Por
Raúl Kollmann
Por ahora es una organización-sorpresa. Los primeros datos que
surgen de la investigación del múltiple atentado hablan
de un perfil completamente distinto al de los suicidas que se conocían:
los que actuaron en Estados Unidos son de clase media, universitarios,
preparados en Alemania y en suelo norteamericano y, al parecer, no demasiado
afectos a seguir los mandatos religiosos del Corán: dos de ellos
estuvieron el viernes, a las tres de la mañana, bebiendo seis vodkas
y cinco cubas libres algo categóricamente prohibido por todas
las vertientes islámicas en un bar de la localidad de Hollywood,
en Florida. El gran interrogante es si este grupo está o no unido
al archienemigo de los norteamericanos, Osama Bin Laden. Sin mostrar evidencia,
el secretario de Estado Colin Powell dice que sí y lo propio afirman
sin exhibir pruebas los servicios de inteligencia occidentales.
Sin embargo, distintas fuentes consultadas por este diario no descartan
de que se pueda tratar de una nueva secta o grupo islámico, muy
diferente a todo lo que se conocía hasta ahora.
u Sería originario de Arabia Saudita o de los Emiratos Arabes Unidos,
dos aliados de Estados Unidos. La información todavía no
es categórica, porque autoridades de los Emiratos han dicho que
podrían ser pasaportes mellizos.
u Se trata de gente de clase media que ha vivido los últimos años
entre Alemania, Estados Unidos y Canadá. Uno de los suicidas se
recibió de piloto en una Universidad de la Florida, la Embry, en
1997. Esto significa que vivió en Estados Unidos unos ocho años.
Dos de los sospechosos residieron durante varios años en Hamburgo
y los pilotos de los vuelos que se estrellaron en las Torres Gemelas se
entrenaron en la escuela Huffman de la Florida entre junio y noviembre
de 2000. Todo indica que se trata de individuos que estuvieron mucho tiempo
en Estados Unidos y fueron formados allí aunque, por el tipo de
maniobra que ejecutaron, debieron ser pilotos militares en sus países
de origen.
u Quienes se entrenaron con ellos contaron algunos detalles: Eran
gente extraña, muy callada, antisociales porque no se relacionaban
con nadie. Siempre andaban con pantalones largos y camisas de mangas largas,
a pesar del calor que hacía en la Florida. Una camarera del
bar Shukums, en Hollywood, Florida, fue la que contó que bebieron
largamente el viernes por la noche y cuando les presentaron la cuenta,
48 dólares, argumentaron que era muy caro. Al final, dijeron que
eran pilotos de American Airlines, pagaron todo y dejaron tres dólares
de propina.
u Los identificados hasta el momento parecen ser los que tripularon los
vuelos que salieron de Boston, es decir los que impactaron en las Torres
Gemelas. Sólo existe el dato de que otro hombre del mismo origen,
un universitario saudita, que vivió en Alemania y partió
de allí a principios de mayo, terminó a bordo del vuelo
que se estrelló en Pittsburgh.
Hasta el momento, no era inhabitual ver dirigentes de organizaciones islámicas
como Hamas, Hezbolá o Jihad Islámica de gran nivel cultural
y surgidos de las universidades. Un origen de ese tipo también
tuvieron los líderes y gran parte de la base de los movimientos
guerrilleros en América latina. Pero lo que no se vio nunca fueron
suicidas de ese nivel: por lo general, quienes se inmolaron provenían
de zonas palestinas o libanesas pobres y eran ellos mismos muy jóvenes
y de bajo nivel cultural.
Esto deja al menos dos hipótesis para analizar:
u No se puede descartar que la organización de Bin Laden haya logrado
reclutar en Medio Oriente un grupo de pilotos y técnicos dispuestos
a inmolarse. De todas maneras, el detalle sería que no parecieron
muy practicantes del Corán cuando fueron a beber el viernes a la
noche, algo casi imposible en seguidores de Bin Laden y de los talibanes
que le dan cobijo. Si esta hipótesis se verifica, el fracaso inconmensurable
de la inteligencia norteamericana sería aún más inconmensurable:
el enemigo másprevisible, el que supuestamente tendrían
que tener más controlado, les asestó el golpe más
grande de la historia.
u La otra alternativa es que estemos en presencia de una especie de secta
o grupo nuevo, que se formó silenciosamente en los últimos
años y que no perpetró hasta el momento ninguna otra acción.
