Por
Mariana Carbajal
El
Ministerio de Salud, de la mano de Unicef, lanzará una campaña
para modificar una práctica obstétrica arraigada en las
salas de parto de todo el país, que favorece según
se descubrió recientemente la aparición de una enfermedad
que puede tener serias repercusiones en el desarrollo intelectual de los
niños. La práctica que se quiere erradicar es la ligadura
inmediata del cordón umbilical de los recién nacidos. Habitualmente
se corta unos 30 segundos después del nacimiento, tanto en maternidades
del sector público como del privado. Esperar tan sólo
dos o tres minutos, es decir, hasta que el cordón deja de latir,
permite que el bebé reciba un aporte de hierro fundamental para
su crecimiento en los dos primeros años de vida y evita que padezca
una anemia profunda, explicó a Página/12 Ricardo Schwarcz
a cargo de Programas Materno-Infantiles y Nutricionales del Ministerio
de Salud. La anemia por déficit de hierro en el primer año
puede dejar secuelas irreversibles en el desarrollo cognitivo y trastornos
del aprendizaje en la edad escolar. Por su alta prevalencia, en el país
es un problema grave (ver aparte).
Unicef está terminando de editar un documento guía
para sensibilizar a obstetras y neonatólogos. El gobierno nacional
se encargará de distribuirlo en las provincias, adelantó
María del Carmen Morasso, a cargo del área de Nutrición
del organismo internacional.
La iniciativa surgió en Chaco a partir de la detección de
anemia en la mitad de la población infantil a los seis meses de
vida. Nos preguntamos por qué los niños eran anémicos
a una edad tan temprana. ¿Se equivocaba la naturaleza? Se supone
que los chicos nacen con reservas de hierro que les permiten llegar hasta
los 9 meses sin anemia. Después de analizar diversas hipótesis,
llegamos a la conclusión que una de las causas de este cuadro es
la ligadura temprana del cordón umbilical. La Naturaleza no se
equivocaba: los mamíferos institivamente cortan el cordón
de sus crías cuando deja de latir, señaló a
este diario Morasso. Las otras dos causas que favorecen la prevalencia
de anemia son: la lactancia materna breve, no exclusiva hasta antes de
los seis meses y que la madre haya estado anémica durante el embarazo.
Según diversas investigaciones, demorar el corte del cordón
umbilical provoca grandes beneficios para el recién nacido. La
cantidad de sangre que pasa de la placenta al niño en esos tres
minutos es de aproximadamente 100 mililitros, representa un tercio de
la sangre circulante en su cuerpo en el momento de nacer, y contiene 54
miligramos de hierro, una cantidad que contribuye a llenar los depósitos
de hierro del bebé, hasta que él pueda comenzar a ingerir
alimentos ricos en hierro como carnes e hígado, lo que le permite
llegar hasta los 2 años sin desarrollar una anemia profunda. En
promedio, a los 30 segundos, cuando habitualmente se corta el cordón,
ha pasado el 50 por ciento de los glóbulos rojos que pasan cuando
deja de latir y al minuto el 87 por ciento.
Tanto la Organización Mundial de la Salud como Unicef Internacional
empezaron a aconsejar la ligadura tardía del cordón en partos
normales a partir de 1998, pero en publicaciones específicas, sin
una difusión masiva entre médicos. En noviembre, durante
un seminario realizado en Chaco en el que se analizó el tema, se
interrogó al respecto a un centenar de obstetras y neonatólogos.
La respuesta fue unánime: en su gran mayoría respondieron
que cortaban el cordón en los primeros segundos. En muy pocas
maternidades del país se practica la ligadura tardía,
indicó Morasso.
Con esta información, Unicef convocó a una serie de especialistas,
entre ellos Schwarz, una eminencia en obstetricia, que actualmente coordina
la Unidad Ejecutora de Programas Materno-Infantiles y Nutricionales del
Ministerio de Salud. También a José María Ceriani,
Jefe del Departamentode Pediatría del Hospital Italiano, quien
se encargó de analizar si además de beneficios, esta práctica
podía acarrear efectos adversos en el bebé. Se concluyó
que es una práctica segura, natural y no trae consecuencias negativas
en el recién nacido en partos normales, precisó Ceriani
a Página/12. El equipo trabajó en la elaboración
de una guía destinada a obstetras y neonatólogos, que actualmente
está en impresión y en un mes estará disponible para
su distribución por parte del Ministerio de Salud. Vamos
a incorporar esta práctica dentro de las pautas que el ministerio
sugiere para implementar en los hospitales del sector oficial y privado,
informó Schwarz. Seguramente llevará un tiempo hasta
que los obstetras y neonatólogos la pongan en práctica.
