carrió.

Por Raúl Kollmann

Lo llaman el Huracán Lilita. Este es el fenómeno que ya todos los encuestadores, los del oficialismo, el PJ y los independientes registran y anticipan para las elecciones del 14 de octubre próximo. El ARI, con la foto de Elisa Carrió en los afiches y tal vez en las boletas y el protagonismo de Lilita Carrió en la campaña, se quedaría con el triunfo en la Capital Federal y una impresionante votación en la provincia de Buenos Aires. El Huracán Lilita golpea fuertemente a la Alianza, que es a quien más votos le saca, con lo que su candidato en la Capital, Rodolfo Terragno, pelearía el segundo lugar con Gustavo Beliz y en el distrito bonaerense puede relegar a Raúl Alfonsín al tercer lugar e incluso al cuarto. Tal vez lo más importante es el mensaje. Según explicó un encuestador, �la gente vio que se fue a Estados Unidos, trajo las cajas sobre lavado de dinero, dice la verdad, se la juega y no le importan las consecuencias. Es lo contrario de los políticos habituales�.
Las conclusiones surgen de varios estudios a los que Página/12 tuvo acceso. El presidente Fernando de la Rúa ya tiene una encuesta en la que se describe que el ARI arrasaría en Capital y que el candidato de Carrió en el distrito bonaerense, Jorge Barrachia, casi un desconocido, ya recoge más del 8 por ciento de los votos. Se trata de gente que sabe que Barrachia está con Carrió, pero cuando se le menciona al resto de los encuestados que el intendente de Trenque Lauquen es el postulante que tiene la diputada, instantáneamente el voto trepa al doble, ubicándose segundo, detrás del favorito Eduardo Duhalde. 
Hasta Alfonsín recibió una encuesta similar y puso el grito en el cielo. Se quejó de que debía preguntarse a los encuestados por quién van a votar sin mencionarle que Carrió está detrás de Barrachia. Sin embargo, los sociólogos coinciden en que la metodología correcta es incorporar el efecto Carrió porque a lo largo de la campaña se sabrá que Alfredo Bravo es el candidato capitalino de Carrió y Barrachia el bonaerense. Hoy la mayoría de los ciudadanos no lo sabe, está desinteresada de la elección, no tiene la menor idea de quiénes son los candidatos y menos todavía quién está detrás. 
El trabajo realizado por el conocido consultor Hugo Haime, quien habitualmente asesora a los candidatos del justicialismo, muestra nítidamente el Huracán Carrió. Se trata de una encuesta amplia, de 400 casos en la Capital Federal y 800 en el conurbano bonaerense. Las entrevistas fueron domiciliarias y se respetaron las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. Página/12 tuvo acceso exclusivo a todos los datos de la encuesta.
�Lo primero que hay que decir .-señala Haime.- es que por ahora la gente está desinteresada de la elección. Cuando uno pregunta de entrada por quién van a votar, hay un 40 por ciento que manifiesta que no está seguro si va a concurrir a las urnas o no. Hay un dato todavía más notorio: el 75 por ciento de los que consultamos no supieron el nombre de ni uno solo de los candidatos. El siguiente paso fue mostrarles una tarjeta con los partidos y los nombres de los primeros candidatos de esos partidos. Ahí sí, la gente eligió un poco más, porque siempre el ciudadano quiere ejercitar su papel democrático. Por ello, ante segundas y terceras preguntas, los encuestados tendieron a elegir a algún candidato o se manifestaron .-uno de cada cuatro.- dispuestos a no votar, votar en blanco, anular el voto o indecisos.�
El Huracán Carrió fue percibido también por una consultora independiente que sólo encuestó en la zona de Vicente López, un tradicional reducto de la UCR. De entrada, se encontró con que el desconocido Barrachia lograba más del ocho por ciento de los votos, por lo cual se inclinó inicialmente en pensar que era un error, un mal cálculo o un defecto de la muestra. Cuando verificó que el trabajo se había hecho bien, se encontró con que elfenómeno está presente en las demás encuestas, oficiales, opositoras e independientes.
Hugo Haime explica el fenómeno: �Hay una falta de confianza absoluta en la dirigencia política y una deflación muy fuerte de la Alianza. En ese marco, aparece Carrió como una dirigente en movimiento, que dice lo que la gente piensa. Por ejemplo, que se robaron el país. �Habla por nosotros�, piensa una buena parte de la sociedad. Por lo tanto estamos ante lo que consideran un gran fiscal, una gran controladora, algo parecido a lo que fue Chacho Alvarez en su mejor momento. Carrió la ven honesta, capaz, firme y �se la juega por nosotros�, según dicen los encuestados�.
Los consultores coinciden en otras características de la llegada de Carrió a la gente: el encuestado no tiene la menor idea de su programa ni de lo que ella plantea y, es más, hay alguna duda si la votarían para gobernar. �Por ahora la ven más para controlar que para ejecutar�, redondeó uno de los encuestadores que trabajan para el Gobierno.
El Huracán se presenta en un momento en que el justicialismo no enciende ninguna pasión y la Alianza pasa por su mayor crisis. Prácticamente todos los consultores perciben en sus encuestas que, para el ciudadano común, los debates entre Fernando de la Rúa y Raúl Alfonsín se parecen mucho a los que mantenían Menem y Duhalde, o sea una pelea entre políticos, un disputa por poder, politiquería, dicen habitualmente los entrevistados. Y lo cierto es que el ciudadano común -.según aparece en las encuestas� no quiere que se peleen sino que se ocupen de los problemas del país.
En cuanto a la elección en la Capital, el efecto Carrió puede llevar a Bravo desde un segundo lugar con el 18 por ciento de los votos, a encabezar la carrera con el 29 por ciento. Según los datos de Haime, Bravo, además de ser el candidato de Carrió, tiene buena imagen e igual que la diputada es visto como una persona honesta. No se trata de un dato menor, si se considera que la elección es a un Senado que tiene una imagen de super-corrupción. 
�Si Bravo sigue creciendo -.dice Haime-., el segundo lugar está en discusión y hay que decir que la Alianza ya no tiene la banca asegurada. Hay una notoria paridad con Gustavo Beliz. A esto hay que agregarle el fuerte efecto que también tiene la candidatura de Irma Roy quien aparece segunda en la elección de diputados.�
En el conurbano, el efecto Carrió acorta las distancias notoriamente con Duhalde, el claro favorito en el distrito, y afecta en forma dura a Alfonsín. Habrá que ver si el ARI logra instalar en una sociedad como la bonaerense, tan vasta y con poco acceso a la política, que Barrachia es el candidato de Carrió. Ahí va a estar la clave de la elección. Si lo logra, el ARI se quedará con el segundo lugar con, según Haime, un 20,5 por ciento y, como en la Capital, le robará votos a la Alianza y a su candidato, el ex presidente Alfonsín. También habrá una tendencia a bajar de Luis Farinello.

