|
Por Felipe Yapur
 El gobierno argentino está decidido a jugar un rol protagónico en las manifestaciones de apoyo hacia el gobierno de George Bush, que podría derivar en una acción militar conjunta con los Estados Unidos. Pero cualquiera sea la participación, esta requiere de una ley del Congreso. Si bien en la mayoría de los bloques parlamentarios no se discute el repudio a los atentados, hay diferencias a la hora de discutir cómo se expresa la solidaridad con el país del norte. Hasta el momento, los únicos que ya dieron un sí incondicional a un apoyo militar son los menemistas. En el radicalismo hay mucha precaución. Sostienen que al no existir un proyecto de ley �no es conveniente hablar sobre supuestos�. Y sus socios del Frepaso �que rechazan una escalada bélica� temen que los radicales terminen avalando lo que pida el presidente Fernando de la Rúa.
La cuestión militar está comenzándose a discutirse en el seno de la Cámara baja. Sobre todo después de que se conoció que el Gobierno confirmó que los cancilleres del Grupo Río y del Mercosur resolvieron apoyar una convocatoria al TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca), que establece que la agresión a un país americano por parte de una nación extracontinental será tomado como un ataque a todo el continente.
El justicialismo, por caso, está dividido como en tantos otros temas. De las tres corrientes internas, la menemista es la única que tiene resuelta su posición. Las otras dos, duhaldistas e independientes, mantienen diferencias internas sobre cómo se debe expresarse la lucha contra el terrorismo internacional.
Los seguidores del ex presidente preso Carlos Menem no dudan y antes que cualquiera anunciaron su intención de repetir la experiencia de 1991 cuando la Argentina participó en la guerra contra Irak al enviar naves al Golfo. Los máximos representantes de esta posición son el vicepresidente primero del bloque, Miguel Angel Pichetto, Miguel Angel Toma y Ana María Mosso. Pero hay un detalle: de los 99 diputados del bloque PJ, éstos apenas reúnen 15 voluntades. Entre los seguidores del candidato a senador y ex gobernador Eduardo Duhalde hay problemas. Sobre todo después de que Duhalde le dijo a Página/12 que �la Argentina ya está involucrada en el conflicto�. Esto fue una señal para varios de sus miembros que veían con recelo la actitud menemista.
Algunos, como José Pampuro y José María Díaz Bancalari, creen ver un guiño para apoyar al Gobierno. Pero no todos piensan igual. Para Carlos Soria, por ejemplo, la participación militar es �una locura� y prefiere la ironía a la hora de explicar por qué: �¿Usted se imagina qué van hacer los norteamericanos cuando vean llegar a los nuestros soldados armados con unos FAL? Se van a morir de risa y les pedirán que sirvan café�. Ya en un tono más serio, el rionegrino advierte sobre el riesgo que existe de la escalada militar: �Terminar borrando una religión, una etnia�.
En el Frepaso, en tanto, juran que la decisión de no acompañar una expedición militar está firme. Aseguran que hay otra forma de hacer explícito un apoyo. Carlos Raimundi, por ejemplo, recomienda mejorar los sistemas de control de las fronteras y evitar el contrabando. En pocas palabras, �luchar contra el terrorismo pero de acuerdo a nuestras posibilidades�. Pero más allá de estos puntos de vista, a los socios menores de la Alianza les preocupa el rol del radicalismo. El silencio de varios de sus integrantes �muchos de los cuales se excusaron ante este diario de opinar argumentando que recién habrá una definición el martes cuando se reúna el bloque� hace pensar a los frepasistas que �terminarán acompañando al Gobierno porque sucumbirán ante la debilidad económica y la extrema dependencia con los Estados Unidos�.
Menos problemas hay en el bloque del ARI y Frente para el Cambio, donde este grupo de algo más de 25 legisladores rechaza cualquier tipo de incursión militar. �Hay que privilegiar el sentido común, y no una demagogia absurda en el sentido de satisfacer una venganza que sólo podría provocar más muerte y violencia�, aseguró la diputada Alicia Castro. En el Senado, en cambio, el panorama es algo menos conflictivo. En el PJ, donde predomina el menemismo, el apoyo al Gobierno se descuenta. Algo similar ocurre con el radicalismo. Aunque varios de sus integrantes dicen que todavía no se discutió en profundidad, los dichos del cordobés Luis Molinari Romero bien podrían tomarse como un anticipo: �Estoy dispuesto a apoyar hasta el envío de tropas�.
|
