Por Duncan Campbell
Desde Los Angeles
Tres horas después de las primeras noticias del ataque al World Trade Center, el presidente Bush se dirigió a la nación desde la base aérea de Barksdale en Louisiana. La ubicación misma desde donde pronunciaba su discurso daba una pista segura de cuán fuerte era el golpe que se había asestado a Estados Unidos: sólo una hora antes se había informado que el presidente estaba volviendo de Florida a la capital. El hecho de que el vuelo presidencial haya sido desviado en el aire por razones de seguridad proporciona una señal inequívoca de que el país estaba sin ninguna preparación para un ataque tan general y organizado y de que las decisiones de seguridad se iban tomando minuto a minuto. Con el Pentágono bajo ataque y la Casa Blanca evacuada, el presidente se encontraba lejos de lo que la ciudadanía norteamericana percibe como el centro del poder. �Hemos adoptado todas las precauciones apropiadas de seguridad para proteger a la ciudadanía norteamericana�, dijo Bush a los periodistas que se habían apurado a llegar a la base. �No se equivoquen, Estados Unidos perseguirá y castigará a todos los responsables de estos ataques cobardes.�
El presidente se enfrenta ahora a múltiples dilemas. Del entero espectro político llegaron demandas de que siga un curso de acción firme. Se espera de Bush que conteste el golpe, y esa respuesta será el primer test al que verdaderamente haya sido sometida su presidencia. Mientras que sería tentador para él ordenar un bombardeo en cuanto lugar o base establezcan sus asesores de seguridad nacional que esté relacionado con los ataques, sus asesores más razonables serán muy cautos contra una acción espectacular para satisfacer los llamados a la venganza que ya se escucharon ayer. El presidente ya dijo que consultará con el Congreso antes de hacer efectiva cualquier respuesta, algo que es indicativo de que no está planeando nada parecido a un ataque aéreo contra Afganistán contra cualquier lugar que los servicios de inteligencia consideren como el origen de los atentados. Bush también buscará la cooperación de la comunidad internacional.
Los ataques de ayer ponen a los recientes tests norteamericanos para la instalación del escudo de defensa antimisiles en un claro contraste con la realidad de un ataque ocurrido dentro del país. Mientras el gobierno ha estado gastando 100 millones de dólares en cada test del escudo antimisiles y planificando la extensión del sistema, estos ataques demostraron que el país es mucho más vulnerable a los más simples métodos de secuestro aéreo y colocación de bombas que a un posible ataque nuclear de los llamados �Estados parias�.
Tanto a nivel personal como diplomático, esto representa lo que podría ser el momento definitorio de la presidencia de Bush. Su conducta va a ser cuidadosamente observada: si se comporta como un estadista o se inclina en el sentido de la retórica más extremista que ya se está filtrando desde Washington. Estados Unidos no se enfrentó a un ataque combinado de tal magnitud desde Pearl Harbor, como casi todos los comentaristas destacaron. El gobierno también tendrá la responsabilidad de reestructurar la vida cotidiana de los norteamericanos con un sistema de seguridad ampliado. Una figura clave en la toma de decisiones al respecto es el secretario de Estado Colin Powell, que suspendió su primer viaje oficial a Sudamérica para volver a Estados Unidos. Powell, que estaba en Lima en una reunión de la OEA, urgió a sus colegas en la capital peruana a incluir en �el pacto democrático� (para que la OEA adopte sanciones contra cualquier país americano que no respete el sistema democrático) una condena colectiva al terrorismo.
La propuesta fue adoptada en forma unánime y Powell inmediatamente se fue a un aeropuerto militar en Lima para volver a Washington. �Una terrible tragedia se ha cernido sobre mi país, pero también se ha cernido sobre todos aquellos que creen en la democracia�, dijo Powell ante laAsamblea de la OEA. �Espero que la orden del día incluya mi propuesta, porque quiero realmente expresar el compromiso de Estados Unidos con la democracia en este hemisferio�. La sesión se abrió con un minuto de silencio antes de que Venezuela, Colombia, El Salvador y Canadá usaran sus intervenciones para condenar el atentado. �Le enviaré a Bush sus lamentos y sus palabras de ayuda�, declaró Powell. �Estoy seguro de que Estados Unidos dará con los responsables y los llevará a la justicia�. Powell señaló que �el terrorismo es un problema de todos y aquí hay países que han combatido el terrorismo por años y que han visto cosas horribles. Esto es algo en lo que todos debemos estar unidos�.
Otro de los personajes clave en la toma de decisiones para responder al atentado es el general Richard Myers, vicejefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, quien declaró que antes del ataque al Pentágono, oficiales militares habían sido notificados de que otro avión se estaba dirigiendo desde el área a Nueva York hacia Washington. Como mucha de la información de inteligencia, ésta llegó demasiado tarde.
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