Por
Raúl Dellatorre
El
justicialista Horacio Rodríguez Larreta volverá hoy a ocupar
un cargo en el gobierno nacional. De la mano de Armando Caro Figueroa,
titular de la AFIP, jurará esta tarde como nuevo jefe de la DGI.
Otro dirigente político de origen justicialista, actualmente diputado
de Acción por la República, César Albrisi, será
el responsable de Aduanas. Rodríguez Larreta llega con prestigio
de administrador eficiente, y como tal habría empezado a tomar
decisiones aun antes de su desembarco: eliminaría una de las tres
subdirecciones generales y la Dirección de Inteligencia Fiscal.
Por otro lado, se incorporaría un nuevo subdirector en un puesto
clave con una remuneración, se asegura en fuentes oficiales, que
excedería el límite establecido en las recientes medidas
de ajuste. Este último, se afirma, llegaría acompañado
por un nutrido grupo de asesores. Detrás de la nueva estrategia
de fiscalización que aplicará Rodríguez Larreta,
informaron otras fuentes, está la mano del ex titular de la DGI
Ricardo Cossio, hoy procesado en la causa IBM-DGI que investiga el equipamiento
informático de la oficina recaudadora del Gobierno.
La trayectoria de Rodríguez Larreta en el gobierno de la Alianza
no luce tanto por sus logros como por haber evitado verse salpicado por
los escándalos producidos a su alrededor. Conformó el primer
triunvirato designado por Fernando de la Rúa como intervención
del PAMI, junto al frepasista Angel Tognetto y la radical Cecilia Felgueras.
Fue el justicialista, sin dudas, el que más gente propia designó
en la estructura de la obra social de los jubilados y, por tanto, quien
estuvo más cerca de su manejo. Tognetto debió dejar su cargo
tras una denuncia por favores a una empresa de su esposa, hermana a la
vez de Graciela Fernández Meijide. Felgueras dejó posteriormente
su puesto para compartir la fórmula porteña con Aníbal
Ibarra. Rodríguez Larreta fue quien más duró en el
PAMI, pero no logró mejorar su funcionamiento: apenas si evitó
sumar nuevos escándalos.
Con esos antecedentes, llegará a la DGI convocado por el cavallismo.
Caro Figueroa ya había anticipado en su primera conferencia de
prensa en oficinas de la AFIP que, a su entender, el criterio moderno
de la administración pública recomienda tener buenos gestores
al frente de cada área, privilegiando esta condición sobre
la de ser un especialista en la materia de que se trate. Así
abonó el terreno para el reemplazo de un hombre de la casa, como
el hasta hoy titular de la DGI, Roberto Sericano, por alguien ajeno
al ámbito tributario. De todos modos, Sericano seguirá en
la función pública como asesor de Caro, mientras que Rodríguez
Larreta tendrá su propias fuentes de consulta, que algunos identificaron
ayer en la figura de Cossio.
Además de Sericano, también dejarían sus cargos el
subdirector general de Operaciones Impositivas Metropolitanas, Pedro Jáuregui,
y el subdirector general de Planificación, Horacio Castagnola.
La primera área desaparecería, mientras que para la segunda
se menciona a un abogado supuestamente vinculado a Cossio, de apellido
Dellepiane. Otra área que se eliminaría es la Dirección
de Inteligencia Fiscal, cuya titularidad está vacante desde que
su anterior titular pasó a la SIDE. En la Subdirección de
Contralor, que depende directamente de la AFIP, será nombrado Eduardo
Campoamor, a quien se considera estrechamente ligado a Rodríguez
Larreta. Fuentes de la propia AFIP aseguran que Campoamor tiene previsto
arribar con un equipo propio de más de doce asesores, y un sueldo
muy superior al que recibe el jefe de Gabinete que, supuestamente, funciona
como tope en la administración pública.
En la Aduana, un empresario del interior reemplazará a un ejecutivo
de uno de los principales grupos económicos del país. César
Albrisi, ex titular de la Unión Industrial de Córdoba, ex
dirigente de agrupaciones empresarias justicialistas y hasta ahora diputado
nacional del cavallismo, sustituirá hoy a Eduardo Casullo, ex directivo
de la UIA y ex ejecutivo de empresas del Grupo Techint. Albrisi no tiene
perfil de administradoreficiente ni de experto en gestión pública.
Llega al cargo en su condición de militante del cavallismo y damnificado
por el contrabando. No obstante, y pese a que ello contradice el orden
de méritos que definió Caro Figueroa para ocupar cargos
públicos, hoy jurará en un puesto clave para el combate
contra la evasión y a favor de la competitividad, dos apuestas
fuertes del equipo económico.
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