Por
Martín Granovsky
Más
de cinco millones de argentinos ya han superado no sólo la marca
que los arroja a la pobreza sino que entraron directamente en el círculo
de la indigencia. El 14 por ciento de la población ni siquiera
llega a cubrir la necesidad de calorías diarias, que para un adulto
varón son 2700 con un costo de 63,24 pesos mensuales.
Las cifras surgen de un detallado estudio de la Consultora Equis, dirigida
por Artemio López, que tomó los datos de la última
encuesta permanente de hogares elaborada por el Instituto Nacional de
Estadística y Censos en mayo de este año.
En sólo un año, de mayo del 2000 a mayo último, los
indigentes pasaron de ser el 9.9 por ciento de la población al
14 por ciento actual. En 1997, hace sólo cuatro años, fecha
de una medición del Banco Mundial, los indigentes representaban
el 8,3 por ciento de los habitantes de la Argentina.
Los resultados son impactantes aun en el corto plazo, en los seis meses
que van desde una medición a otra del Indec, y muestran no sólo
un crecimiento del índice sino una aceleración del paso
de la franja pobre a una zona aún más pobre de la población.
En octubre del 2000 los indigentes eran el 10,2 por ciento, o sea que
habían aumentado desde el 8,3 por ciento cuatro años antes
y llegarían al 14,4 por ciento seis meses después. Medida
en cifras absolutas, de carne y hueso, la indigencia pasó de 3.746.767
personas en octubre del 2000 a 5.194.100 en mayo último.
Se trata del mismo período en que se desarticuló la Alianza
por la presión presidencial para acotar el poder de Carlos Chacho
Alvarez y la falta de reacción de éste, la Argentina vivió
bajo tres ministros de Economía, de José Luis Machinea a
Domingo Cavallo pasando por Ricardo López Murphy, y la recesión
económica pasó los tres años de existencia generando
la peor depresión de la historia argentina.
Lo ocurrido en el último semestre bajo medición puede expresarse
de dos formas, según Artemio López:
u En sólo seis meses, pasaron a la indigencia 1.447.333 personas.
u En esos seis meses, se incorporaron a los indigentes 8040 personas por
día.
Si en lugar de tomar el criterio de indigencia en términos individuales,
tal como se informó para el adulto varón de entre 30 y 59
años, se suman los requerimientos de un hogar de padre, madre y
tres hijos (un varón de entre 7 y 9 años, otro de 16 o 17
y una mujer de entre cuatro y seis años), calcula López
que el dinero necesario para adquirir alimentos por el mínimo necesario
de calorías para vivir llegaría a los 261 pesos, un monto
incluso inferior a los 470 pesos por mes que marcan el límite por
debajo del cual se es pobre en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires.
La cifra explica no sólo el absurdo de que la Argentina cuente
con un nivel tan alto de indigentes. También, la significativa
proporción de los Planes Trabajar o de alimentación en la
escuela pública dentro del consumo diario de calorías de
una familia tipo. Esta conclusión se ve reforzada por la desagregación
que trazó Equis dividiendo la población por edades:
u Casi la mitad, el 47 por ciento, son menores de 18 años.
u De 0 a 2 años hay 292.947 indigentes.
u 537.069 indigentes tienen entre 3 y 6 años.
u En la edad de entre 7 y 14 años hay 1.196.201 chicos.
u 415.010 adolescentes en estado de indigencia tienen entre 15 y 18 años.
La relación entre la penuria calórica y la falta de empleo
es directa. Casi la mitad de los indigentes está desocupada. Por
cada 100 indigentes, no tienen trabajo casi 45, exactamente el 44,8 por
ciento. En Tierra del Fuego, de cada 100 carecen de trabajo 83 personas
y en la ciudad de Buenos Aires 64 habitantes.
En todas las últimas mediciones de cualquier tipo el peso de la
pobreza y la indigencia dejó de ser una obviedad estadística
para convertirse en la clave de la situación argentina por la magnitud
de las cifras y la evidencia de que la única tendencia es a que
los índices negativos crezcan como no lo hace la economía.
La evaluación educativa que se conoció a fines de agosto
muestra que para los quintos años las variables socioeconómicas
son las que tienen más incidencia en el rendimiento escolar. Según
el Instituto para el Desarrollo de la Calidad Educativa, un 25 por ciento
de los alumnos pertenecen a sectores vulnerables: padres con educación
primaria, viviendas con más de tres personas por cuarto, casas
sin inodoro y un hermano o hermana de entre 7 y 17 años que no
va a la escuela.
Las autoridades le encontraron una vuelta optimista a su evaluación.
