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Los caminantes jujeños llegaron a la Rosada y vieron al Presidente

Cuatro representantes de la Marcha de los Pobres le dieron al Presidente dos petitorios, uno por los desocupados y otro por las comunidades indígenas. El cura Olmedo habló en la Plaza.

Por Laura Vales

Convencidos de que Dios está en todos lados pero atiende en Buenos Aires, las comunidades indígenas y los desocupados de la Puna y la Quebrada jujeña llegaron con su Marcha de los Pobres y Excluidos hasta las puertas de la Casa Rosada. No les fue nada mal. Fernando de la Rúa los recibió en el despacho presidencial, escuchó los pedidos, y sus ministros anticiparon a la delegación que enviarán asistencia a la provincia, bajo la forma de subsidios y fondos para microemprendimientos. “El objetivo principal era plantear que la situación en Jujuy es explosiva”, explicó con su acento español Jesús Olmedo, párroco de La Quiaca.
–¿Y ahora?
–Hombre, que nos ha recibido el Presidente. Ahora tenemos cierto optimismo.
La Marcha de los Pobres y Excluidos salió de La Quiaca el 30 de agosto. Sus mil quinientos caminantes recorrieron en nueve días los 300 kilómetros que separan esa ciudad en la frontera con Bolivia de San Salvador de Jujuy. El sábado, doscientos cincuenta manifestantes partieron en micros rumbo a Buenos Aires. Aquí hicieron los últimos metros de su movilización desde la Plaza del Congreso hasta la Plaza de Mayo. Los acompañó el titular de la CTA Víctor De Gennaro, un centenar de niños del Movimiento los Chicos del Pueblo y un grupo de desocupados de La Matanza, con Luis D`Elía (de la Federación de Tierra y Vivienda) y Amancay Ardura (de la Corriente Clasista y Combativa).
La movilización avanzó hacia el centro encabezada por una bandera argentina gigante. Inmediatamente atrás, flamearon tres whiphalas, las banderas indígenas que con sus siete colores representan “la unión durante la siembra y la equidad en el reparto de lo producido”, según explicó Norma Mamani, delegada indígena de Yaví. Diez bombistas kollas se alinearon batiendo parches, mientras el cura Olmedo, sin sotana pero con un megáfono en la mano, animaba la llegada a destino. Atrás, la columna con sus sombreros de lana de oveja y los carteles pintados a mano. En el más grande los manifestantes sólo escribieron su lugar de partida y procedencia, “La Quiaca”. En otro, con letras azules “Un piquete es un grito de existencia”, o “Comunidad aborigen de Ojo de Agua”.
“Hemos venido al centro del poder a decirle a los corruptos que están en el Gobierno que tengan ternura por los chicos que se mueren de hambre”, planteó una vez en la Plaza Olmedo. “No venimos a mendigar, no venimos a pedir cositas. Vamos a decirle a Cavallo que es un corrupto y a De la Rúa que nos mire a los ojos y responda si no tiene vergüenza cuando se va a dormir.”
Uno por vez los delegados indígenas y los de los desocupados expusieron la situación por la que atraviesan. Olga Márquez de Aredes, de Madres de Plaza de Mayo de Ledesma, se refirió a las escuelas de niños policías y denunció que en su localidad el intendente aliancista acaba de donar un terreno para levantar otra de esos “colegios para formar los represores del mañana”.
El panorama que los cuatro representantes de los caminantes que entraron a la Rosada dieron a De la Rúa se resume en los siguientes puntos: Jujuy le debe a la mitad de los empleados estatales el aguinaldo más los sueldos de julio y de agosto. Los hospitales de la provincia están sin medicamentos y con medidas de fuerza hace más de un mes, mientras que en las escuelas los maestros van por 37 días de protesta. Pero en la quebrada y la puna la situación es aún más crítica; allí hay zonas donde la desocupación trepa al 55 por ciento y como producto de la recesión económica muchas comunidades indígenas ya no pudieron seguir pagando el arriendo de las tierras, por lo que ahora están en riesgo de ser expulsadas.
Los jujeños le dejaron dos petitorios, uno por los desocupados y otro por las comunidades indígenas. También respaldaron el pedido delgobernador Eduardo Fellner (PJ), quien la semana pasada denunció a la Nación ante la Justicia por la deuda que mantiene con la provincia.
Los funcionarios de la Gobernación aseguran que esa deuda es “cercana a los 50 millones de dólares, con lo que se cubrirían los sueldos adeudados”. Sobre el tema se desató una fuerte disputa y ayer los diputados provinciales por el radicalismo de Jujuy anunciaron que impulsarán la creación de una comisión para investigar “cuánto dinero recibió el gobierno jujeño de parte de la Nación en el último año y medio y en qué lo utilizó”.
La delegación de la Marcha de los Pobres se quedará en Buenos Aires hasta fines de la semana. Ayer mantuvieron reuniones con el ministro de Desarrollo Social Juan Pablo Cafiero y con el secretario de la Presidencia, Nicolás Gallo, y hoy los recibirá la de Trabajo Patricia Bullrich. El miércoles, en la Cámara de Diputados, los legisladores Marcela Bordenave (ARI) y Alfredo Villalba (Frente para el Cambio) presentarán un proyecto que retoma los principales reclamos.

Todos en marcha
El Frente Nacional Contra la Pobreza inicia hoy una marcha de siete columnas que recorrerán el interior del país y volverán a la Capital el Día de la Primavera con una concentración en la Plaza de Mayo.
La movilización partirá al mediodía desde el Congreso; su objetivo central es impulsar la propuesta de la Central de Trabajadores Argentinos de creación de un subsidio de 380 pesos mensuales para cada trabajador desocupado y un salario universal de 60 pesos por hijo. En el Frente contra la Pobreza, además de la CTA, participan la Federación Agraria, organismos de derechos humanos y legisladores del ARI y el Frente para el Cambio.

 

 

 

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