Ya
llegó el apoyo de afuera, y ayer se ultimaban los detalles de la
maquinaria de guerra de nuevo tipo por adentro. El Congreso norteamericano
se aprestaba anoche a darle al presidente George W. Bush poderes especiales,
incluyendo autorizaciones automáticas para el uso de la fuerza
militar, algo que requiere aprobación previa del Capitolio. Ambas
cámaras debieron interrumpir sus sesiones por unas horas ante un
artefacto sospechoso que obligó a la evacuación temporaria
del Capitolio. Los poderes especiales irán acompañados de
un suplemento presupuestario de 20.000 millones de dólares para
costear los gastos de los atentados contra el Pentágono y el World
Trade Center, así como la investigación para dar con los
culpables. Mientras Estados Unidos afila los dientes, sostenido en el
apoyo que la OTAN ya le dio el miércoles para armar una fuerza
internacional de guerra, la pregunta sigue siendo contra quién.
El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, en lo que es la
primera declaración oficial de la Casa Blanca al respecto, respondió:
El principal sospechoso es Osama bin Laden; pero el secretario
de Defensa, Donald Rumsfeld, dijo luego que nada estaba decidido aún.
La confirmación de estas medidas especiales y de la casi seguridad
de que para hoy estarán aprobadas llegó de boca del líder
de la oposición demócrata en la Cámara de Representantes,
Richard Gephardt. Un grupo de legisladores de la Cámara de Representantes
adelantó un proyecto de resolución para que el Congreso
norteamericano declare formalmente el estado de guerra contra el
terrorismo internacional. El senador republicano John Warner estimó
que esta resolución no se llamará declaración
de guerra, pero tendrá tanta o más fuerza y efecto que cualquier
otra declaración de guerra lanzada por este país.
El senador demócrata Joseph Lieberman declaró que Bush tendrá
el apoyo unánime de las dos cámaras del Congreso cuando
decida dónde, cuándo y cómo desencadenar, tal como
dijo el presidente Roosevelt en los años 40, la fuerza virtuosa
de Estados Unidos contra aquellos que nos han atacado el martes.
Según el senador republicano John McCain, dicha resolución
debería ser similar a la que adoptó el Congreso antes de
la Guerra del Golfo en 1990, cuando George Bush padre era el presidente.
Bush Jr., puesto por obra de los ataques del martes en el lugar de Franklin
Delano Roosevelt o de su propio padre, mostró por primera vez desde
el martes algunos signos de conmoción. Antes de responder a las
preguntas de los periodistas, Bush llamó por teléfono ante
las cámaras de televisión al alcalde de Nueva York, Rudolph
Giuliani. Hoy, el presidente norteamericano visitará la ciudad
del gran desastre, según dijo, para agradecer, abrazar y
llorar con los sobrevivientes y quienes colaboran en el rescate de las
víctimas. Para cuando estuvo frente a la prensa, el semblante
imperturbado e imperturbable que Bush había mostrado en sus sucesivas
apariciones desde la mañana del martes se transformó. Por
momentos sus ojos aparecieron muy húmedos. Le costaba más
de lo habitual encontrar las palabras y su mujer, Laura, lo tuvo del brazo
durante la mayor parte de la conferencia. Después, fue a un hospital
de Washington a visitar a nueve personas heridas gravemente en el ataque
al Pentágono.
Por momentos, el tono de Bush fue épico: Ahora que nos han
declarado la guerra, llevaremos al mundo a la victoria. En medio de las
lágrimas y de la tristeza, veo una oportunidad. Esta nación
está desolada, pero también es ruda y resuelta, y ésta
es una ocasión única para hacerles un gran favor a las generaciones
futuras uniéndonos y liquidando el terrorismo. El presidente
norteamericano dijo que habló con varios líderes mundiales
que entienden que se ha cometido un acto de guerra contra Estados
Unidos, por lo que tengo confianza que habrá aprobación
universal de las acciones que tome este gobierno. Sea o no universal,
Estados Unidos ya tiene el apoyo de los pesos pesados: los países
de la OTAN, que activaron el artículo 5 de defensa mutua por primera
vez en 52 años, China y Rusia, con cuyos presidentes Jiang Zemin
y Vladimir Putin habló Bush ayer.
Respecto de los incidentes contra los árabes norteamericanos que
se registraron en algunas ciudades, Bush dijo: Nuestra nación
debe estar consciente de que hay miles de árabes estadounidenses
en la ciudad de Nueva York que aman su bandera. Debemos asegurarnos, mientras
buscamos ganar la guerra, de que tratemos a los árabes estadounidenses
y a los musulmanes con el respeto que se merecen (...) y no responsabilicemos
a alguien, porque sea musulmán, de un acto de terror.
En una resolución, el Congreso llamó a los norteamericanos
a poner una bandera del país en todas las casas, algo que ya comenzó
espontáneamente desde el mismo martes: los preparativos de guerra
ya están llegando al nivel simbólico. Es muy probable que
para hoy, estos preparativos empiecen a ser efectivos con el otorgamiento
de poderes especiales y 20.000 millones de dólares a quien quedó,
de pronto, en el lugar de Roosevelt.
Claves
- El Congreso norteamericano en pleno se preparaba anoche a entregar
poderes especiales a George W. Bush, y un presupuesto adicional de
20 millones de dólares.
