Por
Claudio Zlotnik
En
el equipo económico están seguros de que ya nada será
lo mismo. Dicen que el ataque terrorista en los Estados Unidos marcará
un antes y un después en la gestión de Domingo Cavallo.
Lo que aún desconocen es si, con estos cambios, la Argentina va
camino al éxito o si, todo lo contrario, el modelo económico
termina por hundirse. Un estrecho colaborador del ministro confesó
a Página/12 que todavía no estaba en condiciones de evaluar
el impacto real que el atentado tendrá en la economía. Y
que se presentan dos escenarios bien distintos: uno, la Argentina sale
beneficiada; y otro, perjudicada. Dentro de pocos días tendremos
indicios de la suerte que correremos, dijo a este diario el alto
funcionario que pidió no ser identificado.
La primera consecuencia del atentado se relaciona con la reestructuración
de la deuda. Tal como se lo venían reclamando los propios bancos
de inversión, en los planes de Cavallo figuraba una definición
lo más rápido posible sobre este tema. Por tal motivo, el
viceministro Daniel Marx tendría que estar en Nueva York y en Washington
evaluando la operación si no fuera por el ataque. Ahora hay
que esperar. No podemos descartar que después de la agresión,
los inversores aumenten su aversión al riesgo y no quieran comprar
bonos de países emergentes como el argentino, señaló
el colaborador del ministro.
La reestructuración amistosa de la deuda fue una de
las condiciones impuestas por Washington para aprobar el desembolso de
8000 millones de dólares para rescatar a la economía argentina.
Parte de ese total, unos 3000 millones, a los que en principio se añadiría
otro monto adicional como garantía, será utilizado para
aliviar el peso de la deuda. Pero cerca del ministro ya admiten que la
operación podría demorarse.
Precisamente, la posibilidad de que los financistas rechacen los títulos
públicos de los emergentes se encuadra dentro del escenario pesimista
del team cavallista. Un esquema que se completaría con algunos
de los siguientes ingredientes:
u Una reacción histérica de los mercados, con los financistas
desprendiéndose de acciones y bonos emergentes a precios de liquidación
para refugiarse en los activos más seguros, como los bonos del
Tesoro estadounidense y el oro.
u Si el clima es de una fuerte incertidumbre financiera, se postergaría
el canje de deuda. Mientras la Argentina continuaría excluida de
los mercados de crédito voluntario.
u En este contexto, las tasas de interés seguirían muy altas
y el riesgo país en un nivel similar al actual, imposible para
la reactivación.
u Incluso, en el Palacio de Hacienda hay funcionarios que ruegan para
que el dólar no se debilite. Si cae hasta uno a uno con el euro
(ahora está en 91 centavos), empezará a regir la nueva Convertibilidad.
En ese caso, se profundizaría la confusión de los
financistas y saldríamos perjudicados, analizan en el equipo
de Cavallo.
En los papeles, el escenario positivo para la Argentina dependerá
de dos cosas: la posición de política exterior que tome
el gobierno de George Bush en los próximos días y el cumplimiento
del Déficit Cero. Sobre este último punto, los funcionarios
insisten en que no habrá problemas para cumplir. Y que ello aplacará
el riesgo país en forma sensible. No es cierto que tengamos
que hacer un fuerte ajuste en el último trimestre. A lo sumo, se
harán algunos recortes en áreas no sensibles. Pero confiamos
en que la recaudación será mejor a la estimada por los analistas
de la city, que son los que presagian malos momentos para la economía,
argumentó la fuente, saliendo al cruce de los últimos informes
elaborados por distintos bancos de inversión.
En relación a lo que vaya a hacer Estados Unidos, en el Gobierno
se entusiasman con un escenario benévolo, en el cual la economía
argentina saldría favorecida si se dieran condiciones como las
siguientes:
u Estados Unidos fortifica su alianza estratégica con América
latina. Y en caso de que se desate una acción bélica, la
Administración Bush da muestras claras de que no dejará
caer a ninguna economía de la región.
u Si Estados Unidos toma represalias y los mercados se tornan turbulentos,
los norteamericanos no querrán problemas financieros en América
Latina. Nos ayudarían, relató la fuente a Página/12.
u En ese caso, lo más importante es que nosotros mostremos
que cumplimos con el equilibrio fiscal pese a las dificultades,
añadió.
