Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


un mundo nuevo


LOS PORTEÑOS, CONMOCIONADOS, SE PEGARON A LOS TELEVISORES
�Esto supera cualquier película�

Desde temprano la gente se agolpó en las casas de electrodomésticos y bares para ver una y otra vez las imágenes del horror.

Frente a las vidrieras de los negocios de electrodomésticos se juntaron multitudes. 
�La gente se agolpó temprano. Algunos se quedaron y compraron aparatos�, contó un gerente.

Por Horacio Cecchi

La esquina de Tucumán y Pasteur lleva una marca de la memoria: un cartel como cualquiera de los que designan las calles, pero que en lugar de un nombre lleva implícito un hecho: �Homenaje de la Legislatura a las víctimas del atentado a la Amia�, se puede leer en él. En el bar ubicado sobre esa misma esquina, ayer, la memoria se hizo presente pero en una pantalla de televisión. El lugar, pequeño, desbordaba de clientes que en su mayoría no eran tales sino curiosos, impresionados, incrédulos o memoriosos testigos de las escenas de las Twin Towers de Nueva York. El impacto de los atentados en Estados Unidos sacudió las calles porteñas en mucha mayor medida que lo que decían esas mismas imágenes. No sólo en el sensibilizado barrio de Once.
Desde temprano hasta ya pasado el mediodía, la esquina de la peatonal y Corrientes, del lado norte, engrosaba y adelgazaba con las columnas que salían del subte B, para desembocar en las pantallas encendidas de Ventura. Más de medio centenar de personas se acumulaba por vez para seguir el incendio y posterior derrumbe de las torres. La rotación era constante. Cinco a diez minutos, hasta verificar con las escenas que volvían a repetirse, que todo ocurría realmente. Después, llegaba la rotación. Los que ya habían visto demasiado, retornaban a sus tareas para ser reemplazados por otro subte que descargaba incrédulos.
�Vamos a ver qué reacciones vienen ahora �comentó a Página/12 Mario, un hombre de negocios que detuvo su reloj por unos minutos frente a las imágenes�. Supera cualquier película de ciencia ficción. Yo las conocí (las Twin Towers) y la verdad que esto impresiona. Pero más fuerte es para ellos, que se creían invulnerables.� A su lado, un joven lanzaba un temerario �querían acción, tuvieron acción�.
Mientras, dentro del local el gerente Ernesto Lancellotta comentaba que �la gente se agolpó desde las 9, desde que empezaron a transmitir. Algunos se quedaron y compraron aparatos�, aunque era evidente que la atención del público estaba puesta en la vereda.
En la agencia de viajes Bian Tours, dos cuadras hacia Retiro por Florida, una empleada señaló preocupada que �todos los vuelos a Estados Unidos están cancelados. Esto golpea nuestra actividad, que ya de por sí está golpeada por la economía�. 
En la Bonafide de Florida, entre Perón y Sarmiento, la pantalla ubicada en el ingreso concentraba a más de medio centenar de personas. �De acá se ve mejor�, le decía un joven a una señorita que se quejaba de que un cliente se había tomado la atribución de tapar la visión. �Qn. �Quiero ver el choque�, decía ella codeándose con otros espectadores para ganar su lugar. �Ah, es todo lo que vimos hoy�, exclamó después, mientras era empujada por una mujer que intentaba salir del lugar diciéndole a su hijo: �¿Viste lo que dijeron en la televisión?, que ningún grupo fundamentalista puede haber atacado solo. Alguien lo ayudó desde adentro.� 
Cuatro personas, una joven oficinista, un hombre de campera, un muchacho y un hombre de saco y corbata, que obviamente se habían conocido en ese provisorio encuentro de confusas imágenes, intercambiaban impresiones. El de saco y corbata analizaba la estrategia de la defensa estadounidense: �No, ellos calcularon �explicaba�, hay 80 en el avión, se van a matar igual, así que lo bajamos y salvamos otras vidas�. �Ja, que vayan a hacer cálculos a otra parte�, respondió el de campera.
�Que sepan lo que es tenerlo en casa. Porque a ellos lo que pasa afuera no les importa, para ellos los demás son todos indios �comentó con odio una mujer a su acompañante, a dos cuadras del lugar.
�Eso es por tirarles flit a los talibanes �remató él.
Prácticamente nadie en el centro porteño quedó exento de la incredulidad, pese a que las pantallas se esforzaban por demostrar que todo aquello era cierto. A tal punto llegó el impacto que en Garbarino de Florida, el gerente dio la orden de despegar de las imágenes de los atentados porque �ahuyenta clientes�, mientras medio centenar de personastrataba, por un momento, de imaginar que aquello que estaba viendo era una dramática y realista película de non-fiction. En Frávega, a pocos pasos de allí, habían optado por despegar de la realidad. Cuatro jóvenes seguían las imágenes de las pantallas encendidas en el local: pasaban la película Matrix.

 

 

PRINCIPAL