Por
Claudio Zlotnik
No
fue un retorno auspicioso de los negocios a la city. Después de
la pausa obligada por el ataque terrorista a Estados Unidos, las acciones
cayeron 2,7 por ciento. Y los bonos más importantes perdieron hasta
3,6 por ciento. Aunque esta tendencia se dio en un contexto de marcado
desinterés de los inversores: en acciones se negociaron apenas
7,8 millones de pesos. Los financistas aguardan que la normalidad se vaya
reestableciendo con el transcurso de los días, en especial a partir
de que reabra Wall Street, el lunes próximo. Sin embargo, y pese
al anuncio oficial, en Nueva York dudan de que esto vaya a ocurrir debido
al estado ruinoso de las calles y de muchas construcciones que rodean
al edificio de la Bolsa que se encuentra a sólo 300 metros
de la zona del desastre y por el olor nauseabundo en ese área.
Tres días después del atentado, existe incertidumbre sobre
el comportamiento que tendrán los mercados. Lo que sabemos
es que si Daniel Marx pusiera hoy una Carpa Blanca frente
a la Casa Blanca pidiendo asistencia financiera, lo más probable
es que lo pasen por encima. Lo único que les importa ahora a los
americanos es dar respuestas por el atentado, graficó en
diálogo con Página/12 Arturo Porzecanski, analista jefe
del ABN Amro Bank de Nueva York.
Si bien ayer hubo operaciones con acciones y bonos, los negocios fueron
muy limitados. Cerrada la operatoria con acciones en Wall Street, en la
city porteña hubo muy pocos interesados. Para el mercado de bonos,
la explicación es otra y está relacionada con la tragedia.
En Estados Unidos, los negocios con títulos pasan por cinco intermediarios,
encargados de juntar a vendedores con los compradores. Pero cuatro de
ellos tenían sus oficinas montadas en las Torres Gemelas, con lo
cual los negocios quedaron muy acotados. Sólo uno de los afectados,
Cantor Fitzgerald, anunció que hoy podría volver a operar
desde oficinas ubicadas en Nueva Jersey.
A la lenta normalización del mercado del mercado de bonos le seguirá
el de las acciones. Pero ello ocurrirá cuando comience a despejarse
la zona de la tragedia. Para tener una idea de lo que falta, hay que tener
en cuenta que los periodistas sólo pudieron acceder, como máximo,
a 20 cuadras del lugar donde ocurrió el atentado. El único
mercado accionario que podría volver a operar rápidamente
es el Nasdaq (panel tecnológico) debido a que es virtual (todas
las operaciones se pactan por computadora). Pero hasta anoche no había
novedades al respecto.
Horas después del shock, los principales analistas de mercados
coincidían en que si bien había mucha incertidumbre, era
alentador que ni el oro ni el petróleo se habían disparado.
Y que, pese a las bajas en las Bolsas latinoamericanas (Brasil cayó
7,2 por ciento), no se notaba que hubiera pánico generalizado.
De hecho, en Europa y Asia hubo movimientos intrascendentes, y el dólar
se mantuvo frente al euro. La nueva baja del índice MerVal lo dejó
en un nivel comparable con el peor que registró durante el Tequila.
Y similar al que mostraba hace una década, con la diferencia que
en 1991 iba en ascenso. La reacción negativa en Brasil se extendió
al real, que llegó a devaluarse a 2,71 por dólar y mejoró
cinco centavos sólo después de la intervención del
Banco Central, al emitir un bono dolarizado por 1870 millones.
La gran duda es cómo reaccionará Estados Unidos frente
a la agresión y las consecuencias de ésta. No me caben dudas
de que, en una primera instancia, los inversores apostarán por
lo más seguro: los bonos del Tesoro y el oro, analizó
Porzecanski. Para llevar calma a los mercados, la Reserva Federal (banca
central estadounidense) y su par de Europa se comprometieron a inyectar
hasta 50.000 millones de dólares (o de euros) en caso de iliquidez
en los sistemas financieros. Reflejo de la avidez por los activos más
seguros, la tasa implícita de los bonos del Tesoro a 10 años
que se mueve a la inversa de su precio cayó de 4,75
a 4,62 por ciento. En medio de este clima financiero enrarecido, todo
lo que huela a mercado emergente ha quedado desplazado de los planes de
los inversores. Chile o la República Dominicana, que planeaban
sendas colocaciones de títulos de deuda en dólares durante
esta semana, aplazaron su objetivo hasta nuevo aviso. Y es casi imposible
que Daniel Marx viaje a Washington a negociar la reestructuración
de la deuda, aun cuando se reabran los aeropuertos y las sedes del FMI
o del Tesoro funcionen a pleno. Hoy por hoy, en Economía se conformarían
con que la situación no empeore.
El otro aspecto clave se relaciona con lo que sucederá con la economía
estadounidense. La sospecha de que ingresó en una recesión
ya es generalizada, más aún cuando se supo que la confianza
de los consumidores se encuentra en el peor nivel en ocho años,
en una medición realizada antes del atentado. En este contexto,
lo mejor que le puede pasar a la Argentina es que siga tan mal como hasta
ahora. Que no empeore, aseguró un gurú de la city
a este diario.
Mudanza
de la FED a New Jersey
El
ataque terrorista en Estados Unidos provocó conmoción.
Tanto que el Fondo Monetario y el Banco Mundial podrían cancelar
la reunión anual, prevista para el sábado 29 y el domingo
30. No estamos como para concentrarnos en el trabajo previo
a la reunión. Nadie tiene el humor o la energía para
esto. Lo único que queremos todos acá, y también
en el Fondo, es que la burocracia se agilice un poquito y se anuncie
la cancelación cuanto antes, admitió ayer un alto
funcionario del Banco Mundial. El mismo directivo señaló
que la cancelación podría anunciarse hoy o el lunes
próximo. Por su parte, el banco de la Reserva Federal de Nueva
York funcionará temporariamente en oficinas ubicadas en la
ciudad de New Jersey ya que la casa central, vecina de las Torres
Gemelas, quedó seriamente dañada tras el atentado. |
Depositantes,
sin ataque
El
sistema financiero no sufrió el impacto del ataque terrorista
en los Estados Unidos al menos el mismo día en que sucedió,
el martes pasado. En esa jornada, los depósitos totales de
empresas y particulares crecieron 110 millones. En tanto, los plazos
fijos del sector privado mostraron una suba de 38 millones. De esta
manera, quedó confirmada la tendencia alcista que vienen teniendo
las colocaciones bancarias desde que el Gobierno firmó el acuerdo
con el FMI, el último 22 de agosto. Desde ese momento, los
depósitos totales aumentaron en 764 millones, mientras que
los plazos fijos lo hicieron en 1139 millones. A razón de 76
millones cada día, lo que indica que el ritmo de la recuperación
se desaceleró. Hasta la semana pasada, el crecimiento era de
100 millones diarios. Por último, el día del atentado
en Estados Unidos también mejoraron las reservas del Banco
Central: en 50 millones de dólares, hasta 20.811 millones. |
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