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Por Adriana Meyer
 Las reglas del marketing rigen también para los vinos Menem. Es por eso que la firma Saúl Menem e hijos decidió cambiar el nombre en sus botellas. El que encuentre en las estanterías los vinos San Huberto o El Velazco deberá saber que salen de la bodega del ex presidente y de su amigo, el empresario Carlos Spadone. �Fue por una razón política que dejaron de usar esa marca, que no tiene crecimiento y está saliendo del mercado�, confió a
Página/12 un ex empleado de la empresa. Fuentes menemistas niegan, sin embargo, que haya existido tal modificación aunque admitieron que Menem aún posee una pequeña parte de las acciones de la bodega. Y también reconocieron la compra de la licencia de las otras dos denominaciones. Para alegría de los ultramenemistas, algunas botellas con la etiqueta original todavía se encuentran en algunas góndolas.
Según la nueva edición internacional de la revista especializada Bodegas de Argentina, los vinos Menem ahora se llaman San Huberto. Pertenecen a la bodega Saúl Menem e hijos S.A. pero el nombre no aparece en ninguna parte de la etiqueta. Esto es porque los consumidores inspeccionan cada detalle antes de elegir su vino. La razón social de la firma todavía es bodegas Menem S.A., pero ya está en trámite su modificación por San Huberto. �No querían bajo ningún concepto que se relacione el nombre de la razón social con el de los vinos, por eso lo eliminaron en las etiquetas�, explicó la fuente consultada. Y agregó que �los nuevos administradores creen que la cuestión política puede afectar a la marca, entonces tratan de separarla de la producción�. Es evidente: Spadone prefiere que el apellido de su amigo no interfiera en sus ventas.
La bodega Saúl Menem e hijos está ubicada en Anillaco, provincia de La Rioja, y cuenta con 320 hectáreas propias, la mitad de lo que tiene, por ejemplo, la bodega López. La Menem exporta a Estados Unidos, Canadá, México, Brasil, Uruguay, Alemania, Lituania y Estonia �a través de representantes locales�, y tiene una asesora en el Reino Unido. Los expertos consultados coinciden en señalar que constituye un despliegue excesivo para una bodega de medianas dimensiones.
La guía Bodegas de Argentina señala que la marca Menem fue mantenida para las ventas al exterior, junto a San Huberto, El Velazco, Barón de la Chacra, Bisonte, Don Carlos, Cabo de Hornos, Chaumont, Frontenac y Chateau Fort. Pero la fuente asegura que �Menem� fue eliminado también para la exportación. La capacidad potencial de producción es de 2 millones y medio de litros, con una capacidad de estiba de 1 millón de botellas. Los viñedos se encuentran a 1500 metros de altura sobre el nivel del mar y producen uvas con los altos niveles de azúcares y bajos de acidez características de los valles riojanos.
�El objetivo de la bodega Saúl Menem es producir varietales y vinos premium�, enuncia la guía de bodegas. Esos varietales, es decir vinos elaborados con el 80 por ciento de una cepa, son cabernet sauvignon, malbec, merlot, sirah, chardonnay y torrontés. ¿La calidad? Enólogos que prefirieron el anonimato opinaron que son �de medio pelo�. Los productores, confiados, lanzaron sin embargo un champagne al mercado. El malbec San Huberto Crianza obtuvo una medalla de oro, aunque la guía no aclara en qué concurso. A partir de la gestión Spadone desarrollaron las nuevas marcas y variedades, expandiendo la producción.
La bodega que en tantas oportunidades sirvió para justificar el alto nivel de vida del ex presidente, nació en 1929 como un pequeño emprendimiento de don Saúl Menem y se hizo célebre por su grapa El Velazco y su vino patero. Recién en 1989 empezó a crecer y lanzó al mercado nacional los vinos finos Menem. Ese mismo año, Carlos Saúl llegó a la Casa Rosada y su hermano Amado al Intituto Nacional de Vitivinicultura.
Nueve julios después, Spadone compró la casi totalidad de la bodega, a excepción de la parte correspondiente al ex presidente. Amado Menem, hermano mayor y administrador, habría recibido con sus hijos 350 mil dólares. El ex presidente había dicho a sus hermanos que quería librarsede la bodega porque �estaba cansado de poner dinero en una empresa que no daba mucha ganancia y que nadie atendía demasiado�. En la declaración jurada que presentó en 1999 en la desaparecida Oficina de Etica admitió una deuda con la firma familiar de 11.347 pesos. A su vez, la bodega era deudora del Banco República, del amigo presidencial Raúl Moneta.
En 1992, el responsable de planta Daniel Folgiatti informó que la bodega facturaba 2 millones de pesos anuales, pero un bodeguero riojano confió a este diario que Saúl Menem e hijos nunca ganó más de 25 mil pesos anuales. Ese año, el diario brasileño O Globo publicó que desde 1989 la empresa había duplicado su producción. �En la residencia de Olivos el vino Menem preside la mayoría de los almuerzos y cenas oficiales�, informaba la nota. Pero un balance de 1996 indicaba que la bodega había dado 75 mil dólares de pérdida. El ex gobernador ultramenemista Bernabé Arnaudo le concedió un diferimiento impositivo de 1.646.551 pesos, que aumentó su precio de compra. Los auditores de Spadone al momento de la adquisición calcularon que la empresa, que reunió alguna vez a los cuatro herederos de don Saúl, no valía más de 1 millón de pesos. De todos modos, la presunta rentabilidad obtenida nunca pudo explicar los costosísimos gastos de Carlos Menem, investigado por presunto enriquecimiento ilícito.
En Argentina está de moda tomar vino y conocerlo. Por eso, esta nota de servicio para estar prevenido. Mientras tanto, en su encierro de Don Torcuato el ex presidente sigue sirviendo y bebiendo el producto de sus cosechas. ¿Qué etiqueta tendrán esas botellas?
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