Por Maximiliano Montenegro
Para Michael Camdessus, director gerente del Fondo Monetario Internacional durante 13 años, la política de déficit cero aplicada por Cavallo no es lo ideal para el presente de la Argentina. Para él, lo ideal sería una política de superávit fiscal. �Un país endeudado como la Argentina tiene que ir al heroísmo. Y en economía heroísmo significa superávit fiscal�, dijo ayer, de paso por Buenos Aires. Sin embargo, quien acordó como titular del Fondo los sucesivos planes de ajuste aplicados por Alfonsín, Menem y De la Rúa, �entiende� que la realidad política es difícil y, por eso �asegura� se conforma con el déficit cero de Cavallo. �Es la única política social (sic) posible�, afirmó, durante una insólita conferencia ofrecida en la privadísima Universidad de San Andrés.
El francés Michael Camdessus condujo los destinos del Fondo Monetario entre 1987 y 1999, período rico en ajustes dictados desde Washington no sólo en la Argentina sino en toda Latinoamérica, así como también próspero en crisis financieras: desde México hasta Brasil, pasando por el sudeste asiático y Rusia. Tal vez, durante su gestión, jamás hubiera imaginado que volvería a la Argentina para que le rindieran honores desde el ministro de Economía (que el lunes le agasajó con un �almuerzo de honor�) hasta el presidente, que ayer lo recibió en la Casa Rosada, mientras para la dirigencia política �que en otra época lo fustigara� pasaría inadvertido.
Camdessus estuvo ayer también en el campus, bien estilo norteamericano, de la Universidad de San Andrés, en San Fernando. Allí, asistido por un profesor de esa casa de estudios que ofició de animador, se dedicó a contar anécdotas de sus tiempos en la cima del poder y a extraer lecciones para el presente argentino. Por ejemplo, recordó cómo, a diferencia del Banco Mundial, él se opuso firmemente a desembolsar más préstamos para Argentina allá por 1988, cuando el gobierno de Alfonsín tenía ya el agua al cuello y reclamaba desesperadamente un último salvavidas de Washington. O defendió la cuestionada ayuda financiera de 22 mil millones de dólares del Fondo a Rusia en 1998, porque perseguía el objetivo de �construir una economía de mercado como Dios manda�.
Pero lo más interesante de todo son las opciones de política económica que Camdessus ve en el horizonte de la Argentina. Son las siguientes:
u La política de las D: devaluación, dolarización, default. Para Camdessus, �devaluar es la solución fácil en el primer instante, pero de suicidio en el más largo plazo�. �Conduciría a abandonar todos los logros (sic) de los últimos 10 años�, afirmó. En su opinión, �esta política se traduciría de inmediato en un ajuste más brutal que el déficit cero, porque sería impuesta por los mercados, sin discriminar sector y sin que se sepa donde para�. De otro modo: �La baja del salario real sería muy superior al 13 por ciento y sería fatal para la moral colectiva�, concluyó.
u La política de superávit: cree que sería la política de verdadero �heroísmo� y la considera como la receta ideal para un país tan endeudado como la Argentina. �Tal vez en el corto plazo llevaría a más recesión, pero con una baja de la tasa de interés y de la recuperación de la confianza más rápida; por lo que lo más probable es que la salida de la recesión también fuera más rápida�, explicó, repitiendo una lógica que Machinea aprendió muy bien que no es tal, y hasta los seguidores de López Murphy hoy ponen en duda.
u Déficit cero: para el ex titular del Fondo, no es un camino teñido de heroísmo como el anterior, pero, a diferencia de cuando estaba en plenas funciones en Washington, hoy parece reconocer las restricciones de la política: �Es la política que está en el medio, que reconoce los límites y hoy es la única política social posible�, afirmó, hablando en serio. Pero agregó que sería mucho más efectiva si los argentinos demostraran al mundoque no hay otra política que ésta y se unieran detrás de ella. No aclaró si ello incluía una multitudinaria marcha en Plaza de Mayo a favor del déficit cero. Pero, en cambio, se lamentó que �los argentinos sean autodestructivos, lo que añade un record más en su libro de records�.
Al cerrar su exposición, Camdessus se entusiasmó en su cruzada por ajustar el gasto público: �Hay que darles puñaladas a los individuos que se benefician del mal gasto, de los privilegios del Estado�, afirmó, quien alguna vez abrevara en el socialismo. Sin embargo, se negó a responder cuando, en un aparte, Página/12 le preguntó si en esas �puñaladas� incluía a los maestros, que Cavallo pondrá en el centro del ajuste al dar de baja el Fondo de Incentivo Docente en el Presupuesto 2002, con el fin de �ahorrar� 600 millones de pesos extra y alcanzar el déficit cero.
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