Por Julian Borger, Duncan Campbell,
Charlie Porter y Stuart Millar *
Desde Washington, Los Angeles
y Nueva York
El vuelo 11 de American Airlines desde Boston hasta Los Angeles había estado en el aire por cosa de minutos cuando los terroristas tomaron el control y lo desviaron hacia la ciudad de Nueva York. El secuestro fue el heraldo del comienzo de una serie de horrendos ataques que redujeron las dos ciudades norteamericanas más importantes a zonas de carnicería parecidas a las de una guerra y arrojaron a toda la nación a un estado de sitio motorizado por el pánico. Desde el comienzo hasta el fin, la operación llevó menos de tres horas.
El primer ataque vino a los 45 minutos después de que el vuelo 11 hubiera sido secuestrado. En el World Trade Center en el sur de Manhattan, los oficinistas ya estaban en sus escritorios y el día laboral había empezado en pleno. En las calles densamente recorridas del distrito de las finanzas en torno a la base de las torres gemelas de 110 pisos de altura, otros neoyorquinos se dirigían a sus trabajos en medio de la prístina luz solar de comienzos del otoño cuando el desastre golpeó.
Los informes iniciales fueron fragmentarios y confusos, pero de acuerdo a testigos oculares, lo que parecía ser un avión de pasajeros había chocado con la torre norte. Mientras los servicios de emergencia se precipitaban a la escena de los hechos, se les unían docenas de periodistas y curiosos que contemplaban horrorizados el espectáculo de los pisos más altos, la mayoría de los cuales habían sido destruidos por el impacto. La devastación era horrorosa: vastas columnas de humo escapándose de torcidos marcos de ventana y sábanas de fuego disparándose de un costado del edificio. Desesperados, algunos de los que habían quedado atrapados empezaron a saltar de las ventanas del edificio.
Un empleado de la firma londinense Garban International estaba hablando por teléfono con un colega de la torre norte cuando el golpeó el primer avión. Las últimas palabras que escuchó fueron: �Socorro, estamos muriendo todos. Sáquennos de aquí�. En todo el mundo, imágenes de televisión de la torre norte, con el humo brotando de los pisos superiores, estaban siendo transmitidas en vivo. Los conductores de los noticieros ya estaban especulando qué terroristas eran los responsables cuando ocurrió lo impensable. Contemplado por millones de televidentes estado de shock, un segundo avión se dirigió derechamente a la torre sur, inclinó un poco el ala de la puerta del avión y aceleró con rumbo al edificio a la altura del piso 60. La explosión causada por el impacto disparó una enorme bola de fuego cargada de fragmentos de material edificio cayendo en cascada por el costado del edificio en dirección a las calles. �La primera torre ya estaba humeando densamente -dijo Joe Trachtenberg, que estaba mirando desde la terraza de su edificio-. Entonces apareció otro avión, y se mandó derecho, tipo kamikaze, a la otra torre. Hubo una explosión masiva y las ventanas volaron por el aire. Fue horrible�.
En las calles había caos. �La gente corría en todas direcciones, saltando sobre barreras policiales, tratando desesperadamente de escapar de la zona. Supongo que estaban desesperados por escapar�, dijo un testigo ocular.
Lo peor estaba por venir. Un poco antes de las 9.30 de la mañana, surgieron informes de que otro avión había sido secuestrado. En 10 minutos, un avión de pasajeros de tamaño mediano voló a baja altura sobre Arlington y el Anexo Naval en Washington DC y se hundió en la cara sudoeste del Pentágono, disparando una enorme bola de fuego.
Omar Campo, un salvadoreño, estaba cortando el césped del otro lado del camino cuando el avión pasó sobre su cabeza. �Era un avión de pasajeros. Creo que era de American Airways -dijo Campo-. Yo estaba cortando el césped y apareció rugiendo sobre mi cabeza. Y sentí el impacto. Toda la tierra tembló y toda el área se llenó de fuego. Nunca imaginé que vería algo así aquí�. Afework Hagos, un programador de computación, se dirigía a su trabajo pero quedó atascado en un embotellamiento de tráfico cerca delPentágono cuando el avión pasaba por arriba. �Hubo un ruido como un enorme aullido y salí del auto mientras pasaba el avión. Todo el mundo corría en distintas direcciones. El avión oscilaba entre su ala izquierda y su ala derecha, como si estuviera tratando de estabilizarse. Golpeó algunos faroles callejeros en su trayecto�. Ted Timerman, un piloto que vio el impacto, dijo que había sido un American Airways 757. �Aumentó su velocidad a medida que se acercaba. La trompa golpeó, las alas avanzaron y todo se convirtió en una bola de fuego�.
Humo y llamas brotaban de un gran agujero en el Pentágono. Equipos de emergencia transportaron carros hidrantes a la escena y enfermeros de ambulancias atravesaron las llamas portando camillas de plástico para sacar los cuerpos del infierno. Unos pocos de los heridos leves, ensangrentados y cubiertos de polvo, se recuperaban sobre el césped afuera, algunos en ropas de civil, otros en uniforme. Un pedazo retorcido del fuselaje del avión yacía en las cercanías. Nadie sabía cuánta gente había muerto, pero los socorristas encontraban prácticamente imposible llegar hasta la gente que estaba atrapada, al ser rechazados por las llamas y por los restos que seguían cayendo.
