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norteamerica en guerra

�Ahora no sirve invertir en el escudo antimisiles�

Arturo Valenzuela, ex subsecretario de Estado para asuntos latinoamericanos de la Administración Clinton, explica en 
diálogo con Página/12 qué pasará de aquí en más en el mundo.


�No sé si el gobierno de Clinton podría haber evitado esto.�
Valenzuela advirtió que �no hay que militarizar el conflicto�.

 

Página/12
en Francia

Por Eduardo Febbro
Desde París

Ex asesor del presidente Clinton en temas de seguridad y asuntos latinoamericanos, actual director del Departamento de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Georgetown, Arturo Valenzuela es uno de los grandes especialistas en temas estratégicos y de seguridad. En esta entrevista con Página/12, Valenzuela analiza las repercusiones del atentado y destaca la necesidad de una mayor cooperación internacional. Para Valenzuela, los recientes actos terroristas son la �otra cara de la globalización� en un mundo donde los conflictos no se detienen ante las fronteras. 
�Con el paso de los días, Estados Unidos parece tener cada vez más certezas sobre la responsabilidad de bin Laden en los atentados de Nueva York y Washington. ¿Usted piensa que se puede estar seguro hasta ese punto o no hay acaso la búsqueda de un chivo expiatorio? 

�Obviamente que existen indicios que apuntarían hacia él, pero la política de Estados Unidos no puede consistir y no consiste en buscar un chivo expiatorio. Lo que se está buscando son los terroristas que cometieron esta barbarie. No sacan nada con distraer y pegarle a un grupo que no esté involucrado. Es obvio que el grupo de bin Laden ha tenido una trayectoria muy larga de participación en este tipo de actos terroristas. Sin embargo, todavía no está del todo claro que es él quien está detrás de esta barbarie. Yo creo que este acto fue una cosa muy puntual que quería demostrar que Estados Unidos es también muy vulnerable a un acto terrorista. La modalidad que se usó para el ataque podría emplearse en cualquier otro país. 
�Se han hecho muchas críticas sobre la manera en que Bush gestiona varios temas internacionales de vital importancia. Para muchos analistas, los atentados son el resultado de esa mala gestión. ¿Una cosa así hubiese podido ocurrir durante la Administración Clinton? 
�Francamente no sé. Creo que aquí hay un lapso que va más allá de lo que hubiese sido la responsabilidad de un gobernante u otro. Se trata de una cosa más sistémica. Por lo tanto, tal vez hubiese ocurrido. Lo que yo sé es que durante la Administración Clinton hubieron sistemas de comunicación y de control bastante más elaborados y, desde luego, que son producto de un gobierno que tenía más experiencia en estos temas. No quiero decir sin embargo que esto no pudiera haber ocurrido. Por los antecedentes que tenemos ahora, a lo mejor sí. 
�Pero la política hacia Medio Oriente fue diferente bajo Clinton. 
�Ese es otro tema. Hay que hacer una distinción entre lo que ha sido la preparación concreta y coyuntural de un ataque terrorista como éste y lo que atañe a una política más amplia que tiene que ver con cómo Estados Unidos se desenvuelve en el mundo. En ese sentido, quienes estuvimos en el gobierno del presidente Clinton hemos sido muy críticos con la actitud de este gobierno, que se mostró partidario de que Estados Unidos tomara una actitud más unilateral en su desenvolvimiento internacional despreocupándose del conflicto de Medio Oriente. A la larga, lo que va a resolver el problema no es tanto la militarización del conflicto sino que un proceso de búsqueda de una estabilidad mayor a nivel internacional. Esto no puede ocurrir hasta que no se acaben algunas de las asimetrías que existen en el mundo actual. 
�¿Le parece adecuada que prometió Bush? 
�Creo que es la promesa de una respuesta contundente contra un grupo terrorista que ha asesinado a miles de personas inocentes. Tiene quehacerse en cualquier condición. El problema es que ésa no es la única respuesta. Todo esto es un llamado de atención a Estados Unidos y a los otros países del mundo, particularmente los europeos. Se tienen que buscar modalidades de cooperación más estrechas para prevenir esto y asegurarse de que el mundo sea más seguro para todos. 
�Los semanarios norteamericanos coinciden en señalar que los atentados inauguran un mundo nuevo. En ese contexto, el escudo antimisiles tan defendido por la administración republicana parece carecer de sentido. 
�No sé si los atentados pondrán definitivamente en tela de juicio la lógica misma del escudo antimisiles. Lo que sí se puso en tela de juicio es gastar cantidades enormes de dinero en eso cuando se está viendo que el desafío más importante, más serio y más directo es el terrorismo que vimos aquí en Estados Unidos. 
�¿El concepto mismo de defensa puede cambiar en adelante? 
�No sé cómo irá a cambiar, pero creo que lo que va a ocurrir es que todas nuestras libertades van a ser coartadas. Por ejemplo, no vamos a poder tener la libertad que hemos tenido de poder tomar un avión a último momento o irnos a cualquier parte. El transporte aéreo va a cambiar en sus características y habrá más controles para impedir que un avión comercial se convierta en un misil. Esto es la otra cara de la globalización. Los otros conflictos del mundo ya no se detienen en las fronteras. El drama de los atentados ha sido muy profundo y va a marcar mucho a esta generación. Ahora debemos tener más conciencia de que todos vivimos en el mismo mundo, que las responsabilidades nos incumben a todos y que debe haber una mayor comprensión internacional.

 

 

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