Página/12
en Gran Bretaña
Por Marcelo Justo
Desde Londres
�El problema es que una acción militar debe ser precisa y proporcionada para mantener el consenso internacional y, al mismo tiempo, tiene que ser contundente para satisfacer a la opinión pública norteamericana�, indicó a
Página/12 Paul Cornish, experto en Relaciones Internacionales de la Universidad de Cambridge, en el curso de una larga entrevista sobre las opciones que se abren tras los atentados del martes.
�El secretario de Estado norteamericano Colin Powell habló de una campaña militar. ¿Cuánto tiempo toma montar una operación de esta naturaleza?
�Powell indicó que estudiarían todas las opciones, no sólo las militares sino también las diplomáticas y políticas. Como general conoce la dificultad de estas operaciones y no apuesta todo a una sola carta. En lo que respecta a la logística militar va a tomar bastante tiempo montar toda la infraestructura necesaria, como pasó durante la guerra del Golfo. La necesidad de un consenso diplomático con los otros participantes va a ser uno de los factores que dilatará el inicio de una acción militar.
�¿Qué opciones militares hay?
�La invasión terrestre parece una de las peores alternativas. Afganistán es un país muy montañoso y difícil, dos veces más grande que Francia. La experiencia de los soviéticos en Afganistán debería servir de advertencia. Si se descarta la invasión terrestre, no quedan muchas opciones. Una posibilidad sería intentar una presión mucho más sutil que obligue al gobierno afgano a entregar a Bin Laden. En esta dirección van las palabras de Colin Powell.
�Si uno mira al pasado reciente, los modelos militares son Kosovo, la guerra del Golfo y Vietnam. ¿Se parecerá este operativo militar a algunas de estas experiencias?
�Es cierto que todas eran operaciones de gran envergadura, muy lejos de Estados Unidos. La diferencia es que en todos estos casos había un enemigo definido. El problema ahora es definir el enemigo. Todos hablan de guerra, pero nadie sabe quién es el enemigo.
�Según palabras del mismo Colin Powell, bin Laden es el sospechoso número uno. Si no lo entrega, Afganistán podría convertirse en el enemigo.
�Es cierto. Pero esto plantea más preguntas que respuestas. ¿Qué van a hacer?: ¿van a invadir Afganistán?; ¿van a atacar al gobierno?; ¿cómo? Por eso espero que esas palabras de Powell, sobre diversos tipos de acciones, apunten a una presión mucho más sutil. El problema es que una acción militar, que por razones diplomáticas debe ser precisa y proporcionada, de cara a la opinión pública norteamericana tiene que ser muy enérgica. Una posibilidad es combinar un bombardeo aéreo con una fuerza limitada terrestre. Tampoco esto está exento de riesgos.
�¿Quién puede formar parte de ese consenso internacional?
�Por el momento hay un consenso bastante universal en la condena del ataque contras las torres gemelas y el Pentágono, pero es un consenso muy frágil. En el mundo árabe, incluso en países conservadores como Arabia Saudita o prooccidentales como Egipto, hay mucho odio por Estados Unidos.
�¿Le parece que un bombardeo masivo del tipo que sufrió Irak al principio de la Guerra del Golfo es una posibilidad concreta?
�Espero que no. Bombardear masivamente Kabul sería destruir un lugar destruido. Y por supuesto habría miles de inocentes afganos que morirían. El consenso internacional se acabaría.
�El apoyo de Pakistán a la coalición es muy importante. ¿Por qué Pakistán parece tan atado a Afganistán y Bin Laden?
�Creo que la dirigencia pakistaní está tan amedrentada por lo que pasa en Afganistán que prefirió hacer la vista gorda mientras no los tocara de cerca. Era una posición totalmente pragmática. Son vecinos, comparten una frontera muy porosa en el noroeste, donde las comunidades viven a ambos lados de la frontera. Esta zona se convertiría en un polvorín. Pero obviamente ahora Pakistán va a tener que tomar una decisión muy difícil sobre su propia posición.
�¿No desataría una campaña militar un ciclo de nuevos ataques terroristas?
�Ese es uno de los grandes problemas de la solución militar y de la actual retórica militarista. El gran peligro es que matar a un Bin Laden ayude a crear 10 Bin Ladens.
�¿Cuál es la alternativa?
�Vuelvo a las palabras de Colin Powell. Lo militar es un aspecto. Pero no el único. Sanciones económicas, persuasión, diplomacia, deberán formar parte del paquete de acciones que se adopten. Creo que al mismo tiempo se ha puesto un proceso mucho más lento para cambiar las reglas de juego en relación al terrorismo, para volverlo un hecho inaceptable, porque hasta ahora operaba un principio implícito, utilizado entre otros por Estados Unidos, de que en ciertas circunstancias era aceptable. Este quizás sea el hecho más esperanzador de todo este desastre. Que se forme una coalición contra el terrorismo internacional. Mantener esta coalición viva es más importante que hallar a Bin Laden.
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