Por
Romina Calderaro
Dicen
que la política es el arte de lo posible. Y sorprende
ver lo rápido que Luis Farinello aprendió sus códigos
desde el día en que el obispo de Quilmes, Jorge Novak, le hizo
la venia para presentarse como candidato a senador en la provincia de
Buenos Aires por el Polo Social. En un departamento de Constitución,
que hace las veces de bunker de campaña, el cura concede una entrevista,
revisa los volantes que va a repartir entre la gente en la caminata por
los trenes que realizará dentro de quince minutos y escucha a los
asistentes que entran y salen con mensajes. Acá llama un
periodista preguntando si se reunió en el Tortoni con Duhalde,
dice uno de ellos. Decile que sí, pero también me
reúno con Alfonsín y con muchos otros, responde, entrenado,
el candidato. Los teléfonos suenan y la gente está apurada.
El hombre está en campaña.
¿Qué aprendió desde el día en que supo
que iba a ser candidato?
Algunos códigos que ya sabía que existían,
pero que viví de cerca. Y me asustaron tanto estos códigos
que me enfermé. Estuve quince días borrado con un pico de
presión. Me levanté hace cinco días.
Somatizó.
Siempre me pasa. Cuando yo era cura y confesaba durante toda la
Semana Santa, después me enfermaba. Siempre la garganta: placas,
pus, siempre. Y ahora me pasó con el cierre de listas.
¿Qué es lo que lo angustió de eso?
Que algunos compañeros del Polo Social trucharon mi firma
para estar en las listas. Pero esto no se va a repetir, he confiado demasiado.
A mí me han lastimado mucho. A alguna gente no voy a poder mirarla
más a los ojos. Lo que yo tanto critiqué, lo tuve en el
Polo. Pero esto no me va a hacer bajar los brazos. Aprendí y sufrí
mucho con esto de las listas.
En este tiempo hizo mucha tele. ¿Qué trucos aprendió
para la pantalla chica?
Que a veces lo mejor es el silencio. Me enojé dos veces,
una con Hugo Gambini. Y descubrí que cuando me enojo pierdo. En
televisión vos ganás a veces sin decir nada, mirando a los
ojos. Ganás cuando la gente mira tu rostro, mira tus manos. Esto
también lo aprendí.
¿Lo ayuda para hacer política el hecho de ser cura?
Sí. Cuando voy a hablar, las embarazadas me piden que les
bendiga la panza, la gente quiere que le bendiga el rosario. Más
que discursos políticos, son misas. Esto de ser cura te da un vuelo
superior a la coyuntura y te hace andar con otros valores humanos. Y esto
atrae muchísimo a la gente.
¿Qué lo diferencia del ARI de Lilita Carrió?
Creo que la forma de construcción. Lo nuestro es, si querés,
más cercano al caos propio de la vida. Yo abrí todo con
mucha generosidad y vinieron ciertos personajes que... pero todo se fue
acomodando. Porque los limones se van acomodando en el carro cuando el
carro empieza a andar y hay barquinazos. Ahora tenemos una homogeneidad
ideológica interesantísima. Ellos son más cuidadosos
y pueden parecer más puros. Pero yo a la pureza le tengo un poco
de miedo, prefiero el despelote de la vida.
¿Les preocupa el crecimiento del ARI en las encuestas?
Sí, pero en el fondo son compañeros de ruta. Creo
que Lilita le va a sacar más votos a Alfonsín que al Polo.
A nosotros nos va a quitar votos, pero el asunto es encontrarnos después.
Espero que en 2003 estemos juntos. Dios nos va a pedir cuentas por dividir
el campo nacional y popular cuando el país está en llamas.
No podemos andar con pequeñeces: se mueren 55 chicos de hambre
por día. Además con Lilita nos unen muchas cosas, nos une
el mismo Dios.
¿Usted habla con ella?
Sí, he hablado varias veces. Pero desde que está con
el tema del lavado no hemos hablado. Yo estoy tan metido en todo esto...
pero creo que se va a dar.
¿Cómo van a hacer campaña con poca plata?
Así como lo que haremos hoy (por ayer). Nos meteremos en
los trenes, con la cartita que hemos impreso, caminaremos entre la gente.
Todo es artesanal. Para hacer pintadas, los compañeros hacen colectas
entre ellos, igual para que pagar el local que alquilamos.
¿Por qué Duhalde sigue ganando si gobernó tan
mal la provincia?
Porque el peronismo está muy fuerte en los sectores humildes
más allá del candidato. Es como ser hincha de Boca. En las
villas vos caminás y ves la foto de Perón. Y además,
los pobres no están informados de muchas cosas. Ellos miran partidos
de fútbol, miran a Tinelli. Son simplemente peronistas. Es increíble,
pero a mí en las encuestas me da que me vota una categoría
llamada la clase media sensible. Quizás los pobres
no me conozcan tanto. Qué cosa ¿no? Tan contradictoria.
El segundo puesto en la provincia lo está peleando con el
ARI. ¿Cómo cree que le va a ir?
Yo tengo esperanza de salir segundo todavía. Lo del ARI todavía
es una gran incertidumbre. Hay que ver cómo se desenvuelven las
cosas. La gente quiere ver qué pasa con Chacho, con el Frepaso.
La gente ve con preocupación que hay muchos artistas, como con
cierta farándula, todo muy mediático.
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