Vida Así como los secuestros de jets a comienzos de los 70 condujeron a los detectores de metales en los aeropuertos, y los coches bomba de Beirut en 1983 y Oklahoma City en 1995 llevaron a rediseñar el espacio público, el atentado a las torres forzará a redefinir la vida urbana. Cámaras de seguridad, chequeos y la difusión de la identidad de presuntos terroristas serán, sin duda, parte de la vida cotidiana. Bill Gates, el hombre más rico del mundo, vive fuera de Seattle, bajo tierra. Debe haber advertido algo. (Del diario neoyorquino Newsday.)
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