Por
Eduardo Tagliaferro
En
medio de tantas malas noticias, el ministro de Economía, Domingo
Cavallo, tuvo ayer una buena. El juez en lo Penal Económico, Julio
Speroni, dictaminó la falta de mérito para procesarlo en
la causa por el contrabando agravado de armas. El magistrado llegó
a esta conclusión luego de analizar la extensa declaración
que brindó el funcionario hace diez días.
En esa ocasión el ministro habría afirmado que no
advirtió maniobras extrañas en las ventas de armas
realizadas durante el gobierno de Carlos Menem. La presencia de Cavallo
frente a Speroni el pasado 3 de setiembre había pasado desapercibida
para la mayoría de los medios. Tanto los voceros del tribunal,
como los allegados al ex hombre fuerte del milagro económico que
permitió al menemismo la reelección presidencial del año
95, se encargaron de transmitir que Cavallo no había
responsabilizado a nadie. A pesar de ese esfuerzo, en Comodoro Py
ayer se señalaba que en su declaración había admitido
que sólo el Poder Ejecutivo podría haber obviado el
trámite parlamentario. El reconocimiento no sólo daba
cuenta de un dato objetivo sobre la manera en que se realizaron las ventas
a Croacia y Ecuador, sino que también sugería cierta responsabilidad
del menemismo en la maniobra.
La ley que establece el funcionamiento de Fabricaciones Militares precisa
que salvo en los casos de operaciones por montos menores, el Ejecutivo
debe contar con el aval legislativo para concretar la venta de armamentos.
El Congreso fue obviado porque se repitió lo que fue una práctica
constante del gobierno de Menem: se recurrió a un decreto presidencial,
que en este caso incluye la condición de secreto.
El secreto que rodeaba a los decretos fue levantado luego de que conocida
la venta ilegal, el menemismo se vio compelido a difundir el contenido
de los documentos que justificaron la operación comercial con países
sobre los que pesaban embargos internacionales o de los que nuestro país
era garante de paz.
Antes de que los miembros del gabinete estampen su firma en los decretos,
una comisión interministerial compuesta por integrantes de las
áreas de Defensa, Economía y Relaciones Exteriores, era
la encargada de respaldar la tramitación. Carlos Sánchez,
ex viceministro de Cavallo, era investigado judicialmente por su participación
en esa comisión. Hace trece días Speroni llegó a
la conclusión de que no tenía elementos suficientes para
procesarlo y al igual que en el caso de Cavallo dictó la falta
de mérito. Sin quedar totalmente apartados del expediente judicial,
ambos funcionarios del actual equipo económico de Fernando de la
Rúa quedan fuera de la pesquisa hasta que no aparezcan nuevos elementos
que los comprometan.
La causa de Speroni comenzó con la investigación de 230
toneladas de pólvora, que sin figurar en ninguno de los decretos
que permitieron la venta ilegal, fueron embarcados junto al material bélico
que se despachó hacia Croacia. Las actuaciones fueron sumando al
resto del contenido de los barcos de la Croatias Line. Así
es que el juzgado de Speroni, tiene once procesados y puede sumar más
luego de la ronda de declaraciones que se espera en los próximos
días.
La semana próxima le tocará declarar al ex canciller Guido
Di Tella, quien junto a Menem y Cavallo forma el trío de funcionarios
que firmó los tres decretos bajo los que se concretó el
affaire. Dos días después de las elecciones legislativas,
el 16 de octubre, el ex presidente deberá subir nuevamente las
escalinatas de Comodoro Py. Al día siguiente, el día de
la lealtad peronista, declarará su ex cuñado, el empresario
riojano, Emir Yoma. En el caso de Menem la citación de Speroni
fue por recomendación de la cámara del fuero, que sostuvo
que había serios elementos de sospecha para indagarlo. La evolución
de las investigaciones de Speroni son seguidas atentamente por los camaristas
federales que deben resolver la apelación presentada por el ex
presidente contra el procesamiento yprisión preventiva dictada
por el juez federal Jorge Urso. El fallo tiene a mal traer el ánimo
del menemismo, que no para de recibir malas nuevas.
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