Por
Mariana Carbajal
Los hijos de Gabriela Arias Uriburu ya se olvidaron el idioma español.
Para poder comunicarse con ellos, su madre tuvo que aprender a hablar
fluidamente inglés. Pero desde que su padre los secuestró
y se los llevó a vivir a Jordania, en diciembre de 1997, la mujer
pudo verlos apenas en cuatro oportunidades, y siempre gracias a gestiones
gubernamentales. Ayer, De la Rúa se comprometió a hacer
todo lo posible para que Gabriela vuelva a acariciarlos. El Presidente
la recibió a la tarde, en su despacho, después de que unos
quinientos chicos de distintas escuelas porteñas y bonaerenses
rodearan la Casa Rosada, en un abrazo simbólico, para llamar la
atención del rey jordano, a fin de que interceda para que los tres
niños vengan de visita a la Argentina. Fue un llamado al
corazón de Jordania, resumió ella. El de Arias Uriburu
no es un caso aislado. En los últimos tres años, su fundación
tomó contacto con 370 casos de sustracciones parentales
a nivel nacional e internacional, y la Cancillería intervino en
unos 350 procesos judiciales de chicos retenidos ilegalmente por uno de
sus progenitores en el exterior (ver aparte).
Cintas azules con las imágenes de los tres hijos que Gabriela no
puede ver y decenas de corazones
de cartulina roja, con inscripciones de apoyo a su lucha, flameaban ayer
en las vallas de contención que rodean a la Casa Rosada, a lo largo
de las avenidas de Mayo y 9 de Julio y en torno a la mezquita de Palermo.
Libertad a Karim, Zahira y Sharif para disfrutar del amor de su
mamá, Fuerza Gaby, Los chicos tienen derecho
a estar con su mamá, decían los corazones. Muchos
tenían firmas infantiles y fueron llevados por los chicos que acompañaron
a Arias Uriburu en el abrazo a la Casa de Gobierno. Es un abrazo
de corazones para llegar al corazón del rey de Jordania,
explicó Arias Uriburu, que eligió el día de ayer
para la movilización, porque estaba previsto que el monarca Abdullah
II estuviera de visita oficial en Brasil, y la cercanía con el
país vecino favorecería que llegara a sus oídos el
reclamo por los niños. Pero, al parecer, el conflicto en Medio
Oriente obligó al rey a cancelar el viaje.
Aunque el secretario de Educación porteño, Daniel Filmus
declaró de interés y auspició el abrazo
a la Rosada y la Fundación Niños Unidos por el Mundo, que
preside Arias Uriburu, se encargó de invitar a sumarse a colegios
bonaerenses y de la Capital Federal, la participación de alumnos
fue a título individual más que institucional. En general,
amigos o conocidos de Gabriela o amigos de amigos, llegaron al mediodía
a la Plaza de Mayo para acompañarla. También contó
con el apoyo del Coro Kennedy, de Teresa González de Solá,
esposa del vicegobernador bonaerense y subsecretaria de Igualdad de Oportunidades
de la provincia, de Claudia Villafañe, esposa de Maradona y de
la animadora Cris Morena. Los tres hijos de Arias Uriburu, actualmente
de 9, 7 y 5 años, fueron secuestrados el 10 de diciembre de 1997
de Guatemala donde vivía el matrimonio por su ex marido
Imad Shaban, de origen jordano, quien se los llevó a vivir a ese
país.
El Presidente dijo que va a hacer todo lo posible para que pueda
volver a encontrarse con sus hijos, pero no dijo cuándo,
contó a Página/12 Sabina Rol, de 11 años, del colegio
porteño San Martín de Tours, que integró la comitiva
infantil que acompañó a Gabriela en la Rosada. No es el
primer gesto que tiene el Presidente con la mujer: el año pasado
nombró por decreto al embajador Emilio Cárdenas para que
se encargue de mediar con el Reino de Jordania específicamente
en este caso. El gobierno está comprometido con Gabriela
y hay una estructura diplomática que funciona para ayudarla,
precisó Darío Lopérfido, secretario de Cultura. En
diciembre, De la Rúa envió una carta al monarca por la cual
invitó a los tres niños a visitar el país para reencontrarse
con su familia materna. La estrategia explicó Arias
Uriburu es generar confianza entre ambos gobiernos para que el Rey
interceda para que los chicos vengan. Estoy buscando que mis hijos tengan
una mamá y un papá. Después de sufrir lo que estoy
sufriendo nunca le impediría al padre tener contacto con ellos.