u Incluso, el funcionario cree que si hay represalias armadas, Estados
Unidos reforzará la asistencia financiera a Turquía. Ese
país atraviesa por una delicada situación económica
pero, al mismo tiempo, en su territorio funciona una base militar de la
OTAN. En ese caso, el gobierno de Fernando de la Rúa negociaría
una ayuda adicional.
u Si bien se prevé una fuerte caída de los mercados accionarios
internacionales por la huida masiva de los inversores, existirían
chances de que esos fondos se trasladen a los mercados de bonos. Para
que la Argentina se favorezca de esa eventual movida, el Gobierno pediría
ayuda para acelerar la reestructuración de la deuda y garantizar
la emisión de nuevos títulos de deuda.
En las primeras horas después de los ataques, y con los mercados
cerrados, no quedaron muchas más chances que evaluar los escenarios
con los que podrían encontrarse los funcionarios en el nuevo
mundo. Hoy los negocios volverán a Buenos Aires. Empezará
a vislumbrarse el lugar que ocupará la golpeada Argentina.
INQUIETUD
POR LA EVOLUCION DE LA ECONOMIA MUNDIAL
La
clave son los consumidores
Los
analistas todavía no logran ponerse de acuerdo sobre el verdadero
impacto en la economía mundial de la nueva inseguridad estadounidense.
Ayer, los mercados que el martes habían reaccionado con pánico
comenzaron a estabilizarse. En especial, luego de que tanto la Reserva
Federal como el Banco Central Europeo se mostraran dispuestos a aumentar
la liquidez en sus respectivos sistemas. El objetivo es evitar que el
temor de los consumidores profundice las señales de retracción
económica que ya se insinuaban antes de los atentados. Se espera
que Wall Street, donde hasta ayer continuaban los derrumbes y los edificios
en llamas, retome sus operaciones entre mañana y el lunes, aunque
la normalización total demandará un tiempo mayor, pues muchas
entidades financieras perdieron parte importante de sus instalaciones.
El mercado local, en tanto, retomará hoy sus operaciones.
Cuando hay pánico los mercados pierden su racionalidad, por eso,
tras los atentados, las autoridades monetarias de Estados Unidos y Europa
salieron rápidamente a garantizar una mayor liquidez. El Banco
Central Europeo anunció ayer una inyección extraordinaria
de liquidez con un tipo de interés fijo del 4,25 por ciento, mientras
que la Reserva Federal estadounidense inyectó 38.250 millones de
dólares de reservas temporales al sistema bancario. Los analistas
esperan además que antes de su programada reunión de octubre,
la Fed decida por octava vez consecutiva, una rebaja de la tasa de interés.
Sin embargo, algunos efectos más tangibles de los atentados tardarán
en disiparse. Con el World Trade Center desaparecieron también
las oficinas de numerosas entidades bancarias. Entre ellas, las del Deutsche
Bank y el Credit Suisse Group. Solamente la banca de inversión
Morgan Dean Stanley Witter tenía alquilados 25 pisos en uno de
los edificios y se calcula que la firma perdió más de 1000
empleados. No obstante, los ahorristas no deberán preocuparse por
el registro de sus depósitos, pues lo que se denomina el back
office, toda la actividad administrativa y contable, no se desarrollaba
en estas oficinas de alto costo, en general reservadas a los ejecutivos
y cerebros de las compañías. Pero lo cierto
es que muchos de los bancos que operaban en el WTC deberán enfrentarse
a reestructuraciones operativas tras las pérdidas materiales y
humanas sufridas.
Sobre la posible evolución de los mercados los memoriosos recordaban
que las cotizaciones cayeron con la invasión a Kuwait y se dispararon
con la victoria de la operación Tormenta del Desierto. Si
Estados Unidos ahora pega fuerte, los mercados rebotan, comentó
ayer un analista consultado por este diario. Es inhumano, pero es
real, concluyó.
Pero lo cierto es que en momentos de incertidumbre, los inversores buscan
seguridad y las acciones no entran en este rubro.
En la economía real, en tanto, la situación se describe
de otra manera. Con el cierre de todos los aeropuertos estadounidenses,
el tráfico de personas y mercancías quedó prácticamente
paralizado. Las pérdidas para el sector aerocomercial y también
para las empresas podrían ascender a miles de millones de dólares.
