Por Duncan Campbell *
Desde Los Angeles
Según organizaciones civiles y grupos de reforma de la política antidrogas, el hombre que el presidente George Bush pretende nombrar al frente de la lucha contra el narcotráfico no puede ocupar ese cargo. La posición de estos organismos generará un fuerte choque este martes, cuando John Walters, el �zar antidrogas� de Bush, asista en el Senado a la sesión en que se lo nombrará. Existe una gran preocupación acerca de Walters, quien representa el ala más reaccionaria dentro del debate sobre la eficacia de la lucha antidrogas. Walters está a favor de reforzar la penalización para los consumidores y de aumentar el gasto militar norteamericano destinado a América latina. Su nombramiento ante el Senado el martes 11 sería, de este modo, el último de los grandes enfrentamientos en torno de los intentos del presidente Bush de colocar personajes de línea dura en los puestos clave de su administración.
Una coalición de grupos por los derechos civiles y por la reforma de las políticas contra el narcotráfico lanzaron esta semana una campaña con fuertes análisis críticos de las políticas que desarrollaría Walters, sosteniendo que su nombramiento sería un paso atrás. La Coalición por un Liderazgo Moderado en la Política Antidrogas expresó sus temores acerca de la ignorancia de Walters sobre las realidades del mundo de la droga. �Es realmente desconcertante que el principal candidato de nuestra nación al frente de la oficina de política antidrogas signifique una vuelta atrás hacia formas de pensar más intolerantes y reaccionarias�, declaró Vincent Schiraldi, del Centro para la Justicia Juvenil y Criminal, uno de los grupos de la coalición que promueve una mayor concentración de los esfuerzos en la prevención y el tratamiento contra la drogadicción.
Buena parte de estas preocupaciones sobre la figura de Walters provienen de las declaraciones que hizo en mayo a la revista Weekly Standard: �Lo que realmente debería ser el norte de una lucha antidrogas no es un compromiso para acentuar los tratamientos, sino más bien desmentir ciertas visiones ampliamente aceptadas: primero, que se está encarcelando a demasiadas personas por la mera posesión de drogas ilegales; segundo, que las sentencias por posesión de drogas y otros delitos similares son demasiado duras y largas; y tercero, que el sistema penal de justicia está castigando injustamente a jóvenes de raza negra. Estos tres puntos forman parte de los mitos más grandes de nuestra época�.
La coalición dice que estos puntos distan mucho de ser mitos y que son las estadísticas oficiales las que apoyan la preocupación sobre el número y la raza de quienes se encuentran en la cárcel por delitos asociados a la tenencia y consumo de drogas. De los 1.559.100 arrestados por violación a las leyes antidrogas en 1998, el 78,8 por ciento fue por posesión y más de 100.000 personas estuvieron en prisiones federales únicamente por este delito. La sentencia promedio de una sentencia de la justicia federal en 1997 fue de 78 meses, más del doble de la sentencia promedio por homicidio. Según datos proporcionados por la coalición, blancos y negros son sentenciados en una proporción similar, pero los negros que ingresan a prisión por este tipo de delitos supera en 13,4 veces a los blancos, a pesar de que los blancos consumen drogas siete veces más que los negros.
Una carta enviada por un conjunto de grupos que no pertenecen a esta coalición, y que piden expresamente a los senadores que voten en contra del nombramiento de Walters, dice: �Sus puntos de vista sobre asuntos como delitos y raza lo convierten en un hombre incapaz de ocupar un cargo que requiere sensibilidad hacia la equidad racial�. Walters, por otra parte, calificó la participación de Estados Unidos en las operaciones militares en Colombia como �barata y efectiva�, y pidió una intensificación de esta política.
Una vocera de la Casa Blanca describió a Walters como �un líder experimentado y respetado en materias de políticas antidrogas�. Y agregó: �La Casa Blanca se ha comprometido a llevar adelante una política equilibrada hacia el problema del abuso de drogas en Estados Unidos, con un énfasis parejo en la reducción de la demanda y la prevención�.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Claves
El presidente norteamericano George Bush pretende nombrar a John Walters como el nuevo �zar antidrogas�.
Organizaciones de derechos civiles acusan a Walters de favorecer un endurecimiento de la política norteamericana contra el narcotráfico por dos vías: más y mayores sentencias para la tenencia y consumo de drogas, y más participación militar de Estados Unidos en Colombia.
Además, juzgan a Walters como �insensible� ante la cuestión racial que, estiman, está detrás de las condenas por estos delitos: los negros son mucho más castigados que los blancos, cuando estos últimos son mayores consumidores de drogas que los primeros. |
|