Por
Marcelo Justo
Desde Londres
Académico senior del prestigioso Departamento de Guerra
del Kings College, autor de El desafío del terrorismo,
de próxima publicación, John Greaves dialogó con
Página/12 sobre la ola de atentados contra Estados Unidos y sus
posibles consecuencias.
¿Hay razones para estar tan seguros que Osama Bin Laden está
detrás del atentado del miércoles?
Es casi seguro. Es altamente improbable que sean milicias estadounidenses
de extrema derecha anti-estado porque el World Trade Centre no era un
símbolo de la intromisión federal en la vida del individuo.
De modo que, aparentemente, todo parecería apuntar no a la participación
de Bin Laden en el operativo mismo, sino a una alianza de grupos terroristas
que cuentan con su bendición. Los atentados a las embajadas estadounidenses
de Kenia y Tanzania en 1998, el intento de secuestrar simultáneamente
12 aviones estadounidenses en 1995, el mismo atentado de 1993 contra las
dos torres forman una secuencia operativa coherente con lo ocurrido el
miércoles, aunque este hecho haya superado todo lo conocido hasta
ahora.
¿Tienen estos grupos la capacidad operativa para realizar
acciones de esta envergadura?
Los atentados en Tanzania y Kenia fueron operativos muy sofisticados.
Eran comandos extranjeros operando en países donde no tenían
ningún tipo de base o apoyo y donde consiguieron atacar con éxito
dos embajadas estadounidenses. Los planes que tenían en 1995 de
secuestrar a 12 aviones estadounidenses mostraban una ambición
y audacia notables. Fracasaron. Pero obviamente hubo un aprendizaje de
ese fracaso.
¿Estamos hablando de células durmientes,
que permanecen clandestinas durante un tiempo, golpean y se esfuman nuevamente?
En este caso es mucho más probable que haya un fuerte número
de estadounidenses de ascendencia islámica que gente que llega
del extranjero y se esfuma después de realizado el operativo. Es
lo que pasó en los operativos previos desbaratados por los servicios
secretos. La presencia de estadounidenses en las células facilita
mucho la logística y el hermetismo de una acción de esta
envergadura.
¿Operan libremente o cuentan con el apoyo concreto de países?
Siempre se supuso que los grupos terroristas más sofisticados
cuentan con el apoyo de países. Es lo que sospecha hoy Estados
Unidos. Pero existe la posibilidad de que no haya un país detrás
de esta acción, por más que la aplaudan. Por el momento
no lo sabemos.
Se ha criticado mucho a los servicios secretos estadounidenses porque
no consiguieron detectar este atentado.
Creo que es un poco injusto. Primero porque no es cierto que no
previeran ataques terroristas. Estaban preocupados por un ataque espectacular
en alguna parte del mundo, o un atentado con armas químicas o biológicas
en Estados Unidos. Es obvio que no calculaban el posible uso de aviones
como armas suicidas. Sin embargo, los servicios consiguieron desbaratar
en el pasado varios ataques. Lo cierto es que no se pueden impedir todos
los atentados y que a estos grupos les basta con tener suerte una vez
para maximizar el impacto de sus acciones.
¿Vamos a tener más ataques o habrá una pausa
como la que se dio entre el bombardeo de Tanzania y Kenia y lo sucedido
hoy?
Yo pertenezco a una escuela de académicos y expertos en inteligencia
que en los últimos 10 años opinaron que los ataques terroristas
podían calificarse como de baja probabilidad pero alto
impacto. Creo que esto está cambiando y que hoy estamos ante
un escenario de operaciones de alta probabilidad y alto
impacto. Es decir, mayor frecuencia y mayor impacto. ¿Hay
una solución militar o política a esta situación
que el gobierno de Bush ha calificado de guerra?
El pensamiento clásico en la materia es que no hay solución
puramente militar al fenómeno, porque el terrorismo está
vinculado de una manera u otra a alguna causa política. En este
sentido pienso que este hecho aumentará el interés político
del gobierno de Bush en el Medio Oriente y que intentarán presionar
a palestinos e israelíes para que lleguen a un cese del fuego.
Al mismo tiempo es claro que hay mucha gente en Estados Unidos que apostará
a una solución puramente militar del tema.
¿Le parece inevitable un operativo militar estadounidense
contra el gobierno talibán de Afganistán, donde se encuentra
Osama Bin Laden?
Me parece inevitable. No estamos hablando de una ofensiva menor,
de un par de misiles. Creo que estamos hablando de un operativo de envergadura
con un sostenido bombardeo del país. No será algo como la
operación militar en Kosovo porque no hay tiempo para organizarla,
pero creo que sí se puede armar una alianza con otros países,
de la que podrían participar algunas potencias regionales como
India que el año pasado sostuvo conversaciones con Estados Unidos
sobre medidas antiterroristas. El problema de un operativo de esta naturaleza
es cómo realizar ataques a medida contra el gobierno talibán
y evitar una declaración de guerra al pueblo afgano en su conjunto.
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