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un mundo nuevo

PRIMERAS CRITICAS PORQUE NADIE TUVO INDICIOS
Los agujeros en la seguridad

Desde que comenzó a actuar Bin Laden, Estados Unidos gasta cinco mil millones más en seguridad. Pero no sirvieron para prevenir los atentados.


Los norteamericanos y la leyenda de sus agencias de espionaje. 
Todos se preguntan cómo no tenían indicios de la acción terrorista.

Por Martin Kettle*
Desde Washington

A medida que decae el shock por el atentado de ayer, comienzan las recriminaciones. La principal pregunta es: ¿Cómo es que no había ningún indicio de esto? Hace apenas cuatro días el Departamento de Estado reinstaló el �alerta mundial� que había difundido en junio. Según declaraciones oficiales, existía �un riesgo creciente de acciones terroristas por parte de grupos extremistas�. Pero no había ningún indicio de que esto pasara en Washington y Nueva York. 
�En los últimos meses, el gobierno norteamericano se dio cuenta de que los intereses y los ciudadanos estadounidenses fuera del país podían estar bajo un riesgo creciente de ataques terroristas por parte de grupos extremistas�, decía el aviso. �Además, hemos recibido información no confirmada de que estas acciones terroristas pueden ocurrir en las bases o los lugares de residencia militares de Estados Unidos en Corea y Japón. También estamos preocupados por la información recibida en mayo, según la cual los ciudadanos norteamericanos podrían ser blancos de la organización Al Qaida, de Osama Bin Laden. En el pasado, esta organización no diferenció blancos oficiales o civiles. Como siempre, tomamos esta información muy seriamente�. Pero no tan seriamente como para que estas advertencias pasaran de ser un informe con la enumeración de peligros que ya son casi una rutina en los últimos años entre los servicios de inteligencia norteamericanos.
De todos modos, hace siete meses, uno de los principales jefes de inteligencia estadounidense advirtió públicamente que Estados Unidos podía enfrentar una pesadilla como la de ayer. El almirante Thomas Wilson declaró ante la comisión de Inteligencia del Senado que estaba �realmente preocupado� sobre la posibilidad de �un ataque terrorista a gran escala contra los intereses norteamericanos, dentro o fuera del país, quizás con un arma especialmente diseñada para producir daños masivos�. Hasta ayer, Estados Unidos no ha sufrido demasiado los efectos del terrorismo internacional, si es que se lo compara con el terrorismo doméstico. El atentado de 1995 en la ciudad de Oklahoma, cometido por Timothy McVeigh, es el antecedente más cercano en la historia de un hecho como el de ayer.
El documento que reinstalaba el alerta mundial viene después de una secuencia de advertencias públicas del Departamento de Estado respecto de 20 regiones o naciones en todo el mundo, separadas entre sí, en las que los norteamericanos figuran en riesgo de ser atacados. Según el último reporte sobre terrorismo global lanzado en abril, �el terrorismo continúa planteando un riesgo claro y presente para la comunidad internacional�. Pero el secretario de Estado, Colin Powell, adoptó una postura relativamente optimista sobre la amenaza cuando recibió la evidencia en la materia que fue presentada en mayo ante el Senado. �Estados Unidos no quiere refugiarse en sus embajadas y consulados y esperar el nuevo ataque, inevitable como cualquier ataque de este tipo puede ser�, le dijo Powell a la comisión de Defensa del Senado. �Esta perspectiva está en contra del espíritu de nuestro pueblo. El terrorismo forma parte del lado oscuro de la globalización. Es triste, pero es uno de las consecuencias de hacer negocios en todo el mundo; negocios que nosotros, como norteamericanos, no dejaremos de hacer�.
Desde los atentados terroristas que hace tres años destruyeron las embajadas norteamericanas en Kenia y Tanzania, el Departamento de Estado gastó tres mil millones de dólares en medidas para reforzar la seguridad de sus embajadas en todo el mundo. Powell propuso 1300 millones de dólares más para aumentar esta medida durante el próximo año fiscal. 

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12

 

 

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