Por Romina Calderaro
Su
despacho no es el típico despacho del legislador porteño:
el piso está lleno de revistas apiladas y los libros de las biblioteca
no son decorativos. Abundan los textos de economía, en inglés
o en castellano. Y cuando quiere distraerse un rato, Jorge Altamira, legislador
porteño y candidato a diputado del Partido Obrero por la provincia
de Buenos Aires, lee al novelista inglés John Le Carré en
su idioma original. En los ratos que le deja la militancia y la tarea
legislativa, Altamira escribe sobre temas de economía mundial en
medios internacionales de izquierda.
¿Qué análisis hace de los atentados contra
Estados Unidos?
Este atentado se da en un marco social de barbarie capitalista.
Si no lo vemos en ese contexto, no podemos interpretar este tipo de fenómenos
que son la contracara de la barbarie capitalismo. En Estados Unidos, la
prosperidad es un biombo que oculta una realidad económica de explotación
brutal. Es evidente que hay un sistema que busca ser sustituido. Y a la
hora de buscar a los responsables, hay que ver si esto no es un revival
de Oklahoma.
¿Cómo va a afectar lo ocurrido a la Argentina?
Se van a reforzar las tendencias en el gobierno norteamericano y
en Wall Street partidarias del default, que se declare la cesación
de pagos. Que es para mí la opinión que domina: Estados
Unidos quiere que se hunda la Argentina porque ante el hundimiento de
este sistema el capital norteamericano va a tener una gran oportunidad
para desplazar a los españoles de bancos, de AFJP, y empresas telefónicas
y de servicios.
Así que no cree que nos espere nada bueno.
En Argentina en particular, no. Va a repercutir fuertemente la crisis
mundial. El problema de la Argentina es que no tiene un gobierno socialista
aunque parezca mentira. Y quiero decir por qué. Como país,
Argentina tiene elementos muy buenos para contrarrestar una crisis mundial.
Porque cuando una economía capitalista mundial entra en una crisis
tan severa, que un país tenga por delante proyectos como modernizar
el agro o reconstruir su sistema ferroviario es un factor enorme de desarrollo
económico. Y en el curso de la historia argentina los momentos
de crisis mundial fueron momentos de desarrollo. Y si hubiera unidad política
en América Latina sería fantástico.
Usted es candidato a diputado en la provincia. ¿Cómo
ve el escenario?
La tendencia en el pueblo argentino es abandonar a los partidos
tradicionales. Entonces para nosotros hay una enorme oportunidad en el
campo social: somos codirección del movimiento piquetero. Pero
no somos herederos pasivos del fracaso de la burguesía. Nosotros
anticipamos la inevitabilidad de este fracaso. Mientras la gente vivía
la experiencia de Menem, de la Alianza, nosotros íbamos elaborando
una crítica y una alternativa. La gente decía éste
está loco. Uno tiene que pagar ese precio.
Sin embargo, hay una tendencia importante a votar en blanco o impugnar
el voto en vez de votar a la izquierda.
Es que yo creo que la gente ahora va a votar a la izquierda. Además,
el voto en blanco no es contra la izquierda, sino contra los partidos
que gobiernan.
¿Qué pasa después del 14 de octubre?
Yo creo que sigue pendiente la caída del gobierno. Es indudable
que la burguesía y los partidos tradicionales desearían
que esto se prolongue hasta el 2003. Ese es un aspecto del problema. El
otro es que no tienen alternativas. Porque la alternativa era Ruckauf,
pero después de que estatizó la deuda y emitió el
Patacón pareciera que se debería ir antes que De la Rúa.
Después vino la alternativa De la Sota, pero el votoblanquismo
en el plebiscito le ha dado un golpe muy fuerte.
¿Entonces?
Entonces la perspectiva de que la Argentina entre en un proceso
de características revolucionarias frente a la cual nosotros decimos
que hay que convocar a una asamblea constituyente no hay que descartarla
de ninguna manera. Y yo la creo como muy probable. Y entiendo a la gente
escéptica porque compartimos con ellos la idea de que no creemos
que ya esté madura para el socialismo. Pero eso no quiere decir
que no pueda haber situaciones revolucionarias: basta mirar a Venezuela.
No es el socialismo, pero es un testimonio de que Venezuela atravesó
este tipo de circunstancias.
¿Qué piensa de lo que denominan El Huracán
Carrió?
Es un fenómeno de brillo momentáneo. No tiene un proyecto
político claro. O, mejor dicho, tiene el proyecto de seguir como
hasta ahora. Y tiene una visión equivocada de lo que es el capitalismo
mafioso. Sin mafia, el capitalismo no existe.
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