Por
Raúl Kollmann
Las
claves para el esclarecimiento del atentado parten, en primer lugar, de
determinar dónde se entrenaron los pilotos. Después de ver
imágenes y diagramas, los especialistas consideran que quienes
se sentaron en la poltrona del piloto no tenían los rasgos típicos
de los suicidas islámicos que se conocen gente muy joven,
que viene de lugares pobres y tiene poco nivel educativo, sino individuos
que han sido pilotos, probablemente militares y después se entrenaron,
tal vez en simuladores de vuelo, para comandar los aparatos en maniobras
difíciles, especialmente como la realizada para impactar contra
el Pentágono. El segundo punto clave de la pesquisa está
en los vehículos en los que llegaron a los aeropuertos, las listas
de pasajeros y las imágenes de los circuitos cerrados de televisión.
Todo esto en particular en Boston de donde salieron dos de los grupos
terroristas. El tercer aspecto clave de la investigación está
en las cajas negras. Las que se deberían encontrar primero son
las del avión caído en Pittsburg y la del que se lanzó
sobre el Pentágono. En esas cajas están registrados los
últimos diálogos entre terroristas y pilotos.
Pilotos
Los primeros movimientos de la pesquisa se están orientando hacia
los terroristas que tomaron el comando del avión. Ya está
claro que, al menos en uno de los aviones, los secuestradores acuchillaron
a una o dos azafatas para obligar al piloto a abrir la puerta de la cabina
de mando. Es lógico que el comandante haya dado ese paso,
porque el precepto básico es el de salvar vidas señala
Jorge Doyle, presidente de la Asociación de Pilotos de Líneas
Aéreas. Hasta por razones humanitarias uno abre la puerta
para evitar que maten, por ejemplo a una segunda azafata. Nadie puede
pensar que van a secuestrar el avión para incrustarse en un edificio.
La lógica es que hagan un secuestro para negociar algo a cambio.
Hay testimonios de víctimas que llamaron desde los aviones antes
de morir y que indicaron que el piloto había sido llevado a la
parte de atrás. Esto corrobora que quienes guiaron las aeronaves
contra los edificios fueron pilotos-terroristas.
A partir de ese punto, los especialistas analizan la complejidad de las
maniobras. Según coincidieron las fuentes consultadas por este
diario, lo que se toma en cuenta es lo siguiente:
u La maniobra contra el Pentágono fue especialmente difícil
y requiere de un piloto de profesión que, después, mediante
entrenamiento en vuelo o en simuladores pudo haberse puesto en condiciones
de hacer semejante descenso hacia el edificio.
u A primera vista, los especialistas creen que podría tratarse
de algún piloto con antecedentes militares, algo muy común
en Medio Oriente, ya que al no existir los aero-clubes, prácticamente
todos los pilotos surgen de las filas militares.
u La maniobra contra las Torres Gemelas también requiere de pericia,
sobre todo porque -.por el sonido-. hay bastante evidencia de que los
aparatos fueron lanzados, con las turbinas al máximo poder, contra
los edificios.
Al concluirse que toda la operación requirió de pilotos
de profesión y tal vez militares, queda como objetivo inmediato
averiguar dónde fueron formados y dónde se entrenaron para
pilotear los 757 y 767.
u Las primeras pesquisas en la Florida apuntan a hombres que utilizaron
simuladores de vuelo para entrenarse a un costo aproximado de 400 dólares
la hora.
u El segundo objetivo es precisar quiénes son pilotos de profesión
y en qué fuerza aérea fueron formados. Aunque se habla de
algún país de MedioOriente Emiratos Arabes, Arabia
Saudita e incluso fuera de esa región, Pakistán bien
podrían haber revistado en la fuerza aérea norteamericana
siendo hijos de inmigrantes islámicos.
Residentes
Las primeras investigaciones sobre los pilotos llevan a tratar de determinar
cuánto tiempo llevaban en Estados Unidos. Tras descubrirse una
camioneta, presuntamente usada por los terroristas, en Boston, se estableció
que algunos de los atacantes habrían entrado desde Canadá.
Esto apuntaría a que vino gente de afuera, al menos para los pasos
finales, algo que ya se registró, por ejemplo, en el anterior atentado
contra las Torres Gemelas, que fue perpetrado por un grupo islámico
neoyorquino, pero con la presencia de un especialista que llegó
a última hora.
En forma paralela, el hombre que utilizó los simuladores de vuelo
en Florida hizo al menos parte de su entrenamiento en junio de 2000, o
sea hace más de un año. Esto habla de mano de obra local,
de origen islámico, establecida en Estados Unidos desde hace tiempo.
Habrá que ver cuál de las dos pistas tiene más consistencia
y no se puede descartar la posibilidad de una combinación entre
norteamericanos de origen islámico y técnicos llegados de
afuera en los últimos días.
Suicidas
Tal vez lo más shockeante de la pesquisa es que los investigadores
se encuentran con un perfil completamente distinto del suicida.
u Hasta ahora sólo se registraban casos de suicidas procedentes
de zonas palestinas más bien pobres, hombres muy jóvenes
y de poco nivel cultural.
u Ahora se trataría de un suicida de clase media, con nivel cultural
y de formación y con la suficiente capacidad como para haber sido
piloto, seguramente militar, de profesión.
Este status distinto de los suicidas lleva a interrogarse si se trata
efectivamente de gente de origen islámico es de lejos lo
más probable o estamos ante un fanatismo distinto, más
occidental. En una palabra, que no se puede descartar del todo algún
origen diferente del ataque: racistas blancos, sectas mesiánicas,
fanáticos de las guerras balcánicas.
El culpable
Obviamente ya el gobierno norteamericano apunta todos sus cañones
contra el millonario saudí Osama Bin Laden. Fuentes de inteligencia
argentina creen que es probable, pero que llama la atención que
tratándose de un grupo tan tradicional, tan conocido y seguido
por los norteamericanos, no se haya encendido una sola luz de alarma,
no se haya filtrado ni un dato de que semejante operación estaba
en marcha.
Tampoco son creíbles las reivindicaciones hechas hasta el momento.
Sólo podrá considerarse una reivindicación del atentado
cuando el grupo que realmente protagonizó el ataque publique nombres
y fotos de sus mártires, junto a datos que hagan indudable
que fueron ellos los que perforaron las defensas del imperio.
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