Desde hace más de 25 años que el cordón se corta
en los primeros segundos, opinó Ceriani. En la difusión
de esta experiencia está comprometida la Sociedad Argentina de
Pediatría.
En la maternidad del Hospital Perrando, la más importante de la
ciudad de Resistencia, el corte tardío del cordón ya es
un hábito. La práctica comenzó a difundirse entre
obstetras y neonatólogos a partir de diciembre. Tenemos una
adherencia de casi el 80 por ciento de los profesionales. El 20 por ciento
que todavía no la aplica son profesionales a los que le falta capacitación
y también compromiso para interiorizarse sobre los beneficios que
provoca en los chicos, detalló el médico de guardia
Gustavo Agolti, jefe del Programa de Salud Reproductiva de la provincia
de Chaco.
Un
problema grave
Por M.C.
La
anemia en la población infantil es un problema grave
que atraviesa a todo el país. En el conurbano bonaerense
afecta casi a la mitad de los menores de 2 años, y en el
resto de las edades, la prevalencia es igualmente alta,
y oscila entre el 15 y el 30 por ciento de los chicos, de acuerdo
con un relevamiento realizado por el Programa Materno-Infantil del
gobierno provincial. Tierra del Fuego y Córdoba presentan
índices similares. De otras provincias no se tienen datos,
pero se descuenta que presentan situaciones parecidas. Se
trata de una enfermedad que afecta principalmente a los sectores
más pobres, pero que aparece también en niveles sociales
más acomodados, tanto aquellos que se atienden en el sector
público como en el privado, precisó María
del Carmen Morasso, a cargo del área de Nutrición
de Unicef. Los organismos internacionales califican como grave
la situación cuando la prevalencia de anemia supera el 20
por ciento de la población vulnerable.
En la provincia del Chaco, las mediciones en chicos de 6 a 24 meses
determinaron en 1998 que el 62 por ciento sufría anemia,
del mismo modo que el 31 por ciento de las embarazadas. Con estos
datos, el gobierno provincial chaqueño, apoyado por Unicef,
llevó adelante una fuerte campaña de concientización
del problema: capacitó a 1200 profesionales, y proveyó
hierro a embarazadas y menores de 2 años. En apenas seis
meses en el sector público, el número de embarazadas
con anemia en el tercer trimestre de gestación se redujo
de 50 a 19 por ciento. Sobre el impacto del trabajo en los
menores todavía no hay mediciones, aclaró Morasso.
Para combatir la anemia hay que sumar estrategias, con una
sola medida no alcanza, explicó la especialista. Otra
de las medidas impulsadas por Unicef, que el Ministerio de Salud
puso en marcha, es la distribución a menores de 2 años
y embarazadas de leche fortificada con hierro. En el caso de los
bebés, la leche fortificada está recomendada a partir
de los 6 meses.
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Consecuencias
de la anemia
Por M.C.
Retardo
en el desarrollo psicomotor especialmente de coordinación
y en el crecimiento, disminución de la actividad física
y de la concentración mental y menor resistencia a la infecciones,
son algunas de las consecuencias de la anemia por deficiencia de
hierro en niños, consignadas en un manual sobre el tema elaborado
por Unicef y el gobierno de la provincia de Chaco.
En 1996 un comité de desarrollo infantil reunido en Oxford
concluyó que existen evidencias de que los niños anémicos
antes de los 2 años de vida tienen daño permanente
en el desarrollo mental, motor y en la esfera socio-emocional, aún
después del tratamiento. En chicos mayores de 2 años,
si la anemia es tratada el daño es reversible y no deja como
secuela problemas de aprendizaje, señala el mismo manual.
No obstante, aclara el documento, durante el período en que
la anemia está presente los niños de cualquier edad
tienen disminuida su capacidad de atención y concentración.
En escolares anémicos se detectó un coeficiente
intelectual 8 puntos más bajo que los no anémicos,
especialmente en la capacidad de lectoescritura.
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