El
músico argentino Fito Páez permanecía anoche atrapado
en Los Angeles, esperando que se normalice la situación en los
aeropuertos, luego de la cancelación de la entrega de los Grammys
Latinos por los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono.
Alejandro Sanz, Hevia, Estrella Morente, Vicente Amigo, Julieta Venegas,
Navajita Plateá, Chucho Valdés, Albita e Isaac Delgado son
algunas de las otras estrellas que llegaron con anticipación a
la ciudad y permanecen alojados en un hotel, sin saber bien en qué
momento podrán abandonar el país, donde casi toda la actividad
artística y de espectáculos está parada.
La confusión que impera entre los músicos alcanza también
a los responsables de la Academia Latina de la Grabación (LARAS),
que concede los premios, que trata de buscar una salida a la aplazada
entrega de los Grammy Latinos. Se barajan varias soluciones: por un lado,
se especula con una lectura pública de los premios, que ya se han
votado, y, por otro, se piensa en la posibilidad de fijar una nueva fecha
para la gala en los próximos meses. En el hotel en el que permanecen
alojados los candidatos a los Grammy Latinos se encuentran también
José María Cano y Paulina Rubio, invitados al homenaje a
Julio Iglesias, y Mártires del Compás, grupo que realizaba
una gira por Estados Unidos. Sólo Julio Iglesias, que hoy tiene
previsto cantar en la plaza de toros española de Las Ventas como
cierre de su gira, pudo conseguir salir de Los Angeles. El cantante, que
recibió el lunes en Los Angeles el título de Personalidad
del Año, tomó su avión privado al finalizar la gala
horas antes de los atentados y voló hasta Santo Domingo,
donde tiene una casa.
La cancelación de los Grammy es de todos modos sólo uno
de los eslabones de una cadena que inmovilizó a toda la industria
del espectáculo, y que tiene infinidad de ramificaciones. Los estudios
de Hollywood paralizaron todas las filmaciones y actividades, pero se
enfrentan a un problema de solución aún más difícil:
el ejemplo más claro es Collateral damage, un film con Arnold Schwarzenegger
que debía estrenarse el 5 de octubre, y en el que el actor encarna
a un bombero que pierde a toda su familia... en un atentado contra un
rascacielos de Nueva York. El estreno fue pospuesto sin fecha, y algo
similar sucedió con Big trouble, un film con Tim Allen que incluye
un atentado con una bomba nuclear en un avión. Las incógnitas
alcanzan al publicitado lanzamiento de Spiderman: Sony Pictures está
retirando afiches y copias de un avance del film, donde el Hombre Araña
atrapa a una banda de delincuentes con una gigantesca tela de araña
colocada... en las Twin Towers.
El mundo de la música también fue sacudido, y recién
ayer algunas oficinas de los sellos discográficos ninguna
en Nueva York comenzaban a abrir sus puertas. Las cancelaciones
alcanzaron a Madonna, Black Crowes y la Filarmónica de Los Angeles
en L. A., mientras que en Nueva York se suspendió la CMJ Music
Marathon (un evento con participación de músicos de todo
el mundo), y conciertos de Babyface, The Roots y MeShell Ndegé
Ocello, entre otros. Ayer, en algunos medios estadounidenses se registraban
las declaraciones conmocionadas de dos músicos country, Garth Brooks
y Mary Chapin Carpenter, quienes estaban en el Midtown en el momento en
que se produjo el atentado a las Torres. Mientras en todo Manhattan los
teatros y cines siguen cerrados, en diversos lugares del país se
produjo un virtual toque de queda que hizo que todos los locales de actividad
nocturna se mantuvieran con las persianas bajas.
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