Por
Roque Casciero
El
mundo continúa en peligro de una invasión alienígena,
se tejen conspiraciones en el seno del gobierno de Estados Unidos, seres
sobrehumanos amenazan cualquier tipo de resistencia... ¿Y encima
la humanidad no contará con el agente Fox Mulder para protegerse?
El futuro se ve bastante complicado para el planeta Tierra. O, si se prefiere
no suscribir a la paranoia típica de los seguidores acérrimos
de Los Expedientes Secretos X, al menos habrá que convenir
que sí provoca bastantes dudas la continuidad de esa serie por
una temporada más. Su inventor Chris Carter ya acordó seguir
y hasta contrató a Lucy Lawless, quien fue protagonista de Xena,
la princesa guerrera, para cargar de algún atractivo extra
a algunos capítulos. Mientras en Estados Unidos ya se rueda la
novena temporada de la serie, aquí Fox estrenará Existence,
el capítulo final de la octava, mañana a las 21. Y no es
una cita menor: será la última vez que se verá al
obstinado y perseverante Mulder, poniendo límites a esas calamidades
espantosas que el televidente apenas puede intuir cuando sintoniza los
X Files.
El hecho de que Carter haya decidido estirar la serie como chicle no parece
más que el manotazo
de ahogado de alguien que se resiste a matar a la gallina que tantos huevos
de oro (millones, seguidores, premios, fama) le dio. Con el fracaso de
sus intentos paralelos Millenium y The Lone Gunmen,
por el momento al productor no le quedan muchos naipes para jugar. Y ninguno
es el ancho de espadas, ahora que no contará con David Duchovny
(es decir, Mulder) para intentar remontar el desgaste de tantas idas y
vueltas en su mejor creación. El actor había decidido limitar
su participación en el programa durante la octava temporada, por
lo que los realizadores apostaron a la incorporación de un nuevo
agente, John Doggett, interpretado por Robert Patrick. Sin embargo, el
enroque no fue suficiente: el personaje de Mulder es central para la serie,
ya que es el agente que cree en la conspiración y en la invasión
extraterrestre. El era, por ejemplo, quien tenía colgado en su
oficina el cartel con la frase que se convirtió en bandera de los
fanáticos, la misma con la que comienza cada emisión: La
verdad está ahí afuera.
Durante la temporada que culmina mañana, Carter salió del
paso con una abducción (un recurso que sonaría delirante
en cualquier lado, menos en los Expedientes) para justificar
la ausencia de Mulder en la mitad de los capítulos, pero todavía
no se sabe cómo resolverá su nueva desaparición de
la serie. Cuando un actor no firma contrato, el recurso favorito de los
productores de televisión es matar a su personaje, pero, aparentemente,
Carter no será tan drástico, porque espera que Duchovny
acepte hacer alguna aparición en el futuro. Por ahora, sin embargo,
el actor prefiere mantenerse aparte: Mulder es la conciencia del
programa, el cuestionador permanente. No creo que tenga sentido que él
volviera como un personaje periférico. No estaría de acuerdo
con mi concepción del personaje. Sería falso si lo interpretara
como un cameo, como un ObiWan Kenobi que aparece de cuando en cuando,
dijo hace poco.
Duchovny no quedó muy conforme con Existence, el último
capítulo que protagonizó. Por temor de que aparecieran transcripciones
en Internet, los actores recién se enteraron de cómo sería
la escena final recién dos horas antes de grabarla. Pero lo cierto
es que Carter y sus laderos volvieron a dar clases de cómo mantener
el suspenso, y dejar a los televidentes enganchados y sin aliento hasta
el comienzo de la nueva temporada. La agente Dana Scully (Gillian Anderson,
la coprotagonista) está a punto de tener a su bebé y sufre
la persecución de Billy Miles, una suerte de superalien de aspecto
humano al que no se puede matar. El bicho es capaz de regenerarse a partir
de una vértebra de metal incluso si lo hacen explotar, así
que lo aconsejable es huir cuando aparece. Precisamente es lo que hace
Scully, quien se escapa a un pueblo abandonado en el estado de Georgia,
acompañada por su colega Monica Reyes (Annabeth Gish). Ella, junto
a una oficial de policía, asiste a la parturienta. A último
momento,aparecen Miles y otros como él (entre otros, la oficial
seudosamaritana), que rodean a Scully mientras da a luz. Mulder, en tanto,
se salva de ser asesinado por el siempre malvado Alex Krycek (Nicholas
Lea), gracias a la intervención del jefe Skinner (Mitch Pileggi):
dos certeros balazos acaban con la vida del conspirador. Y el segundón
Doggett también evita la muerte por un pelo, perseguido por otros
dos superaliens.
Finalmente, Mulder viaja en helicóptero hasta el poblado donde
está Scully: mientras aterriza, ve cómo varios autos abandonan
el lugar. Pero la agente está bien, con su bebé en brazos.
Los aliens, que esperaban que fuera una nueva especie extraterrestre,
aparentemente se marcharon decepcionados tras descubrir que el niño
es completamente humano. De todos modos, como lo requiere un capítulo
final de temporada, quedan muchos cables sueltos. El más importante
es quién es el padre del bebé, aunque el televidente pueda
sospechar que Mulder sí dejó una semilla en Los expedientes
secretos X: un beso apasionado de los otrora fríos agentes
del FBI es el final de la temporada y la última participación
del personaje de Duchovny. Salvo que algunos millones puedan convencerlo
de lo contrario.
Una
serie con destino clásico
Más
que agua bajo el puente, en la larga historia de Los Expedientes
Secretos X han pasado muchos (muchísimos) extraterrestres,
conspiradores, asesinos, agentes del FBI, platos voladores y sucesos
paranormales. En sus ocho temporadas, el programa creado por Chris
Carter transportó a sus protagonistas a la categoría
de estrellas, convirtió a Gillian Anderson en un improbable
símbolo sexual, ganó millones a través del merchandising
(la última moda es comprar los programas en DVD), y se alzó
con 15 premios Emmy (sobre 58 nominaciones) y 7 Golden Globe. Pero,
más allá de los millones, las estatuillas y los puntos
de rating, la serie ya ha ganado la categoría de clásico.
A pesar de que las últimas dos temporadas no han mantenido
el nivel de los mejores tiempos, las investigaciones contra viento
y marea del creyente Mulder y la escéptica Scully
ya están en el mismo plano que otros hitos de la ciencia ficción
televisiva como Viaje a las estrellas y El planeta
de los simios. Los fans esperan que la obsesión por estirar
la historia no diluya la imagen de una serie legendaria. |
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