Cada vez menos apoyo

El Gobierno nacional tiene cada día menos apoyo. Actualmente dos de cada tres ciudadanos se consideran opositores a Fernando de la Rúa y los adherentes son muy pocos. Esto se demuestra nítidamente en la encuesta de Hugo Haime, pero también es percibido por los demás consultores, tanto los que trabajan para el oficialismo como para la oposición.
La realidad actual es que el Gobierno se asienta en un modelo económico más que cuestionado y la imagen del propio Presidente es percibida como muy débil, al punto de que en estudios realizados por consultores bonaerenses, muchos ciudadanos creen que el primer mandatario está enfermo. 
Según se ve en los sondeos de opinión, la mayoría cree que Domingo Cavallo debe dejar de ser ministro de Economía, que hay que renegociar la deuda externa, pero al mismo tiempo mantener la convertibilidad. �Lo único que la gente ve como tierra firme es eso del un peso, un dólar. Por ello no quieren ningún cambio en esa materia�, le explicó a este diario un consultor de la Casa Rosada.
De todas maneras, las encuestas muestran que la gente quiere un fuerte cambio de rumbo, pero ese proyecto no lo encarna nadie. Quien aparece acaudillando iniciativas que sintonizan con la idea de cambio es, justamente, Carrió. Por ello, el fuerte efecto electoral.

Cómo es visto el Gobierno

Fuente: Hugo Haime & Asociados.

 

La ambigüedad de la reforma

La encuesta de Hugo Haime sobre la consulta popular muestra dos facetas que aparecen hoy en la eventual decisión del Gobierno. Por un lado, la gente piensa que el plebiscito es innecesario, pero se divide a la hora de anunciar si va a ir o no a votar: la mitad dice que concurrirá a las urnas (51 por ciento) y la otra mitad dice que no.
La realidad es que los ciudadanos están categóricamente a favor de reducir el llamado costo político e incluso se ven seducidos por las cifras que da a conocer el Gobierno, que habla de un dudosísimo ahorro de 1500 millones de pesos. En verdad, los gastos totales de todas las legislaturas y los partidos políticos no trepa a más de 1200 millones, de los que se podrían ahorrar �según coinciden los especialistas� tal vez unos 400 millones. 
Al mismo tiempo, los encuestados perciben que la consulta es una especie de maniobra del Poder Ejecutivo como para reposicionar al Gobierno después de la más que probable derrota de octubre. Por ello, y porque se considera que las preguntas no van a ser polémicas sino con respuestas obvias, hay una fuerte mayoría que considera innecesario el plebiscito.
Al mismo tiempo aparece una postura que es habitual en los ciudadanos argentinos: hay una proporción importante de personas que siempre quieren ir a votar, sienten que ejercen su derecho y que participan activamente en las decisiones y en la democracia. Por ello, casi la mitad de los encuestados dicen que van a ir a votar aunque la consulta sea innecesaria. Después, habrá que ver si ese porcentaje aumenta o disminuye. Dependerá de la campaña y de la forma en que los políticos convenzan para un lado o para otro a los ciudadanos. De entrada, por lo que se ve en los números, el Gobierno corre el riesgo de un fuerte ausentismo electoral.

 

 

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