Lo ideal sería que vivieran en un país neutral, como Estados
Unidos, y allí estuvieran cerca mío y de Imad.
La última vez que Gabriela se encontró con Karim, Zahira
y Sharif fue en junio, en Jordania, en la casa de un ex cuñado
y ministro de Transporte del reino. Nunca pude verlos a solas,
contó la mujer. La vez anterior que los tuvo cerca fue en mayo
de 2000. No sé dónde viven ni tampoco tengo el teléfono
para llamarlos describió. Y tuve que aprender a hablar
fluido inglés para comunicarme con ellos porque ya se olvidaron
el español.
Daniel,
otra búsqueda
En
febrero último, tras obtener el subsidio que la Secretaría
de Acción Social otorga para estos casos, Daniel Vilches viajó
a Canadá para el juicio oral por la restitución de sus
dos hijos, Germán y Jennifer. Los chicos habían sido
llevados al país del norte por su ex esposa, que se negaba
a regresar a la Argentina. Después de 3 días, una jueza
canadiense falló a favor de Daniel: sus hijos debían
regresar a la Argentina, ya que la madre los había retenido
en Canadá violando un permiso provisorio de Daniel para sacar
a Germán y Jennifer del país. La mujer pidió
unos días para organizar el regreso, y Daniel volvió
a Buenos Aires soñando con el reencuentro final. Pero los abogados
de su ex esposa apelaron el fallo, y el tribunal que tomó el
caso en segunda instancia favoreció a la mujer, considerando
que Jennifer, de 15 años, tenía según el
convenio de La Haya la madurez apropiada para tener en
cuenta su opinión, y quería quedarse en el país.
Así que mis hijos se quedaron en Canadá, y yo,
que siempre actué de buena fe, me sentí más desamparado
que nunca. Ahora, Daniel confía en llegar a un acuerdo
con su mujer para un régimen de visitas, porque ir a la Corte
Suprema le costaría 25 mil dólares, y recurrir a la
Justicia canadiense por el régimen, un mínimo de 1500
pesos. |
Un
tribunal internacional
Por M. C.
El
ministro Juan Pablo Cafiero propondrá la semana próxima
en la sede de las Naciones Unidas la creación de un Tribunal
Internacional de Familia, que tenga incumbencia en casos similares
al de Gabriela Arias Uriburu. Será en el marco de la Sesión
Especial de la Asamblea General de la ONU a Favor de la Infancia
que tendrá lugar el 19, 20 y 21 en Nueva York. La idea le
llegó al ministro de boca de la misma Gabriela, quien hace
tres años creó la Fundación Niños Unidos
por el Mundo. La entidad se encarga de brindar asesoramiento legal
y psicológico a padres y madres impedidos de contactarse
con sus hijos. En estos tres años nos llegaron 370
casos de sustracciones parentales. Empezamos con casos
internacionales, pero por la demanda tuvimos que ocuparnos de casos
de Argentina también, explicó a este diario
Elsa Borzotta, integrante de la fundación. Los casos internacionales
tienen que ver, mayoritariamente, con separaciones de un argentino
con un cónyuge extranjero, que vivían fuera del país
y tras el divorcio volvieron pero no pudieron traer a los hijos.
O una pareja separada, en la cual uno de sus miembros se va a vivir
al exterior por cuestiones de trabajo y se lleva sin previo
acuerdo a los chicos. La semana pasada un papá
consiguió reencontrarse con su hijo de 2 años. La
ex mujer se había ido a Estados Unidos sin avisarle y se
lo había llevado. Interpol localizó al chiquito y
el papá fue a buscarlo y se lo trajo, relató
Borzotta.
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