Algo parecido a la secta Verdad Suprema, del japonés Shoko Ashara,
que intoxicó el subte de Tokio con gas sarín. Aquella organización
abarcaba biólogos, químicos y médicos, entre otros.
La existencia de este grupo nuevo podría explicar también
por qué fue tal el fracaso de la inteligencia norteamericana.
Sería como algo paralelo a lo que paso en el campo de la metodología.
El Pentágono y la CIA tienen cierto control sobre las armas, los
explosivos y hasta los misiles. Si alguien compra cantidades inusuales,
por algún lado se prende una luz de alarma, ya sea a través
de un confidente, un infiltrado o quien fuera. Pero de golpe apareció
un arma inesperada: un avión con mucho combustible, gente armada
con cuchillos y dispuesta a incrustarse contra los símbolos norteamericanos.
El
FBI PIDIO INFORMES A BRASIL Y PARAGUAY
La
Triple Frontera bajo control
Por
R.K.
Los
hombres de la Unidad Antiterrorista de la Policía Federal Argentina
no recibieron ningún pedido de asistencia en la investigación
del múltiple atentado ocurrido en Estados Unidos. Aunque públicamente
el FBI se dirigió a Brasil y Paraguay para solicitarles que informen
si hubo o no movimientos sospechosos en la Triple Frontera y si se podría
encontrar allí algún dato sobre lo ocurrido en el Norte,
se cree que ese pedido de informes fue casi burocrático, sin que
hubiera ningún dato en concreto que pudiera relacionar los ataques
suicidas con lo que ocurre en Ciudad del Este (Paraguay), Foz de Iguazú
(Brasil) e Iguazú (Argentina). Tal vez el mensaje del FBI sirve
más bien como una guía para lo que se viene: en el previsible
contraataque norteamericano, es seguro que habrá una brutal ofensiva
contra una zona a la que apuntan como respaldo de terroristas. Página/12
mantuvo ayer un breve diálogo con funcionarios que están
trabajando en la zona de la Triple Frontera:
¿Recibieron ustedes pedidos concretos respecto de la investigación
de los atentados en Estados Unidos?
No, no. Tenemos una buena relación con el FBI y si hubieran
tenido alguna pista precisa que dirigía la investigación
hacia esta zona, nos habrían pedido una enorme colaboración
a nosotros.
El FBI hizo, sin embargo, un llamado a Brasil y Paraguay para que
informe si hubo movimientos extraños en esa región.
Sí, parece que lo hicieron con todas las zonas que ellos
consideran calientes. También se habla del Chuy, en la frontera
entre Uruguay y Brasil. Es lógico que pidan informes sobre todos
los lugares en los que hay evidencias de respaldo o incluso de acciones
de los grupos fundamentalistas. No es que vinieron con un dato ni hayan
pedido que verifiquemos si tal o cual persona estuvo en esta zona.
Desde el punto de vista del diagnóstico antiterrorista, hay sospechas
de que los atentados que se perpetraron en Buenos Aires fueron ejecutados
con mano de obra que vino de esa zona. La camioneta con la que se atacó
la Embajada de Israel fue comprada con un documento a nombre de Ribeiro
Da Luz, un ciudadano supuestamente brasileño, pero cuya identificación
fue falsa. En el atentado contra la AMIA aparece en escena otro brasileño,
Wilson Dos Santos, aparentemente avisando dos semanas antes que se iba
a perpetrar el ataque. Más allá de estos datos concretos,
lo cierto es que no es difícil encontrar gente que respalda al
Hezbollah en Ciudad del Este, donde esa organización tiene hasta
un presidente. Lo propio ocurre con los palestinos. Nadie cree en una
intervención armada allí, pero es posible que la estrategia
se parezca bastante a esa idea.
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