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Por
Hilda Cabrera País
con una larga historia de atropellos e invasiones, Lituania tiene en la
Compañía Meno Fortas a un embajador artístico itinerante. Conducida por
Eimuntas Nekrosius, se ha presentado en encuentros y festivales de más de
treinta países con desconcertantes versiones de autores célebres. Una de
éstas es Hamlet, un polémico montaje de 1997 que se puede ver en
el III Festival Internacional de Buenos Aires (hoy y mañana en el Teatro
Presidente Alvear, de Corrientes 1659) y seguirá viaje a Brasil, Suecia y
Grecia. En este trabajo --cuya duración es de tres horas cuarenta
minutos, y forma parte de una trilogía que incluye a Macbeth y Otelo,
esta última estrenada en la Bienal de Venecia, en el marco del encuentro
"Shakespeare & Shakespeare"--, el papel de Hamlet es desempeñado
por una figura del rock lituano, Andrius Mamontovas, instrumentista,
cantante y compositor que se considera independiente respecto de las modas
musicales.
En diálogo con Página/12, Mamontovas dice no saber
demasiado sobre la cultura folklórica lituana, en su opinión
"rota" en épocas lejanas: "La cultura real de Lituana es
pagana y la recuerda muy poca gente. Los pueblos sufrieron grandes cambios
históricos y hubo una masiva conversión al cristianismo."
Mamontovas se refiere a las sucesivas invasiones sufridas a manos de
alemanes, polacos y rusos, a las guerras entre ingleses y rusos, a la
conformación de un reino entre Lituania y Polonia y su posterior separación,
y a la guerra entre alemanes y rusos: "Estábamos siempre en el
medio, cada vez con menos territorio y una nueva dependencia. Recién hace
diez años que somos libres", sostiene. --¿Cómo es el teatro de
la Lituania actual? ¿Existe interés en representar obras nacionales o se
prefiere mostrar versiones sobre los clásicos?
--Diría que en mi país hay un teatro moderno. Algunos artistas
con menos nombre que Nekrosius muestran obras nuevas y poéticas.
Nekrosius transforma en metáforas a los clásicos. En este Hamlet
trabaja con elementos como el fuego y el hielo. --¿Ese teatro
"moderno" intenta reflejar la situación social?
--No siempre, depende, pero cuando se busca, también se lo despega
de la realidad. Nekrosius nos pide que no actuemos como si estuviéramos presos
de la tierra, que busquemos un modo de elevarnos para elevar
el conocimiento y la comprensión de la audiencia. --¿Se inició antes en
la música que en la actuación?
--Desde que era adolescente quise ser actor, pero mis padres son médicos,
gente con una actividad seria, y yo debía hacer algo semejante. Entre
esas cosas serias estaba la economía, y me puse a estudiarla. Después
tuve que servir en el ejército soviético durante dos años, y al salir
me interesé por el periodismo, que también abandoné, porque tuve claro
que la música era lo que más me atraía. Como actor participé en una
película, pero me di cuenta que me gustaba más estar en un escenario. La
diferencia entre la música y la actuación es que en la primera soy yo
mismo, y en las obras, en cambio, tengo que representar personajes creados
por otros. Cada canción mía es como un hijo, diferente, único. Me gusta
que el público las vea como si fueran una foto y se emocione con las imágenes,
y piense lo que quiera. --¿Qué característica
tiene el rock lituano?
--No es muy diferente del inglés y el estadounidense. --¿Cuál es su opinión
sobre el personaje Hamlet?
--Que la búsqueda de la venganza lo vuelve loco, que no se mueve
por deseo propio sino presionado por lo que está sucediendo a su
alrededor, que hace esfuerzos por apartarse de una circunstancia que no
puede controlar.
--¿Cree que le pesa cumplir la venganza prometida al padre?
--Sí, pero él lo ama, y está dispuesto a vengarlo. --¿Tiene algún otro
proyecto como actor?
--En teatro estoy actuando solamente en Hamlet. Tengo
programados varios conciertos en Estados Unidos, donde existe una
comunidad de lituanos muy grande, y en mi país, donde este año toqué en
un recital en el que se presentó Sting. Me gusta volver a casa y ver a
mis hijos. --¿Qué experiencia le
dejan esos viajes?
--Siempre quise viajar por el mundo. Mi abuelo es ruso y cartógrafo.
Cuando yo era niño y él hacía trabajos de cartografía sobre el Báltico
me llevaba en sus expediciones. Mi cabeza se abría a mundos
extraordinarios, porque viajar nos libera. Empezaba a conocer a mi país y
a mí mismo. Cuando uno está lejos de su casa tiene otra visión, más
amplia. En Lituania decimos que el nuestro es un país de parientes,
y es cierto, porque nos conocemos todos. Vivir en un lugar pequeño tiene
sus problemas. No se reciben demasiadas ideas nuevas. Cuando formábamos
parte de la Unión Soviética era peor, porque resultaba muy difícil
salir. Vivíamos muy aislados del resto del mundo. Me gustaría que los
lituanos aprendan qué hacer con la libertad. Hace diez años que somos
independientes, y algunos se comportan como si no lo supieran. Sería
bueno que pudieran viajar, conocer otra forma de vida, y volver.
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