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�No podemos andar con pequeñeces, se mueren 55 chicos por día�

Luis Farinello recorre los trenes de Constitución en su campaña como candidato del Polo Social. Confía en que en 2003 sus fuerzas estarán junto a las de Elisa Carrió aunque compitan en octubre.

Por Romina Calderaro

Dicen que la política es “el arte de lo posible”. Y sorprende ver lo rápido que Luis Farinello aprendió sus códigos desde el día en que el obispo de Quilmes, Jorge Novak, le hizo la venia para presentarse como candidato a senador en la provincia de Buenos Aires por el Polo Social. En un departamento de Constitución, que hace las veces de bunker de campaña, el cura concede una entrevista, revisa los volantes que va a repartir entre la gente en la caminata por los trenes que realizará dentro de quince minutos y escucha a los asistentes que entran y salen con mensajes. “Acá llama un periodista preguntando si se reunió en el Tortoni con Duhalde”, dice uno de ellos. “Decile que sí, pero también me reúno con Alfonsín y con muchos otros”, responde, entrenado, el candidato. Los teléfonos suenan y la gente está apurada. El hombre está en campaña.
–¿Qué aprendió desde el día en que supo que iba a ser candidato?
–Algunos códigos que ya sabía que existían, pero que viví de cerca. Y me asustaron tanto estos códigos que me enfermé. Estuve quince días borrado con un pico de presión. Me levanté hace cinco días.
–Somatizó.
–Siempre me pasa. Cuando yo era cura y confesaba durante toda la Semana Santa, después me enfermaba. Siempre la garganta: placas, pus, siempre. Y ahora me pasó con el cierre de listas.
–¿Qué es lo que lo angustió de eso?
–Que algunos compañeros del Polo Social trucharon mi firma para estar en las listas. Pero esto no se va a repetir, he confiado demasiado. A mí me han lastimado mucho. A alguna gente no voy a poder mirarla más a los ojos. Lo que yo tanto critiqué, lo tuve en el Polo. Pero esto no me va a hacer bajar los brazos. Aprendí y sufrí mucho con esto de las listas.
–En este tiempo hizo mucha tele. ¿Qué trucos aprendió para la pantalla chica?
–Que a veces lo mejor es el silencio. Me enojé dos veces, una con Hugo Gambini. Y descubrí que cuando me enojo pierdo. En televisión vos ganás a veces sin decir nada, mirando a los ojos. Ganás cuando la gente mira tu rostro, mira tus manos. Esto también lo aprendí.
–¿Lo ayuda para hacer política el hecho de ser cura?
–Sí. Cuando voy a hablar, las embarazadas me piden que les bendiga la panza, la gente quiere que le bendiga el rosario. Más que discursos políticos, son misas. Esto de ser cura te da un vuelo superior a la coyuntura y te hace andar con otros valores humanos. Y esto atrae muchísimo a la gente.
–¿Qué lo diferencia del ARI de Lilita Carrió?
–Creo que la forma de construcción. Lo nuestro es, si querés, más cercano al caos propio de la vida. Yo abrí todo con mucha generosidad y vinieron ciertos personajes que... pero todo se fue acomodando. Porque los limones se van acomodando en el carro cuando el carro empieza a andar y hay barquinazos. Ahora tenemos una homogeneidad ideológica interesantísima. Ellos son más cuidadosos y pueden parecer más puros. Pero yo a la pureza le tengo un poco de miedo, prefiero el despelote de la vida.
–¿Les preocupa el crecimiento del ARI en las encuestas?
–Sí, pero en el fondo son compañeros de ruta. Creo que Lilita le va a sacar más votos a Alfonsín que al Polo. A nosotros nos va a quitar votos, pero el asunto es encontrarnos después. Espero que en 2003 estemos juntos. Dios nos va a pedir cuentas por dividir el campo nacional y popular cuando el país está en llamas. No podemos andar con pequeñeces: se mueren 55 chicos de hambre por día. Además con Lilita nos unen muchas cosas, nos une el mismo Dios.
–¿Usted habla con ella?
–Sí, he hablado varias veces. Pero desde que está con el tema del lavado no hemos hablado. Yo estoy tan metido en todo esto... pero creo que se va a dar.
–¿Cómo van a hacer campaña con poca plata?
–Así como lo que haremos hoy (por ayer). Nos meteremos en los trenes, con la cartita que hemos impreso, caminaremos entre la gente. Todo es artesanal. Para hacer pintadas, los compañeros hacen colectas entre ellos, igual para que pagar el local que alquilamos.
–¿Por qué Duhalde sigue ganando si gobernó tan mal la provincia?
–Porque el peronismo está muy fuerte en los sectores humildes más allá del candidato. Es como ser hincha de Boca. En las villas vos caminás y ves la foto de Perón. Y además, los pobres no están informados de muchas cosas. Ellos miran partidos de fútbol, miran a Tinelli. Son simplemente peronistas. Es increíble, pero a mí en las encuestas me da que me vota una categoría llamada “la clase media sensible”. Quizás los pobres no me conozcan tanto. Qué cosa ¿no? Tan contradictoria.
–El segundo puesto en la provincia lo está peleando con el ARI. ¿Cómo cree que le va a ir?
–Yo tengo esperanza de salir segundo todavía. Lo del ARI todavía es una gran incertidumbre. Hay que ver cómo se desenvuelven las cosas. La gente quiere ver qué pasa con Chacho, con el Frepaso. La gente ve con preocupación que hay muchos artistas, como con cierta farándula, todo muy mediático.

 

 

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