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Mi ciudad
Por Joe Goldman *

Joaquín estaba viendo dibujitos cuando lo llamé. Llegó justo para ver el segundo avión estrellándose contra la torre. Su primera reacción fue la de sus ocho años: �Papá, ¡destruyeron las Torres Gemelas y nunca me llevaste a verlas! Y ahora no voy a poder ir...�. Enseguida se acordó de que su abuela Kathy trabaja a cinco cuadras y se arrepintió. 
¿Cómo puede reaccionar un chico a semejante locura? 
Nací en el Bronx cuando las Torres no existían y las vi levantarse. Siempre fueron uno de los puntos de referencia de mi ciudad, Nueva York, y hasta cuando vivía en sus afueras -.Nyack, a casi una hora de auto al norte-. en un día claro las vislumbraba asomando en el horizonte y sentía que veía a la ciudad. 
Ahora ya no están. Me pasé el día pegado a la televisión, viendo fascinado el orden con que mis compatriotas neoyorquinos escapaban del desastre. Nueva York es el lugar más caótico que conozco, pero en casos como éstos .y me acuerdo del apagón en los años setenta-. tenemos una manera especial de mantener la calma. Todo esto lo vi en las pantallas: la gente de mi ciudad tratando de manejar el peor atentado de la historia mundial.
Llamé a mi familia, llamé a mis amigos. Todos estaban bien .-mamá no fue a su oficina ayer a la mañana.- pero estoy seguro de que alguna de las personas que conozco de las que trabajan en las Torres no pudo escapar a tiempo. El primer amigo que me contestó el teléfono estaba histérico: me gritaba que yo hablaba desde un teléfono robado y yo le gritaba que llamaba desde Argentina. Nunca supe quién era. Resulta que mi amigo había cambiado de celular y alguien muy nervioso tenía su viejo número, alguien que probablemente estaba en la zona sur de Manhattan.
Nueva York va a sobrevivir a este atentado. Cuando uno nace y vive allá, sabe que es una ciudad simbólica y que puede ser un blanco para toda clase de terroristas. Hace poco, inocentemente, un tipo se tiró en paracaídas sobre la Estatua de la Libertad para usarla como un símbolo. Saber esto es parte de lo que es ser neoyorquino, viene con el territorio, es algo que todos sabemos que puede ocurrir.
Por ahora, habrá sin embargo desconcierto. A mis compatriotas yanquis les gustan las cosas estructuradas, ordenadas. Pero, como aprendimos en Argentina con el atentado a la AMIA, en un ataque así no hay estructuras. Después nos recuperaremos y probablemente vamos a reconstruir las torres. Justamente, como un símbolo.

* Corresponsal en Argentina de ABC News.


 

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