Concluyeron que la brecha social no se reproduce por completo en el rendimiento
escolar, sino que llega al 14 por ciento. Algunas escuelas lograron
romper las limitaciones de su contexto socioeconómico, dijo
el ministro de Educación Andrés Delich al presentar los
resultados. Fue como decir que las cosas aún podrían haber
resultado peores.
De acuerdo con cifras del Observatorio Social, auspiciado por la Unesco
y el Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación de Programas
Sociales del Ministerio de Desarrollo Social, la caída de ingresos
producida por la recesión de más de tres años aumentó
la velocidad de la caída social hacia niveles inferiores. En mayo
del 98 ganaba menos de 500 pesos la mitad de los habitantes de la
ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. En mayo último
la proporción llegó al 60 por ciento, mientras aumentaba
el tiempo de permanencia en condiciones de pobreza.
Cuanto más tiempo se permanezca en la pobreza o en la indigencia
se producen efectos de prolongada duración, decía
aquel estudio. En el caso de los menores es grave, ya que las consecuencias
de la mala alimentación afectan de manera irreversible el desarrollo
intelectual, indicaba.
Los
nuevos caidos, una Mendoza
Un
distrito nuevo
Por
M.G.
Formosa
y Chaco son las provincias que muestran la mayor cantidad de población
indigente sobre el total de habitantes, con 37,6 por ciento y 32,4 para
una y otra, cifras casi coincidentes con los 36,1 y 33,2 de desocupados
como parte del total de indigentes.
En el caso del Chaco, entre octubre del 2000 y mayo del 2001, fecha de
la medición que utilizó para su estudio la Consultora Equis
de Artemio López, los indigentes aumentaron en 83.859 personas.
En Formosa hay 51.574 nuevos indigentes.
La provincia de Buenos Aires ofrece una menor diferencia medida en porcentaje:
de un 8,9 por ciento de indigentes en octubre del 2000 a un 12,2 en mayo
último. Pero las cifras absolutas treparon de 1.265.108 a 1.737.416.
Hay nada menos que 472.308 nuevos pobres entre los pobres, la tercera
parte de los 1.482.217 nuevos indigentes de todo el país.
Los nuevos indigentes bonaerenses representan, en población, casi
una Chubut entera.
Los nuevos indigentes a nivel nacional que cayeron en la pirámide
social en solo seis meses equivalen a la mitad de la población
porteña o casi a una Mendoza entera. En solo 180 días la
Argentina logró el increíble mérito de haber creado
una nueva provincia, de las grandes, con población que no llega
a cubrir sus necesidades alimentarias básicas.
El distrito con menor porcentaje de indigentes es Santa Cruz, con el 2,3
por ciento, seguida de la ciudad de Buenos Aires con el 3,8 y luego por
Tierra del Fuego con el 5,6 por ciento. Son los únicos distritos
del país donde la indigencia tiene valores de un dígito,
aunque en territorio porteño la cifra absoluta es alta por la cantidad
de población involucrada: 117.154 personas contra 4.830 en Santa
Cruz y 6.506 en Tierra del Fuego.
En el resto de los distritos la indigencia supera el 10 por ciento, incluyendo
a chaqueños y formoseños con su marca mayor al 30 por ciento.
Corrientes les queda cerca con un 28,6 por ciento, seguida por Jujuy con
el 25,7 y Salta y Misiones, ambas con el 24,9.
El
día en que la miseria llega a la Casa Rosada
|
Salieron
de La Quiaca y atravesaron 300 kilómetros a pie por la Puna y la Quebrada.
Hoy llega la Marcha de los Pobres y Excluidos jujeños a Buenos Aires
para dar a conocer sus reclamos. |
Por
Laura Vales
La
Marcha de los Pobres y Excluidos partió de La Quiaca el 30 de agosto
y atravesó 300 kilómetros a pie por la Puna y la Quebrada.
El viernes, en el noveno día de caminata, sus más de mil
quinientos manifestantes (aborígenes, indigentes, desocupados,
pobladores que reclaman la propiedad de las tierras donde viven, familias
con sus chicos) entraron en San Salvador de Jujuy; los recibieron otras
cuatro mil personas. No venimos a pedir ropa, zapatillas ni alimentos.
Venimos a pedir trabajo, expuso Pascuala Gerónimo en la plaza
central de la capital jujeña. Hoy 250 de los manifestantes llegarán
a Buenos Aires. El objetivo, explicó a Página/12 el párroco
de La Quiaca Jesús Olmedo, es que los poderes públicos
comprendan de una vez no ya la pobreza, sino la miseria en que viven los
marginados del norte.