Tanto en Europa como en Estados Unidos se teme que frente a la incertidumbre
los consumidores restrinjan su consumo y acentúen con ello la recesión.
Y una recesión de las economías centrales claramente afectará
a la economía argentina.
Los funcionarios del FMI se contaron entre los más optimistas.
Nuestra impresión actual es, que a pesar de la amplitud de
esta tragedia, estos acontecimientos terribles tendrán un impacto
limitado sobre la economía internacional, destacó
su director general, Horst Koehler. Le aseguré a los miembros
del FMI que el Fondo vigila directamente la situación y está
pronto para asistir a sus Estados miembros si es necesario, añadió.
Por su parte, el ministro canadiense de Finanzas, Paul Martin, destacó
que los siete países más industrializados del mundo (G7)
mantienen la confianza en la estabilidad y la seguridad del sistema
financiero internacional. En tanto, el euro recobró terreno
frente al dólar, cotizándose a 0,90, y el real cayó
a su máximo histórico de 2,67 reales por dólar. La
bolsa de San Pablo, la única que operó en la región,
registró, tras la caída del martes, un rebote técnico
del 2,63 por ciento.
ESTIMAN
QUE EL DESASTRE COSTO U$S 15 MIL MILLONES
La
cuenta de las aseguradoras
Las
grandes compañías de seguro ya empezaron a hacer cálculos
del valor de las pólizas que deberán afrontar como consecuencia
de los daños provocados por los atentados del martes. La agencia
calificadora Moodys estimó que el costo global en seguros
por los ataques sobre Nueva York podría alcanzar una cifra del
orden de los 10 mil a los 15 mil millones de dólares. Las alemanas
Allianz y Munich Re, y la británica Lloyds son algunas de
las firmas que debieron hacer una estimación pública de
sus previsiones, para detener el derrumbe de sus acciones en los mercados.
La estimación de Moodys, que ubica el costo global de la
tragedia entre 10 mil y 15 mil millones de dólares, acerca la valuación
del daño material a la del provocado por el huracán Andrew,
de 20 mil millones, considerado el desastre natural más costoso
del mundo moderno. En cambio, la compañía británica
Lloyds, el mayor asegurador del mundo, estimó que el costo
total se situaría entre 20 mil y 40 mil millones de dólares.
De acuerdo a las estimaciones de Lloyds, las dos torres gemelas
del World Trade Center podrían costar 1500 millones de dólares,
y el tercer edificio que acabó también por hundirse, 500
millones de dólares, según las estimaciones parciales
y sin duda alguna prematuras. Los cuatro aviones destruidos, así
como la indemnización de los pasajeros, costarían 800 millones
de dólares. Dichas cifras, sin embargo, no incluyen las indemnizaciones
a los miles de fallecidos dentro de las torres, a los sobrevivientes que
perdieron su trabajo y otras contingencias resultantes. Expertos del sector
dijeron que la catástrofe del martes se podría traducir
en pérdidas para Lloyds, en particular, por 300 millones
de libras esterlinas (439,8 millones de dólares) o más,
equivalente a aproximadamente un tres por ciento de su capacidad de aseguramiento.
La alemana Munich Re, la mayor reaseguradora del mundo, fue una de las
primeras firmas del sector en dar una estimación de su costo extraordinario
tras el ataque, al decir que el cargo podrá ser de hasta 1000 millones
de euros (906,6 millones de dólares). Además, la empresa
advirtió que esto afectará fuertemente a sus resultados.
Por su parte, el grupo asegurador francés Scor estimó que
la catástrofe le costará entre 150 y 200 millones de dólares,
sin contar protecciones y coberturas, pero subrayó que la cifra
no perjudica de ninguna manera su solidez financiera, según
un comunicado de la compañía. La aseguradora alemana Allianz
calculó hoy que los costes económicos que tendrá
que afrontar tras los atentados en EE.UU. podrían ser de unos 700
millones de euros, lo que le obligaría a revisar a la baja sus
previsiones de beneficios. Los daños económicos afectarán
a su cuenta de resultados, ya que prevé obtener este año
beneficios netos por 2000 millones de euros, frente a los 2400 millones
logrados el año pasado.
|