En Nueva York, la policía y los bomberos estaban llevando a cabo la primera ronda de evacuaciones cuando colapsó la primera de las torres del World Trade Centre. Algunos testigos oculares informaron que habían oído otra explosión justo antes de que la estructura se derrumbara. La policía dijo que parecía una �implosión planeada� para alcanzar a todos los que se hubieran quedado mirando desde la calle.
Mientras la torre se derribaba sobre sí misma, arrojando una vasta nube en forma de hongo de asfixiantes cenizas grises, humo y residuos que se desplazaba por las calles densísimamente pobladas del sur de Manhattan, el aire se llenó de un terrible sonido como de absorción semejante al rugir del motor de un cohete, causado por el mero volumen de aire desplazado por el colapso.
A las 10.15 en Washington sonó otra alerta. �Salgan de aquí. Recibimos otra amenaza�, aulló un policía, empujando a los sobrevivientes fuera del edificio. Habían estado trabajando en renovar las instalaciones, lo que resultó en que hubiera menos gente que la habitual De acuerdo con Tom O�Loughlin, de la marina norteamericana, el tercero y cuarto piso del anillo exterior del Pentágono, el que recibió el mayor impacto del avión que se estrelló, era el lugar de trabajo de marinos de alto rango, incluyendo vice-almirantes. Había también oficinas usadas por las secretarías de las distintas armas y por las subsecretarías. Una vocero del Pentágono fue la primera en revelar que el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld no había sido alcanzado. Fuentes de la aviación federal estadounidense afirmaron que el avión que golpeó al Pentágono había estado dirigido en primer término a la Casa Blanca.
Justo antes de las 10.30, la torre norte del World Trade Centre cayó. Las autoridades estaban tratando de evacuar al rascacielos cuando éste colapsó con un ruido de trueno gigantesco.
A las 11.30 los autos policía volvieron a aullar en Washington y rodearon las calles alrededor del Pentágono, ordenando a los pasantes que abandonaran la zona. Un oficial dijo que había informes de que otro avión venía abalanzándose sobre el río Potomac a toda velocidad. Los puentes amplios sobre el río, generalmente cubiertos por multitudes, estaban desiertos.
La explosión en el Pentágono, que ocurrió menos de una hora después de los ataques de Nueva York, disparó inmediatamente medidas de seguridad en toda el área de Washington. Todos los edificios federales fueron clausurados, y diputados y senadores conducidos a lugares secretos y seguros. Por primera vez en la historia, todos los aeropuertos estuvieron cerrados. En el cielo norteamericano no había aviones.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Claves
Estados Unidos sufrió el ataque terrorista más importante de su historia: dos aviones comerciales, con sus pasajeros, fueron secuestrados en vuelo y llevados a estrellarse contra las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York; otro contra el Pentágono, en Washington; y un cuarto se estrelló cerca de Pittsburgh, Pennsylvania.
En Nueva York, el saldo oficial provisorio de muertos asciende a 10.000 personas. Se calcula que unas 40.000 trabajaban en el World Trade Center, por lo que la cifra sería mucho más grande. En el Pentágono, habría 800 muertos, según la cadena de noticias CNN.
La sospecha principal es hacia Osama Bin Laden, multimillonario saudita que ya financió varios ataques contra Estados Unidos. El presidente George Bush dijo que castigará a los terroristas �y a los Estados que los albergan�. |
LA ADVERTENCIA DE GEORGE W. BUSH
�No vamos a olvidar este día�
�Ya estamos buscando a los responsables por estos actos de maldad. No vamos a hacer distinciones entre los terroristas y aquellos Estados que le han dado ayuda.� Estas fueron las palabras del presidente norteamericano George Bush desde Washington, en un discurso por la noche, desde la Casa Blanca, a toda la nación. Muchos se pueden sentir aludidos por este tiro por elevación, pero la asociación principal es la de Afganistán, país dominado en un 90 por ciento de su territorio por los talibanes. Si Afganistán es el refugio, es porque el �terrorista� sería Osama Bin Laden.
�Los habitantes de Estados Unidos mostraron su fortaleza. Nuestra forma de vida fue atacada y miles de vidas fueron cegadas en enormes estructuras que se vinieron abajo. Estos actos fueron concebidos para intimidarnos, pero fracasaron. Los ataques pueden sacudir nuestros edificios pero no pueden destruir las bases de nuestro país�, afirmó Bush. �Somos el faro de la libertad en el mundo y nadie podrá apagar nuestra luz�, enfatizó. Respecto a lo que vendrá, el presidente norteamericano declaró que �nuestras Fuerzas Armadas son poderosas y están preparadas. Pedí que se utilicen todos los recursos de inteligencia para atrapar a los terroristas y aquellos que les dieron albergue. Pero nuestra prioridad es atender a los heridos y ayudar a las familias de las víctimas�. Bush aseguró que todas las oficinas públicas y bancarias abrirán mañana sus puertas pese a los ataques. �Agradezco a los líderes mundiales y a todos les pido esta noche una plegaria por aquellos que hoy perdieron sus vidas y su familia. No vamos a olvidar este día, pero vamos a defender la libertad�, concluyó el presidente norteamericano.
|