Hace diez días, cuando salió desde la frontera con Bolivia,
la marcha estaba integrada básicamente por representantes de veinte
comunidades aborígenes y por desempleados (en la región
ese índice llega al 55 por ciento). La gente avanzó durante
el día con lentitud, porque había casi 500 chicos,
según relató el párroco, y por la noche se acomodó
sobre cartones para dormir. Pero una vez en la capital jujeña la
comitiva se amplió de manera inesperada. El gobernador Eduardo
Fellner, que acababa de demandar a la Nación por la deuda mantenida
con su distrito, les pidió si no podrían sumar a algunos
de sus funcionarios a los cinco micros que partieron hacia la Capital.
La delegación trae como reclamo principal la necesidad de planes
de desarrollo para la zona, junto con un pedido por la salud, la justicia
y la educación pública. Tienen agendadas citas con la ministra
de Trabajo Patricia Bullrich, y con el de Desarrollo Social Juan Pablo
Cafiero, pero después de escuchar a Fellner empezaron a pensar
también en cómo llegar a Fernando de la Rúa.
Por lo pronto, hoy entrarán a la Casa Rosada. A la una de la tarde
los manifestantes van a hacer el último tramo de su marcha, con
una movilización desde la Plaza de los Dos Congresos hasta la Plaza
de Mayo, tras lo cual serán recibidos por el secretario general
de la Presidencia, Nicolás Gallo.
La Marcha de los Pobres y Excluidos llega con un fuerte respaldo de los
obispos de Jujuy, Marcelo Palentini, y de Humahuaca, Pedro Olmedo, quienes
dieron a conocer un crítico documento en el que abogaron por un
cambio en el rumbo económico. Los obispos también apoyan
algunas de las demandas de los manifestantes, que propician la creación
de un Seguro de Empleo y piden que se cree un fondo de reparación
histórica para los más marginados de la provincia. En el
escrito, Palentini y Olmedo reconocieron que si bien los cortes
de ruta son ilegales, la forma de protestar de la gente contra la pobreza
es justa y la actual situación que atraviesa el país es
violenta e inhumana.
Si todo avanza de acuerdo a la agenda, la propuesta de creación
de un fondo de reparación histórica será planteada
el miércoles en una sesión de la Cámara de Diputados.
A Bullrich los jujeños le pedirán el envío de planes
Trabajar y a Juan Pablo Cafiero subsidios para los jefes de hogar desocupados.
Necesitamos medidas concretas, como que pongan en marcha microemprendimientos
para la construcción de viviendas, apuntó el cura
Olmedo.
El párroco, un misionero español conocido por su compromiso
con los sectores más pobres y su participación en los movimientos
sociales, no es de los que se callan. En el acto de Jujuy apuntó
contra el ministro de Economía Domingo Cavallo, a quien llamó
sinvergüenza y calificó de corruptos
a los diputados jujeños, a quienes tenían planeado pedirles
una rebaja del 50 por ciento en sus dietas, con el fin de crear un fondo
solidario. Los legisladores suspendieron la reunión a último
momento, alegando que era día de desinfección
del edificio. Los jujeños pasaron otro mal momento el domingo.
Hicieron una escala en la ciudad de Córdoba, donde estaba organizado
un acto; como quedaba tiempo libre, algunos quisieron aprovechar para
conocer la ciudad. Tres de los jóvenes estaban caminando
por la plaza San Martín cuando la policía los detuvo,
contó Olmedo. Primero los acusaron de tener actitudes sospechosas.
Después, denunció el párroco, los uniformados se
pusieron más precisos: los calificaron de ser activistas
de Moyano, en alusión al titular de la CGT Rebelde, y de
haber ido a Córdoba a tirar bulones.
A los tres (de 22, 23 y 24 años) los demoraron durante una hora
y media y les tomaron las huellas digitales mientras fuera de la comisaría
se improvisaba una manifestación de repudio. Sólo pasadas
las siete de la tarde todos pudieron volver a los micros para seguir viaje.
Si no media ninguna otra sorpresa, antes de las diez de la mañana
estarán en Buenos Aires. Van a desembarcar en el hogar Jesús
de Nazareth, en Carlos Calvo y Urquiza, y se reunirán con los dirigentes
de los desocupados Luis DElía y Juan Carlos Alderete antes
de marchar a la Plaza.
Los enviados de Fellner harán hincapié en el planteo del
gobernador de rediscutir la deuda que mantienen la nación y las
provincias. El mandatario, que la semana pasada demandó a la Nación
por la deuda mantenida con su distrito, consideró que no
se trata solamente de un pedido de ayuda, sino de una medida de fondo
para el funcionamiento de los Estados. Fellner explicó que
de los 30 millones comprometidos por el Fondo Fiduciario sólo
entraron 10, lo cual pone en riesgo la prestación de los
servicios básicos esenciales.
|