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HISTORIA DE UNA BANDERA QUE CONMOVIO AL PAIS
La escuela que le ganó a la Selección

Los once jugadores posaban para la clásica foto, con setenta mil almas en las tribunas del estadio Monumental y con millones más observándolos a través de la televisión. Mientras el público descargaba su aliento y los brasileños practicaban a pocos metros, una frase, en letras azules estampadas sobre una bandera blanca, se dejaba leer sostenida por las manos de los futbolistas argentinos: “Defendamos la educación pública”. Además, encima de la camiseta oficial de la Selección, los integrantes del equipo dirigido por Marcelo Bielsa se habían colocado una casaca blanca con la misma frase, pero que también pedía por la educación “gratuita”. Los autores de la movida no fueron ni gremialistas ni políticos ni un grupo de intelectuales; “somos padres y docentes, preocupados por las amenazas que aparecen contra la educación estatal”, dijo Luis Fau, padre de dos chicos que asisten a una escuela pública de la localidad de Martínez y uno de los impulsores de la famosa bandera.
Los empleados de Aerolíneas Argentinas ya habían logrado durante junio y julio de este año que tanto la Selección como distintos planteles del fútbol argentino salieran a la cancha mostrando banderas con la leyenda “Salvemos a Aerolíneas y a Austral”. Inspirados por esa iniciativa, padres y maestros de la Escuela Nº 4 Francisco Márquez, de Martínez, le llevaron una propuesta similar a los miembros del seleccionado argentino, adaptada a otro reclamo.
“Desde hace un mes, nos empezamos a reunir en la escuela, preocupados por la situación del sistema educativo público argentino. Y como no tenemos recursos para acceder a los medios masivos, y recordábamos la experiencia de Aerolíneas, a alguien se le ocurrió conectarse con la Selección”, le reveló Fau a Página/12. “Nos pudimos conectar con el periodista Adrián Paenza, que nos dio una gran mano, y así pudimos visitar a los jugadores en el predio de Ezeiza”, donde concentraban para el encuentro con Brasil jugado el jueves pasado.
Dos padres fueron los encargados de hablar con los futbolistas tres días antes del partido; “la verdad, se portaron muy bien, y se mostraron predispuestos desde el vamos”, comentó Fau. Haciendo todo a pulmón, juntaron los 700 pesos necesarios para pagar la bandera, el estampado y las camisetas, y se las hicieron llegar a los jugadores. “Es increíble; nos fue mucho más fácil acceder a la selección, que entrevistarnos con un funcionario nacional de cuarta o quinta categoría”, reflexionó Fau, que además es presidente de la cooperadora de la escuela a la que van sus hijos Pablo y Daniel.
“La idea era y sigue siendo hacer cosas que no se puedan tapar, que sean bien visibles para toda la sociedad. Ahora, planeamos pedir que se coloquen en todas las escuelas del país las banderas a media asta, en señal de repudio a la destrucción de la educación pública”, afirmó el padre. “Además, con otras personas de la escuela, queremos analizar los presupuestos educativos de la Nación y de la provincia de Buenos Aires, y podríamos llegar a denunciar a las autoridades por violar los derechos de nuestros hijos de tener una educación de calidad”, agregó.
La del jueves no fue la única señal de solidaridad que ofrecieron los protagonistas del fútbol argentino. Además del apoyo a la causa de los empleados aeronáuticos, cabe recordar la fundación para chicos pobres que regentea el ex volante de River, actualmente en el Mónaco, Marcelo Gallardo, las tareas solidarias que apoyó el entrenador de Boca Carlos Bianchi y los partidos que se han hecho desde hace años en beneficio de trasplantados o de menores en grave estado de salud que debían afrontar tratamientos muy costosos.
“La gente cada vez se está dando más cuenta de la importancia de la educación pública y gratuita y esto pasa cuando hay quienes piensan arancelar las universidades y podar los recursos para la educación”, señaló Fau. “Y en estos momentos pasan cosas increíbles, como que la provincia sólo envía plata para sueldos, así que desde las tizas hasta el papel higiénico tenemos que ponerlos entre padres y maestros”, explicó. El jueves pasado, los chicos de la escuela Márquez de Martínez no festejaron solamente el triunfo argentino sobre Brasil sino también el éxito de su iniciativa. Además de quedarse con los tres puntos, los jugadores le enviaron un pase largo a los funcionarios. Todavía queda por ver si se hacen cargo del problema o, como en otras ocasiones, tiran la pelota lejos, muy lejos.

Informe: Alejandro Cánepa.

 

 

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