- También se preparaba el equivalente de una declaración
de guerra.
- Rusia y China dieron su apoyo ayer a la guerra de Estados Unidos
contra el terrorismo.
- Estados Unidos también está logrando el apoyo de países
islámicos como Arabia Saudita y hasta Pakistán, el único
aliado internacional de los talibanes afganos.
- De esta manera, podría surgir la coalición bélica
más amplia de la historia, pero eso puede restar libertad de
acción a Bush.
- Los escenarios de guerra bajo examen contemplan bombardeos masivos
y el despliegue de tropas terrestres (ver págs. 12-13). |
La
otan respaldo a EE.UU., pero puede limitar su libertad de accion
La
ventaja de ir solo y no mal acompañado
Por
Ian Black y Richard Norton-Taylor
Desde Bruselas y Londres
Es
más probable que la venganza contra Afganistán y otros objetivos
esté montada por Estados Unidos solo, o con un aliado cercano como
Gran Bretaña, que por la OTAN en su totalidad, según dijeron
diplomáticos ayer. A pesar de la decisión de la OTAN de
invocar un compromiso de defensa mutua de la época de la Guerra
Fría, Washington tendría que pedir ayuda a sus 18 socios
y no tiene ningún cheque en blanco, según la
alianza. Un vocero insistió en que la OTAN no está haciendo
planes para invadir Afganistán, y no existe tal pedido por parte
de Estados Unidos. Otras fuentes de defensa, sin embargo, dicen que los
planes de contingencia para una gran operación militar en Afganistán,
incluyendo el uso de fuerzas especiales y tropas de tierra, están
en preparación. No se han tomado decisiones. Simplemente
se trata de planear para una contingencia. Es demasiado pronto para decir
que no va a suceder, dijo una fuente bien ubicada.
El propósito especial de la movida sin precedentes del miércoles
de la OTAN era enviar señales de solidaridad, despejar el camino
para el uso de bases y obtener los derechos de vuelo para Estados Unidos
u otros aviones aliados, dijeron los diplomáticos. También
significa que Estados Unidos y sus aliados voluntarios se sentirían
más libres para actuar sin tener que obtener autorización
del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que inevitablemente provocaría
objeciones por parte de China. El Consejo del Atlántico Norte invocó
el artículo 5 del Tratado de Washington de 1949, declarando que
un ataque a Estados Unidos era un ataque a todos los aliados y provocaría
una respuesta militar colectiva. Pero los embajadores declararon específicamente
que Washington tendría que convencer a sus socios aliados que las
acciones terroristas habían sido dirigidas desde el exterior.
Aun así, sin embargo, los distintos países miembros tendrían
distintos grados de entusiasmo por la acción militar, aunque ninguno
estaría obligado a proveer tropas. Alemania, por ejemplo, tiene
el firme requisito constitucional de la aprobación parlamentaria
para cualquier despliegue de combate, lo que podría causar demoras.
España dijo ayer que tendría bases disponibles si se lo
pidieran Estados Unidos o la OTAN. Turquía, que permite que aviones
norteamericanos y británicos vuelen en misiones contra Irak, probablemente
estaría de acuerdo. Francia, desde hace tiempo ambivalente hacia
el dominio de Estados Unidos en la OTAN, y que ya está aconsejando
precaución con la venganza, no lo estaría tanto.
Los distintos grados de compromiso explican por qué Estados Unidos
es reticente acerca de una operación con toda la OTAN, que requeriría
consultas detalladas sobre objetivos y armas como en la crisis de Kosovo
en 1999. El problema con la alianza es que uno necesita consenso
para una operación, y eso lleva tiempo y implica riesgos de seguridad
dijo un funcionario. Si los norteamericanos quisieran implicar
a la OTAN sería en operaciones pequeñas. Colin Powell,
secretario de Estado norteamericano, dijo que invocar el principio de
solidaridad no necesariamente significaba usar a las fuerzas de la OTAN
contra los terroristas y sus protectores. El antecedente de la declaración
del miércoles era la cumbre de la OTAN de 1999, cuando sus líderes
reescribieron el concepto estratégico de la alianza al señalar
al terrorismo como un potencial enemigo.
El artículo 5 originalmente fue diseñado para ser aplicado
en caso de una invasión a Europa occidental por la Unión
Soviética que obligaría a Estados Unidos a ir en ayuda de
sus aliados, un llamado muy diferente al actual requerimiento de luchar
contra el terrorismo. Una acción militar de la OTAN a gran escala
abriría nuevos horizontes. La alianza no participó en la
Guerra del Golfo de 1991 y sólo emprendió acciones militaresconjuntas
en Bosnia, Kosovo y Macedonia bajo mandatos por afuera del artículo
5.
Subrayando el sentido de solidaridad internacional sobre los ataques a
Estados Unidos, la OTAN y Rusia emitieron ayer una extraña declaración
conjunta pidiendo esfuerzos internacionales para combatir el terrorismo
global. El Consejo Conjunto Permanente de OTANRusia, que controla
las relaciones entre los dos ex enemigos, dijo en una declaración:
Aunque los aliados de la OTAN y Rusia sufrieron ataques terroristas
contra civiles, la escala horrenda de los ataques del 11 de septiembre
no tiene precedente en la historia moderna.
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